Cofradías

Un Viernes Santo non nato

Las siete cofradías suspenden sus estaciones de penitencia ante un 70% de lluvias débiles hasta las cuatro de la madrugada. En el caso del Cachorro se trata del tercer año sin salir.

el 29 mar 2013 / 14:27 h.

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Una nazarena de La Soledad tras la decisión de la hermandad de no salir. / José Carlos Cruz (Atese) Una nazarena de La Soledad tras la decisión de la hermandad de no salir. / José Carlos Cruz (Atese)   (Fotogalería del Viernes Santo)   El Viernes Santo sólo existió en los programas de mano. La lluvia borró de principio a fin una jornada gris en la que ninguna cofradía pudo poner su cruz de guía en la calle. Pasadas las ocho de la tarde, un chaparrón sentenciaba el día en la Magdalena. Montserrat se rendía ante lo evidente y acordaba suspender su estación de penitencia. Expiraba así una tarde marcada por la resignación y los episodios de refugio y regresos apresurados de la Madrugá. Ante este panorama desolador, sin apenas gente por la calle, a los más valientes solamente les quedó asistir a los oficios y visitar los pasos en los templos. El Cachorro. No se llegó a cortar el tráfico en la Ronda de Triana. La calle Castilla intuía la triste noticia mucho antes de que lo anunciara oficialmente la junta de gobierno. Había menos público de lo habitual. "Los cuerpos están hechos", se sinceraba un hermano a las puertas de la basílica del Cristo de la Expiración. El chispeo daba la puntilla al arranque del Viernes Santo-tarde. Por tercer año consecutivo, la hermandad del Cachorro se quedaba encerrada por la lluvia. Su hermano mayor, Marcos Talavera, subrayaba que "los datos eran claros y rotundos" y que "con una cantidad de lluvia tan importante" no podían poner en riesgo el patrimonio humano y artístico de la cofradía. Fuera se abrían los paraguas y la llovizna se hacía cada vez más intensa. Aun así el escaso público aguardó a que se abrieran las puertas de la iglesia a las 17.30 horas. Se formaron grandes colas hasta bien entrada la noche. Para los que optaron por quedarse en casa, este Domingo de Resurrección el Cristo del Cachorro -sin corona de espinas ni potencias- quedará expuesto en devotos besapiés tras la misa de las 10.30 horas. La Carretería. Desde primera hora se extendió el efecto dominó, y a las 16.15, cuando debía abrirse la capilla carretera, se confirmaba la segunda mala noticia. "De seis a ocho de la tarde se espera que llueva bien. Lo más responsable es no hacer estación de penitencia. Esto no lo quiere nadie, pero frente al sentimiento tiene que primar la responsabilidad. Hay que enfrentar las cosas con serenidad y esperar al año que viene", explicaba resignado el hermano mayor, Félix Mezquita. En esta ocasión, también era el tercer año consecutivo que se quedaba en casa. Desde las 18.00 horas se abrieron las puertas del templo para disfrutar de los pasos montados. La O. Por desgracia el esquema se repetía en Triana, donde, por ejemplo, el año pasado se rompía la mala racha y el día se recomponía con la salida de la O. La hermandad esperó al pronóstico de Aemet de las seis de la tarde, pero sirvió de poco. "Imposible que mejore. Va a peor. Ante esta previsión, la junta de gobierno ha decidido por unanimidad... no salir..." Al hermano mayor, Antonio Palma, se le quebró la voz por la emoción y no pudo continuar con su discurso. Pero los hermanos no dudaron en dedicarle una ovación de ánimo, a lo que el máximo dirigente de la corporación trianera respondió con un sincero: "Me siento muy orgulloso de mi hermandad". La Soledad de San Buenaventura. En Carlos Cañal se conocía que La O se quedaba en casa y los ánimos se venían abajo. A las 18.25 horas, el diputado mayor de gobierno de la Soledad pedía silencio, para, a continuación, comunicar que este año no irían a la Catedral. "Las probabilidades de lluvia así lo aconsejan", argumentó con total serenidad. Caía la cuarta cofradía de una jornada en la que se esperaba un 70% de lluvias débiles hasta las cuatro de la madrugada. San Isidoro. El Viernes Santo estaba ya sentenciado con estos pronósticos meteorológicos. Chispeaba de nuevo en la Costanilla a la espera de que la junta de gobierno oficializara lo que todos preveían. "San Isidoro no sale", se filtró desde el interior de la parroquia cerrada herméticamente a todo contacto con el exterior como es habitual en las corporaciones de negro. Los rezos de un viacrucis interno dieron paso a visitas (desde las 20.30 horas) para contemplar lo que la lluvia nos había robado. Faltaban unos minutos para las ocho de la tarde. La Mortaja. El pesimismo y la noche se fueron apoderando de una ciudad casi desierta a la que se le escapaba uno de sus días grandes de la Semana Santa. Todas las miradas estaban ahora puestas en la calle Bustos Tavera. Allí el convento de la Paz guardaba con celo la decisión de la Mortaja que, como era de esperar con las previsiones de Aemet, era la de suspender la estación de penitencia. "No ha podido ser. No ha habido duda, pues nos informan que apartir de las diez-once de la noche puede subir el riesgo de precipitaciones", detallaba su hermano mayor. Montserrat. Llegó el momento de soñar con un final como el de 2004, año en que únicamente salió Montserrat después de que el cielo diera una tregua. Pero las ilusiones duraron poco. Un chaparrón desdibujaba cualquier recodo de esperanza pasadas las ocho y cuarto de la noche. La cofradía hizo pública su decisión de una manera singular: entregó una carta a los periodistas que se encontraban en la puerta, donde se explicaba que "ante las malas previsiones atmosféricas el cabildo de oficiales había decidido suspender la estación por este año". Eso sí, no se abriría la capilla "por razones de organización". A las 20.31 horas terminaba un Viernes Santo que, como el Martes, no llegó a nacer en ningún momento. Hay que pensar en el 18 de abril de 2014 como un Viernes Santo de sol y con todas las cofradías en la calle.  

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