Lobato frente a Ferraz: el liderazgo del PSOE de Madrid, condicionado por las filtraciones sobre el novio de Ayuso

Lo que hasta este lunes parecía una batalla que se alargaría hasta febrero, puede quedar resuelta en los próximos días. La batalla por el liderazgo del PSOE de Madrid está anunciada casi desde el mismo momento en el que Juan Lobato, actual secretario general, llegó al cargo en 2021 tras unas primarias. Pero la confirmación, este mismo lunes, de que a principios de noviembre acudió a un notario para levantar acta de sus conversaciones por whatasapp con la directora de gabinete del hoy ministro Óscar López por las informaciones sobre el caso del novio de Isabel Díaz Ayuso ha hecho implosionar al partido en Madrid.

El dirigente madrileño asegura que en esas conversaciones no hay irregularidades. Ni documentos secretos ni mensajes de los que se pueda extraer que ha sido Moncloa la que ha filtrado a los medios nada sobre Alberto González Amador, mucho menos él. Lobato insiste en que registró los mensajes para protegerse, como un “seguro” ante posibles “ataques” que pudieran implicar al PSOE madrileño en las filtraciones que está investigando el Tribunal Supremo. Un escudo en una época de “bulos” y desinformación.

"Desconfianza"

Pero la confesión de Lobato ha provocado que en el partido apunten a las formas y la “desconfianza” que genera su actuación, dejando de lado el posible delito o dónde está el origen de la información adelantada por ABC. Óscar López es el último nombre que ha surgido como posible candidato para competir con Lobato y esta filtración lo sitúa en una posición comprometida, cuestionando su eventual candidatura.

El congreso regional comienza el 5 de diciembre, inmediatamente después del federal. Era un secreto a voces que Lobato no sería el único candidato. Sus rivales se estaban organizando. Y ahora ven clara su muerte política. “Su situación en Madrid es insostenible” porque el principio de lealtad ha quedado quebrado al registrar ante notaria la conversación con una compañera, señalan entre los menos afines.

Rivalidad histórica

La rivalidad entre distintas facciones viene de lejos en el PSOE madrileño, es una constante. Hasta ahora, los dos alcaldes con más peso en la región ya habían dicho públicamente que hace falta un cambio. Sara Hernández, alcaldesa de Getafe, dijo en una entrevista en El Periódico de España que trabaja por una candidatura alternativa. Javier Ayala, alcalde de Fuenlabrada, el mayor bastión de los socialistas madrileños, también lo tiene claro: Lobato no responde ni a las formas ni al fondo de cómo cree que debe ser quien guíe al partido en Madrid.

Los críticos le reprochan que hace falta “un discurso más de izquierdas” y no buscar el centro. También que no se haya volcado en los alcaldes o buscado su opinión para hacer frente a Isabel Díaz Ayuso. Pero se preguntan, sobre todo, por qué no es más duro contra la presidenta madrileña. Cuando todo el Gobierno pide su dimisión, Lobato evita hacerlo en los plenos, relata a modo de ejemplo un miembro del partido que no entiende cómo no sale más al ataque. Lo de la notaría es lo último que necesitaban.

Terceras primarias

Del lado de los críticos hay diputados autonómicos y alcaldes de otros municipios más pequeños. Pero, sobre todo, Ferraz. Sin embargo, Lobato ha hecho hasta ahora oídos sordos a todas las señales que le han llegado. Estaba convencido de que se lanzaba a sus terceras primarias y, aunque entre los críticos creen que esto puede obligarle a dar marcha atrás, él de momento no ha hecho amago de retirarse.

A principios de este año inició una ruta por las agrupaciones madrileñas para granjearse apoyos. En su equipo confíaban en haberse ganado el favor de municipios pequeños, medianos y de algunas agrupaciones importantes de la capital que en 2021 votaron por Ayala. Habían hecho números y estaban convencidos de que la militancia estaba con ellos.

Pendientes de Sánchez

Los críticos en Madrid no tenían hasta ahora un candidato claro, pero los nombres que se han barajado han quedado superados por el del ministro Óscar López: Javier Ayala, que ya se enfrentó una vez a Lobato; Emma López, concejal del ayuntamiento de Madrid a quien Ferraz ha situado en el comité organizador del congreso federal; o el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, siempre crítico con Ayuso.

Frente a cualquiera de ellos dos, Lobato se veía con fuerzas para al menos intentarlo. Ni siquiera el aterrizaje de un ministro como candidato oficial le ha frenado. Sin embargo, ahora todo queda en el aire. Habrá “seguro” un candidato ungido por la mano de Ferraz pero en el partido apuntan incluso a la posibilidad de que tras la declaración de Lobato ante el Supremo no se celebren primarias y barruntan que podría no acudir a Sevilla.