Feijóo planea otra cumbre de barones en octubre para lanzar su alternativa en vivienda y conciliación

Alberto Núñez Feijóo quiere volver a reunir a todos sus presidentes autonómicos como ya hizo a principios de septiembre para rechazar el concierto fiscal para Cataluña. La nueva reunión se está enfocando para este mes de octubre -si llegan a tiempo- y el objetivo será volver a exhibir una alternativa al Gobierno de Pedro Sánchez de la mano del poder territorial del PP. El encuentro en esta ocasión estará más centrado en las dos grandes banderas que el partido ha enarbolado en este momento: el problema de la vivienda en España y la nueva ley de conciliación que ya han registrado en el Congreso.

El primer asunto coincide, precisamente, con la temática que el Ejecutivo quiere impulsar en la Conferencia de Presidentes, prevista para antes de que acabe el año -la primera quincena de diciembre- en Cantabria. 

El PP ya ha cerrado un plan integral sobre Vivienda que modificará cuatro textos normativos y continuará con una ley antiokupación -con mucho protagonismo-, además de medidas en torno a la liberalización de suelo que favorezca la construcción de vivienda y, sobre todo, trabajará en el ámbito fiscal, tanto para jóvenes -con exención de impuestos- como para propietarios que saquen al mercado alguna vivienda en alquiler a través de bonificaciones. 

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El partido lo llevará a las Cortes Generales, pero lo que también busca es tener un marco propio e impulsarlo a través de sus comunidades autónomas y ayuntamientos, en los que residen algunas competencias clave. En realidad, ya hay muchas medidas del plan nacional -como las destinadas a jóvenes- que ya existen en las autonomías gobernadas por los conservadores como avalar el precio del alquiler o facilitar el 95% de la hipoteca.

Feijóo busca una vez más exhibir una especie de alternativa frente a la del Gobierno central, que en el caso de la vivienda, el PP tilda de “política fallida”. En la conferencia sectorial de este jueves quedaron claras las distintas posturas, especialmente después del choque tan fuerte que los consejeros autonómicos tuvieron con la ministra Isabel Rodríguez, que exigía a todos ellos poner en marcha la declaración de zonas tensionadas que recoge la Ley de Vivienda para topar los precios del alquiler. Una medida a la que el PP se opone tajantemente y que, de hecho, en el plan nacional popular figura su derogación.

En esta cumbre los barones del PP fijarían un nuevo frente común sobre esta temática de cara a la Conferencia de Presidentes de diciembre. La sospecha de los conservadores es que Pedro Sánchez busca desviar la atención de sus pactos con los independentistas, especialmente el que tiene que ver con la financiación, mientras trata de corresponsabilizar a las autonomías del problema en el que se ha convertido la Vivienda para la mayoría de la población española. Frente a eso, explican algunos dirigentes consultados, el PP tendría “un escudo propio” con su propuesta política. 

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En la dirección nacional también señalan el paquete de medidas en torno a la conciliación como el otro asunto clave que se tratará en el cónclave de Feijóo y los líderes regionales. El PP ha hecho una apuesta muy fuerte con este tema, en el que se han apoyado para dar un giro a su estrategia de oposición y tomar la iniciativa en el campo social, que hasta ahora no tenía protagonismo en la hoja de ruta conservadora.

Como publicó este periódico, en la cúpula decidieron poner en marcha este giro a la vuelta del verano para descolocar al Gobierno y salir de la oposición dura en la que llevaban inmersos tanto tiempo. La idea -tan difícil en muchas ocasiones- es seguir combinando ese registro duro con propuestas políticas en distintos ámbitos, y también en las batallas más propias de la izquierda. El convencimiento parte de que muchos electores del PSOE están "frustrados y decepcionados" con el Gobierno, que no es capaz de cumplir sus promesas electorales por la inestabilidad de los socios parlamentarios.

Ese es el hueco que el PP quiere llenar, con medidas que consideran transversales y sin ideología propia, como el aumento de permisos por maternidad y paternidad hasta las 20 semanas o la gratuidad de las escuelas infantiles de cero a tres años, así como flexibilizar la jornada laboral a través de un banco de horas que permita a las empresas organizarse con sus trabajadores y concentrar el trabajo para tener más tiempo libre. Aspectos que además de implicar un mayor gasto público, nunca habían estado tan encima de la mesa del PP.

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Las reticencias de algunos dirigentes del ala más liberal o las dudas que han surgido en parte de la patronal -con la que el PP mantiene hilo directo- no cambiarán de idea a Feijóo. En su entorno confirman que esta es la decisión tomada y que continuarán adelante con las propuestas. Pero el objetivo es que las comunidades autónomas las hagan suyas, aunque está por ver si surgen grietas, sobre todo en lo que tiene que ver con la jornada laboral. En el PP de Madrid no ven con buenos ojos haber entrado en el relato de la reducción de jornada de Yolanda Díaz, por mucho que la propuesta de los populares sea otra. La bendición de la CEOE jugará un papel clave en este sentido.

La primera cumbre de barones del curso político tuvo lugar en Madrid a principios de septiembre. Allí Feijóo ya trasladó a sus principales referentes territoriales que será la primera de otras, porque el poder autonómico se ha convertido en un pilar clave de la oposición del PP. En la de octubre las banderas sociales jugarán un papel clave. Aún así, los presidentes populares quieren abordar en el encuentro con Pedro Sánchez otros asuntos clave, además de la financiación autonómica, la inmigración.