Lobato resiste la presión interna y denuncia el “linchamiento” que está sufriendo en el PSOE

El líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato, resiste la presión interna, se mantiene en su cargo como secretario general del PSOE de Madrid y denuncia el “linchamiento” que está sufriendo por parte de “algunos miembros” de su partido. En una comparecencia sin preguntas de apenas tres minutos, el secretario general de los socialistas ha dejado claro que no se marcha.

Ha anunciado esta decisión desde la Asamblea de Madrid, donde es portavoz del grupo parlamentario, después de que ayer el partido se convirtiera en un hervidero tras haber confesado este lunes que levantó un acta de fe ante notario sobre la conversación telefónica con una compañera de partido, a su vez miembro del gabinete de Pedro Sánchez, acerca de los documentos secretos del caso de la pareja de Ayuso y haber sido llamado a testificar en el Tribunal Supremo el próximo viernes. 

"Estoy preocupado con la reacción y el linchamiento de algunos dirigentes de mi partido que, sinceramente, no la entiendo", ha empezado Lobato su intervención, en la que se especulaba con una posible dimisión tras la presión recibida por su propio partido pero que nadie en su entorno veía clara a primera hora de la mañana. El dirigente socialista se ha presentado ante las cámaras igual que ante el notario, solo, aunque su equipo más cercano le acompañaba en la sala durante la declaración.

Tres mensajes

Sus mensajes desde la Asamblea de Madrid han ido en tres direcciones: hacia Moncloa y Ferraz, a los militantes y al PP. "Si lo que se me dijo esa mañana era verdad no veo cuál es el problema en acreditar el origen lícito, qué problema hay", se ha preguntado en referencia a la conversación que mantuvo con Pilar Sánchez Acera, jefa de gabinete del ministro Óscar López, uno de los potenciales candidatos a esas primarias del PSOE madrileño que se convocarán en diciembre.

"Vista la reacción de algunos dirigentes del partido parece como si se dudara de lo que se me dijo", ha continuado con la misma cara seria con la que ha empezado. "No contemplo que fuera falso lo que se me dijo (...). Si el origen del documento hubiera sido distinto al que se me dijo, además de que se me mintió, hubiera sido un intento de que fuera yo quien hiciera público ese documento con las consecuencias legales que hubiese tenido para mí y para el PSOE de Madrid", ha apuntalado.

A la espera del Supremo

El mensaje hacia el partido ha seguido así, con la vista puesta en el congreso regional que se convocará en diciembre pero sobre el que no se ha pronunciado. El viernes tiene que acudir al Tribunal Supremo a declarar como testigo con el acta notarial, y cabe que esté esperando a ver qué ocurre para decidir o confirmar que mantiene su candidatura. "La democracia y la ley están siempre por encima de los partidos políticos", pero al final, ha dicho, "siempre es la misma historia, que parezca que el malo es el que decide no hacer las cosas mal". También ha apelado a quienes tendrán que votar en esas primarias si finalmente se presenta: "Este es un partido de militantes y de referentes políticos ejemplares. Y lo va a seguir siendo".

El equipo de Lobato confiaba, antes de que saltara esta última crisis, en que tendrían el apoyo de la militancia aunque los cuadros medios y orgánicos se le pusieran en contra y del lado de Ferraz.

Justo antes de apelar a la militancia, Lobato se ha referido a la "derecha" y a "quienes desde el PP atacan de una forma furibunda" a la formación que representa. "El PSOE no es una secta, ni una agencia de colocación. Para nada". Este, ha insistido, es un "partido democrático de 145 años de historia" al que él, parece, quiere seguir representando.