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Un rojo de tono menos intenso

Todo apunta a que el PSOE volverá a ganar en Sevilla aunque empeorando sus resultados, como el PP. Podemos y Ciudadanos entrarán con fuerza e IU sueña con retener su diputado

20 dic 2015 / 09:39 h - Actualizado: 20 dic 2015 / 19:11 h.
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  • Un rojo de tono menos intenso
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  • Los principales cabezas de lista: Juan Ignacio Zoido (PP), Antonio Pradas (PSOE), Miguel Ángel Bustamante (UP-IU), Virginia M. Salmerón (C’s) y Sergio Pascual (Podemos). / Manuel Gómez-Pepo Herrera-José Luis Montero
    Los principales cabezas de lista: Juan Ignacio Zoido (PP), Antonio Pradas (PSOE), Miguel Ángel Bustamante (UP-IU), Virginia M. Salmerón (C’s) y Sergio Pascual (Podemos). / Manuel Gómez-Pepo Herrera-José Luis Montero
  • Un rojo de tono menos intenso
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Avanzar lo que hoy pueden decir las urnas a partir de las 20 horas tiene mucho que ver con una tirada de dados por dos circunstancias: por un lado, porque estamos ante unas elecciones especialmente inciertas por el radical cambio producido en el mapa electoral con la aparición de los que se han dado en llamar emergentes, Podemos y Ciudadanos, y por otro porque al inicio de la campaña electoral el CIS situó el porcentaje de indecisos en nada menos que el 40%, una cifra que puede tirar fácilmente por tierra cualquier cálculo.

En teoría en este par de semanas largo transcurrido desde entonces se tiene que haber reducido el porcentaje de los que no saben a quién van a votar (se supone que las campañas electorales sirven al menos para esto...), pero aún así no son pocos los que tomarán la decisión en el mismísimo colegio electoral. A este factor hay sumarle el de la participación, que se barrunta alta. Afirma el viejo adagio político que el electorado suele movilizarse más cuando quiere darle un vuelco al mapa político, así que si todo apunta a que hoy irá mucha gente a votar solo queda hacer la sencilla suma y sacar conclusiones.

Dicho todo lo anterior, de las encuestas publicadas en campaña puede concluirse que el dibujo electoral sevillano se va a llenar de colores. Si hace cuatro años se señaló a la provincia de Sevilla como la mancha roja en el mapa azul (el PP ganó en todas menos aquí y en Barcelona, en las que se impuso el PSOE), la impresión es que el rojo se va a mantener, pero con un tono más desvaído, menos intenso. En 2011 los socialistas ganaron, pero con sus peores resultados desde la Transición y bajando de ocho a seis diputados. Para hoy, las encuestas más generosas le dan hasta cinco parlamentarios, pero parece que hay consenso en que le costará pasar de cuatro: volverá a vencer, pero con las cuotas de apoyo más bajas que se le recuerdan, muy lejos de esos ocho congresistas (en Sevilla se eligen 12) que ha obtenido hasta en seis de las pasadas elecciones generales, incluso en los años duros (para el PSOE) de Aznar, en 1996 y 2000, envió a siete representantes a Madrid.

Al PP le pasa tres cuartos de lo mismo, ya que no se va a acercar ni de lejos a los resultados de 2011, que en su caso fueron los mejores de su historia. Si entonces logró cinco diputados hoy parece que no pasará de los tres. Es decir, que el cuadro clínico es muy parecido al del PSOE, ya que cada una de las formaciones clásicas perdería dos congresistas.

Las previsiones juegan a las matemáticas sencillas y dicen que estos cuatro diputados se los quedan los emergentes, dos para Podemos y otros dos para Ciudadanos. La tentación de afirmar que los votos del PSOE se van a Podemos y los del PP a Ciudadanos es grande, pero luego las cosas no son tan sencillas como demuestra el sondeo del CIS, que apuntaba a que había un 0,5% de electores que dudaban si votar al PP... o a Podemos. A esto hay que unirle el clásico voto escondido, que puede darle una alegría a PSOE y PP porque serían los beneficiarios, lo que se contrapone con el aire de remontada que se respira sobre todo en Podemos.

Esto último es lo que, probablemente, terminará de marcar el mapa sevillano, ya que si la mayoría de encuestas le dan a Podemos dos diputados, también las hay que apuntan a que se llevará tres. En este caso la gran perjudicada sería Unidad Popular-Izquierda Unida, ya que este tercer parlamentario sería a costa del que en estos momentos tendría casi agarrado la coalición de izquierdas.

Si esto es así, por primera vez en la historia de nuestra democracia habría cinco partidos con representación en Sevilla, ya que hasta la fecha el tope está en cuatro, cuando el hoy extinto PA se unió a PSOE, PP e IU en 1979 (entonces con el PCE por IU) y 1989. Eso es lo que tienen hoy en sus manos 1.531.159 electores sevillanos (un 1,63% más), de los que 29.889 residen en el extranjero y 79.354 votarán por primera vez en las 2.519 mesas dispuestas para ello. Todo parece en el aire, tanto que lo único seguro hoy por hoy es que el mapa político será sustancialmente nuevo.