RADIOGRAFÍA DE LAS FEDERACIONES SOCIALISTAS (XVI)

El PSOE de Andalucía, ¿quién levanta esto?

Seis años después de perder el gobierno de la Junta, tras 37 años consecutivos de gestión, el PSOE-A sigue noqueado, sin perfil propio y con el liderazgo de Juan Espada en cuestión

El secretario general del PSOE-A, Juan Espadas.

El secretario general del PSOE-A, Juan Espadas. / EP

Patricia Godino

Patricia Godino

El gran fortín. El rompeolas de la derecha. El puente a la Moncloa. Todos estos epítetos, que aparecieron durante años en los mítines y en las crónicas, corresponden a una época pasada del PSOE de Andalucía.

La federación todavía hoy sigue siendo la más numerosa de cuantas tienen los socialistas en toda España, pero desde la pérdida del Gobierno de la Junta, tras las elecciones de diciembre de 2018 que pusieron fin a 37 años consecutivos de gestión socialista, el PSOE-A sigue noqueado, ha perdido un perfil propio en el plano nacional y la militancia mantiene un estado de ánimo de total atonía.

El 41º Congreso federal, que arranca el próximo 29 de noviembre en Sevilla, con el luto por la catástrofe de la DANA de Valencia, Aldama y Lobato de fondo, es el espacio donde revalidar el liderazgo de Pedro Sánchez y definir las políticas futuras de la socialdemocracia en España; pero también será la cita donde se palpe de primera mano cómo de afilados están los cuchillos con el secretario general andaluz, Juan Espadas, que hace un año sumó la tarea de portavoz del PSOE en el Senado en un momento en el que la defensa de la estrategia territorial del Gobierno central con Cataluña le achicharra.

En el PSOE-A hay división interna, mucho antes de que se haya conformado hace unos meses una plataforma que pide en público el relevo del líder de la oposición. Hasta ahora los críticos con la dirección eran cédulas durmientes donde había una amalgama de perfiles desde que en las primarias de 2021 el entonces alcalde de Sevilla le ganara con la ayuda de Ferraz a la ex presidenta de la Junta, Susana Díaz.

Entonces, se abrieron heridas y con el tiempo no todas han sanado. Parte de los que apoyaron a Espadas defendieron la incapacidad de Díaz de entender que ya no sumaba al proyecto y parte de los que votaron a Díaz defendían que tampoco era Espadas el idóneo para sacar al PSOE-A de una dinámica de pérdida progresiva de votos que empezó mucho tiempo atrás (concretamente, en 2012, cuando el PP de Javier Arenas ganó las elecciones, pero no tuvo partido a su derecha para armar una mayoría en la cámara).

Desde 2021, a los críticos originales a Espadas, aquellos susanistas que se mantuvieron fieles a la ex presidenta, se han sumado perfiles que apoyaron la alternativa y que hoy están desencantados con el papel que han obtenido en el reparto de roles o con la estrategia de oposición que ha abanderado la actual dirección.

Desde que Moreno alcanzó el gobierno de la Junta, el PP andaluz no ha hecho más que crecer y la mayoría absoluta alcanzada en 2022, cuando revalidó la presidencia, apenas sufre desgaste. Sólo, recientemente, la denuncia impulsada por el PSOE-A por los contratos exprés (que se planteó durante el Covid cuando ya no había pandemia) y que investigará la Fiscalía Anticorrupción ha brindado un asidero a los socialistas donde armar un discurso y ha logrado incomodar la placidez del PP en Andalucía.

Andalucía, territorio clave para llegar a Moncloa

Andalucía es un territorio clave para los grandes partidos donde se ponen en juego 61 diputados del Congreso en las elecciones generales. Para Ferraz es fundamental contar con un gran respaldo en esta comunidad que hoy hace aguas. Conseguida una mayoría socialista en Cataluña, el reto ahora es recuperar y tener controlada una federación que hoy, en cada provincia, camina por su lado.

Tras las elecciones del 28M, de las ocho provincias, sólo se mantuvieron en pie las diputaciones de Sevilla y Jaén y sus secretarios generales cuentan con el respeto de sus territorios.

En el resto de provincias sino es un avispero, es un erial: desde Cádiz, atomizada en varios movimientos enfrentados entre sí, a Almería o Málaga, con una situación dramática. En Córdoba, Huelva o Granada, la perdida de sus gobiernos provinciales ha dejado al partido con demasiados cabos sueltos. 

Un panorama desolador con la sensación generalizada de que con Espadas el partido está perdido y ante el que siempre surge la misma pregunta: ¿y quién levanta esto?

En las quinielas, siempre aparece el nombre de María Jesús Montero, bregada en la gestión pública, la andaluza con más peso en la política nacional, una mujer que no venía del mundo orgánico y que hoy es la número dos en el partido capaz de insuflar energía a una militancia que añora su sitio.

Hasta ahora, Ferraz no emite mensaje público sobre esta operación. Pero tras la celebración del Congreso en Sevilla, caerán en cascada todos los regionales. Y ya se sabe que Espadas tendrá que enfrentarse a unas primarias que todo apunta que serán, de nuevo, a cara de perro.

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