Dos enfermeras del hospital Virgen del Rocío consultan fichas de trabajo.
El próximo curso, la Universidad de Sevilla ofertará en Enfermería 210 plazas repartidas entre los hospitales Virgen del Rocío, Macarena y Valme. Si los candidatos a estas plazas hablaran con el presidente del Colegio de Enfermería de Sevilla, con el Satse y con los enfermeros que se han prestado a contar sus experiencias en el extranjero quizás se pensarían dos y hasta tres veces dónde poner la equis en la matrícula.
José María Rueda Segura pone números a lo que los sindicatos, como Satse, llevan denunciando meses: el sistema público de salud corre serio peligro. Y ya no solo porque cientos de enfermeros recién, y no tan recién, graduados saquen el título al mismo tiempo que un billete con destino el mundo en busca de mejores condiciones laborales (600 enfermeros sevillanos están ya trabajando en el extranjero). El 10% de tasa de reposición fijada por el Gobierno, que supone que de cada diez jubilados solo se cubra la plaza de uno, deja en tenguerengue el futuro. «De aquí a 10 años, las jubilaciones van a ser masivas», avisa Rueda Segura.
El Sindicato de Enfermería de Sevilla ya denunció en marzo del año pasado la pérdida de 239 plazas por jubilaciones en los centros del SAS entre 2011 y 2013. En un estudio elaborado por centros, el Hospital Virgen del Rocío fue el que más profesionales perdió con 120 enfermeras menos en los últimos tres años, 49 de ellas durante el año 2013, seguido del Macarena con 38 enfermeras menos y 26 de los centros de salud del Distrito Sevilla. La tendencia para los próximos años, alertan el Satse y el Colegio, no es que vaya a mejorar.
«Las nuevas promociones no han rascado bola, ni siquiera en verano», reconoce el presidente del Colegio de Enfermería. Hace dos años, había trabajadores a los que solo contrataban en Semana Santa, Feria y verano, por ejemplo, y con eso ya podían tirar todo el año. Y en las guardias en días muy señalados, como Nochevieja, se pagaban sumas muy jugosas. Esto es ya historia. «La realidad es que no se están haciendo contrataciones y que las que se hacen son por días, semanas y nunca por más del 75% de la jornada», apostilla José María Rueda, en una aseveración que corrobora Reyes Zabala, secretaria provincial del Satse.
Ana, de 40 años, y con la carrera terminada desde 2000, está estos días estudiando finés porque se hizo una pregunta muy básica («¿A mí qué me ofrecen aquí?») para la que la respuesta fue el silencio... administrativo. «Claro que me cuesta irme, porque está lejos, hace frío y la lengua es súper difícil. Pero se están portando muy bien. Así da gusto», explica a este periódico en alusión a la empresa que la ha reclutado. «Tengo 40 años ya y no quiero contratos de 3 meses. En principio voy con la idea de quedarme allí porque no soy optimista con que la situación en España cambie». La precariedad laboral que ofrece España es lo que llevará también a Rocío el 1 de mayo a una ciudad de 100.000 habitantes, de nombre impronunciable, en Finlandia. Aunque la falta de luz y el frío son por supuesto handicaps, esta mujer, que decidió estudiar Enfermería ya tarde «porque si no me comían las moscas», se aferra a un deseo: «Estaré allí hasta que aquí [España] se resuelva la situación tan mala que hay».
Miguel Ángel Fraile tiene ya un pie en Canadá. «Hoy la situación para los recién titulados es catastrófica y para los que quedamos trabajando es precaria. El sector público a nivel de perspectiva y condiciones ya se ha igualado al sector privado», explica por correo electrónico. No obstante, Miguel Ángel es de los que ve el vaso medio lleno. «Es inútil aferrarse a lo seguro porque nada hay seguro ya. Apuesto más por diversificarme y reinventarme», aunque para ello tenga que cambiar los caballos por los alces.
¿Recomendarías estudiar Enfermería? La respuesta de Miguel Ángel es contundente: «Por supuesto, sobre todo, si piensas en salir». Y ahí está la clave. «Enfermería es una profesión altamente demandada en los países desarrollados y en vías de desarrollo con enormes oportunidades para el que quiera arriesgar fuera». Miguel Ángel pone palabras a lo que es un hecho: los profesionales de Enfermería están muy valorados... en el extranjero.En España se les está poniendo puente de plata. Es el caso de Juanma García de Olivera, en Malta «como mínimo por un año. Quizás después de estar aquí no vuelva a España y me vaya a otro país», vaticina.
«Los españoles compiten en Reino Unido con indios y paquistaníes, y tenemos bastante mejor formación que ellos porque hacemos y conocemos bastantes más procedimientos», presume el presidente del Colegio de Enfermería de Sevilla. José María Rueda llama la atención sobre el hecho de que los países que contratan a enfermeros sevillanos buscan que «como mínimo, estén allí dos o tres años». De lo contrario, «no les resulta rentable», sentencia.
La Consejería de Salud ha convocado para este año unas oposiciones con 900 plazas (el último concurso es de 2007) para toda Andalucía «y para todos los sectores, no solo para los enfermeros», aclara Rueda. Mientras esa convocatoria pone una tirita a la herida abierta con la irrupción y efecto de la crisis sobre la profesión, Rocío y Ana se pelean por aprender el idioma que, junto con el húngaro, «es de los más difíciles del mundo». Las normas básicas de conducta son: «Nos insisten en que hay que ser muy respetuosos, pedir permiso antes de entrar en las habitaciones y a hablar bajito y suavemente», enumera Rocío que, antes de coger el avión, hará una escalada en la playa de La Antilla para «darme un bañito». «Será mi entrenamiento personal contra el frío de Finlandia», reconoce socarrona recordando las gélidas aguas de la Costa de la Luz.
«Es triste, muy triste, pero la precariedad laboral en España es cada vez mayor. Hasta hace unos meses, todos en mi familia estaban en paro. Ahora han encontrado empleo, pero en unas condiciones malísimas», revela Ana en seis frases demoledoras de realidad frente a los discursos que llaman moderación salarial a bajadas de sueldo leoninas.
Alemania, Bélgica, Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Finlandia, Francia y hasta Emiratos Árabes (destino en el que empieza a trabajar este próximo 2 de marzo Hellen Campbell: «Quería una experiencia nueva y en los Emiratos las mujeres pueden trabajar, estudiar y son valoradas, no como en otros países árabes») son algunos de los países que están contratando a enfermeros sevillanos. Este año son 149 los que dejarán su tierra para intentar labrarse un futuro. Nuevamente, los entrevistados, tanto los que se van como los que lo representan, coinciden en que salir fuera «es una experiencia siempre que sea una elección personal», señala en nombre de todos José María Rueda Segura, para el que hará falta algo más que una tirita para intentar poner remedio a esta sangría de buenos profesionales.
