Cultura

El encuentro se consumó

Reseña del quinto concierto de abono de la temporada que esta semana ha ofrecido la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla en el Teatro de la Maestranza a las órdenes de Enrico Onofri

el 13 dic 2013 / 20:59 h.

TAGS:

Real Orquesta Sinfónica de Sevilla * * * Teatro de la Maestranza. 12 de diciembre Programa: Obras de Haydn, Boccherini y Arriaga. Intérpretes: RealOrquesta Sinfónica de Sevilla.Enrico Onofri, violín y dirección. 5º Concierto de abono. Muchos aficionados llevábamos años aguardando un encuentro como el que esta semana ha propiciado la temporada de abono de la Sinfónica de Sevilla.

Lo que es casi norma en otras agrupaciones –la invitación regular a directores vinculados con la interpretación con criterios históricos de la música– resulta aquí una rareza o, poco menos, que una anécdota. Desconocemos si el éxito de público obtenido por el maestro y violinista Enrico Onofri y el aplauso y calor exhibido por parte de los profesores de la orquesta condicionarán su regreso o el de otro colega afín a sus postulados.

Después de largo tiempo  advirtiendo que la ROSStiene un debe con el clasicismo y constatando cómo cada vez que se ha puesto en los atriles se ha interpretado mal o regular, acaso por impericia de batutas ajenas a las nuevas corrientes interpretativas;Onofri, excepcional músico, no podía revertir esta inercia en una sola semana de ensayos. Pero su buen hacer quedó patente.

Ya en la flexibilidad con la que una Sinfónica reducida –podría haberlo sido más– abordó el Concierto para violín en Sol mayor de Haydn se advirtió el quehacer del italiano, que dirigió desde su violín de época, con un sonido dulce pero parco en ornamentaciones, jugando a confundirse bien con el sonar más denso de las cuerdas. La ROSSintentó darle la respuesta precisa en los aceleradísimos tempos que impuso, con un desopilante juego de dinámicas. Por momentos se notó la maquinaria forzada, en otros, toda la ligereza y claridad con la que sonó Los esclavos felices de Arriaga, las manos clarificadoras de Onofri obraron una ejecución certera, muy en estilo, sin amaneramiento.

Con la Sinfonía ‘La casa del diavolo’ de Boccherini, se regaron momentos paladeados hasta el detalle, con una buena envoltura dramática. Finalmente, la Sinfonía nº96 de Haydn –apenas una semana después de escuchar a Onofri dirigir a la OBS la número 44– acabó por confirmarle como un excelente haydniano, acaso la mejor interpretación de una partitura del austriaco escuchada en el Maestranza.

  • 1