NUEVO ESCENARIO

El PP da por muertas las “fortalezas” de Sánchez: “Ni fin de la corrupción ni freno a la ultraderecha. Solo hay que esperar”

En Génova ven la declaración de Aldama como "una bomba de relojería" que han hecho a Sánchez "perder el control". Cambian la estrategia: ni prisas, ni ansiedad

El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, en el pleno del pasado jueves en el Congreso. / FERNANDO VILLAR

Apenas ha pasado un año desde que prosperó la investidura de Pedro Sánchez. El mismo tiempo que Alberto Núñez Feijóo se confirmó como líder de la oposición. La opción que nunca llegó a contemplar realmente en la campaña de las generales de 2023. En este tiempo el líder del PP y su núcleo duro han tenido que asumir el funcionamiento de la política nacional y una realidad que, en el fondo, les era mucho más ajena de lo que pensaban. Han sido muchos los momentos de tensión máxima para el Gobierno de coalición. Y en todos ellos algunos dirigentes conservadores afilaban los cuchillos convencidos de que podía ocurrir casi cualquier cosa. Y que Sánchez no podría resistir “tanto escándalo”. Los baños de realidad han ido curtiendo a Feijóo y a quienes le rodean. 

Pero, por primera vez, algo ha cambiado. El estallido de la trama Koldo y la investigación de las actividades de la esposa del presidente fueron un punto de inflexión en Génova hace meses. Mucho más que la ley de amnistía, a pesar de haberla convertido en su gran motor de oposición. La declaración de Víctor de Aldama, supuesto cabecilla de la trama Koldo, y la convicción de que esto será “imparable” han provocado un cambio de actitud en el PP que no esperaban tan pronto. 

En la misma semana en la que se consuma la operación europea con la que los conservadores quisieron paralizar el nombramiento de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión y en cuyo objetivo fracasaron, pero evidenciaron también que el PSOE abrió la puerta a la extrema derecha, saltándose su principal argumento político. Fuentes de toda solvencia en la cúpula del PP resumían con un frase la situación: “Sánchez tenía dos fortalezas que a nosotros nos frenaban. La lucha contra la corrupción y el cordón sanitario a la ultraderecha. Ya no tiene ninguna. Se ha quedado sin nada”.

No es nueva la sensación de fin de ciclo para Sánchez que en otras ocasiones ha agitado el PP. Sin embargo, ese cambio de actitud y una estrategia distinta se han abierto paso: los conservadores piden a los suyos tener “paciencia”, no caer en “la ansiedad” que en otros momentos les ha conducido a equivocaciones innecesarias. De ahí que Feijóo saliera el jueves en el Congreso a decir que si por él fuera habría moción de censura. Que si algún socio ve “insoportable” la situación y decide apoyar el cambio político, la registraría. Y aunque Vox proclame su incompatibilidad con otras fuerzas nacionalistas, en Génova aseguran que la registrarían de inmediato.

Lo que buscaba Feijóo era anticiparse no solo a la presión de Vox, sino a sus propias filas. Trasladar el mensaje de que no pueden perder los nervios ni precipitarse en el análisis de que mañana Sánchez caerá. Sin embargo, en la dirección nacional son tajantes: “Esto ya no hay quien lo pare. Es cuestión de esperar”.

El propio Feijóo dijo este sábado desde un acto en Caravaca de la Cruz junto al presidente murciano Fernando López Miras que en las últimas horas “no hay respuestas” de Sánchez porque “el presidente ha perdido el control”. “Es un presidente extorsionado por su propia conducta y ya solo puede resistir”, zanjó, resumiendo exactamente el diagnóstico que hacen en Génova. Que es cuestión de tiempo porque si se confirma que la trama corrupta se extendió por el PSOE y por el propio Gobierno, Sánchez “no podrá hacer nada”.

“Lo de Aldama es una bomba de relojería”

Por todo esto, concluyen fuentes de la cúpula del PP, el momento que se ha abierto tras el jueves pasado ya “no tiene comparación posible” a este primer año de legislatura. La declaración de Aldama –una “auténtica bomba de relojería” para el entorno de Feijóo– y la sensación de que la trama puede extenderse a otros ministros más allá de José Luis Ábalos desde el Tribunal Supremo conduce a la “decadencia precipitada” del Ejecutivo.

El cabecilla de la trama Koldo afirma tener pruebas de todo lo que le confesó al juez. Lo dijo él mismo tras salir de prisión. En Génova insisten en que tiene “pocos incentivos para mentir” teniendo en cuenta que su objetivo es no volver a la cárcel y que su declaración será cruzada con los informes de la UCO y la investigación que lleva meses en marcha. 

En el entorno más cercano a Feijóo aseguran que el Gobierno ha entrado en una dinámica “imposible de revertir”. Incluso habiendo aprobado el paquete fiscal que estuvo tantos días en el aire y a la espera de ver si cuentan con un Presupuesto para el próximo año, los conservadores preparan su alternativa. “Sabemos que él va a intentar resistir, pero esto ya no se puede dar la vuelta fácilmente”.

Pulsa para ver más contenido para ti

En Génova asumen que la política ha dado un giro total a una velocidad vertiginosa. La semana comenzaba con un duro discurso del líder conservador dirigido a Carlos Mazón, al que garantizó su apoyo -visto está porque no dimitió- pero advirtió con bastante seriedad: no puede volver a fallar en este proceso de reconstrucción. La infernal negociación del paquete fiscal del Gobierno y el estallido de la declaración de Aldama hicieron cambiar la agenda mediática por completo a finales de semana. La DANA quedó en un segundo plano una vez más en la política nacional. 

Pulsa para ver más contenido para ti