Autocross y rallys
Ares Lahoz, la primera mujer campeona de España de autocross: "Cuando me meto en el coche no soy una chica, soy un piloto más"
La versátil piloto de Mollerussa prepara una nueva temporada al volante de tres coches, un 'buggy' monoplaza de autocross con el que espera conseguir un 'top 5' europeo, un Renault con el que correrá la 'Clio Trophy' y un Can-Am para hacer competiciones puntuales.
Ares Lahoz en el circuit de Mollerussa. / DAVSOT MANAGEMENT
Begoña González
"Estoy cansada de hablar, prefiero conducir", bromea risueña nada más empezar la entrevista en el circuito de Mollerussa. Ares Lahoz (Mollerussa, 2000) fue la primera mujer en ganar el campeonato de España de autocross en 2020, y su carrera no ha hecho más que empezar, pero esta es su primera presentación a los medios. La joven leridana, hija del siete veces campeón de España de autocross Delfí Lahoz, afronta una temporada 2024 plagada de fechas señaladas en el calendario.
Este año, Ares competirá casi cada fin de semana en una modalidad distinta, alternando la Copa Clio, dentro del campeonato CERT de Rally, el europeo de autocross y algunas competiciones sueltas de Rally Raid con el Can-Am para ir preparando su ansiado debut en el Dakar, que como dice ella, será "antes de cumplir los 30".
Esta temporada se ha marcado como objetivo para el campeonato de Europa de autocross acabar entre el 'top 5', y en el que será su segundo año en los Rallys, su mayor reto será "aprender a escuchar al copiloto", asegura la de Mollerussa. "Estoy demasiado acostumbrada al monoplaza y todavía no proceso del todo las indicaciones de mi compañero. No me gusta que me digan lo que tengo que hacer", bromea.
Desde antes de nacer
Ares ha conseguido hacerse un hueco en un deporte eminentemente masculino a golpe de victorias. "La gente sigue sin aceptar al 100% que pueda haber mujeres ganadoras en este deporte. Pero yo cuando me meto en el coche no soy una chica, soy un piloto más", afirma convencida. "Dentro del coche no hay diferencias. Una vez te pones el casco, no es un deporte que implique fuerza, sino habilidades", explica Ares. Para ella, las carreras han formado parte de su vida desde siempre. "Lo he vivido desde antes de nacer, incluso, cuando mi madre estaba embrazada e iba a ver correr a mi padre", explica.
A pesar de la naturalidad con la que Ares se desenvuelve en la arena, todavía hay quien se sorprende. "He vivido situaciones desagradables en las que se ha puesto en duda mi capacidad para correr con los chicos, pero también he callado muchas bocas ganando carreras", dice orgullosa. "A veces me veían salir del coche y exclamaban: '¡Hala, si era un chica!'. Pues claro, yo también puedo ir primera", recuerda.
"He vivido situaciones desagradables en las que se ha puesto en duda mi capacidad para correr con los chicos, pero también he callado muchas bocas ganando carreras"
Sus padres, siempre presentes cuando ella corre, recuerdan haber estado en las gradas de algún campeonato y haber escuchado como todo el mundo ponía el foco en su hija por el simple hecho de ser mujer. "Siempre era un 'mira, ahora va la chica, a ver cómo lo hace' y a lo mejor antes habían pasado cinco pilotos más sin que nadie reparara en ellos", asegura. "A mi padre le preguntaban por la calle si de verdad conducía yo. Como si no pudiera compaginar las carreras con llevar tacones e ir maquillada", afirma. "A mí me gusta pensar que el hecho de estar metida en la competición ayuda a derribar ciertas barreras en este mundillo y hacer que nuestra presencia sea cada vez más habitual", reconoce la piloto.
Ella ha tenido siempre el apoyo de su familia, que además son propietarios de la empresa de fabricación de coches de autocross Speedcar, pero no siempre quiso correr. "De pequeña no me gustaba. Lloraba cuando veía a mi padre con el coche y no quería venir. Años más tarde quise probar y se lo dije a mi madre. Ella me dijo: '¡Corre a decírselo a tu padre, se va a morir de ilusión!'. Y desde entonces no he parado", explica. "Yo he tenido mucha suerte. El circuito es mi casa y el equipo es mi familia. Correr es alegría para mí", afirma.
"A mi padre le preguntaban por la calle si de verdad conducía yo. Como si no pudiera compaginar las carreras con llevar tacones e ir maquillada"
Se considera una profesional "híbrida" porque aunque intenta ser todo lo profesional que puede sigue trabajando en la empresa familiar. "Es casi imposible vivir de esto. Es un deporte carísimo", afirma. Por el momento, Ares se encarga del departamento de ventas internacionales de la empresa familiar, pero asegura que si no fuera piloto, hubiera seguido con su carrera de maestra. "Estudié para ser profesora. Me encantan los niños, pero ahora mi sitio está aquí y trabajar con mi familia me permite adaptar el trabajo a mis comepticiones", afirma.
En cuanto a sus planes de futuro, la piloto catalana lo tiene muy claro: "Lo que me aparta del Dakar por ahora es el presupuesto". "No quiero conseguir el dinero para ir un año ir y poder decir que lo he hecho y ya está. Yo quiero conseguir un apoyo que me permita una continuidad. Al final, el primer año es prácticamente para ver qué es y adaptarte y yo quiero ser competitiva", zanja.
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