Francisco Rivera Ordóñez. / El Correo
Francisco Rivera Ordóñez sigue acaparando titulares. Los insistentes rumores que le situaban haciendo temporada en el año 2015 han sido confirmados por el propio matador a través de un escueto comunicado en el que asegura sentirse muy ilusionado de volver a vestirse de luces al cumplirse dos décadas de su doctorado.
Estoy muy contento. Vuelvo con mucha ilusión y sobre todo con una gran responsabilidad, pues el objetivo es estar en todas las ferias importantes de España, ha asegurado el torero precisando que la conmemoración de su alternativa ha pesado en su decisión: Llevaba tiempo pensándolo y va a ser una temporada muy bonita porque celebraré 20 años como matador de toros.
La decisión de Francisco Rivera se suma a otras noticias que lo han tenido como protagonista: primero fue el éxito empresarial del mercado gourmet, compartido con el comunicador Carlos Herrera e inaugurado a bombo y platillo en las naves de Barranco. Sin solución de continuidad se oficializaba su intención de optar a la vara dorada de la Hermandad de la Esperanza de Triana, cofradía de la que también fue hermano mayor su abuelo, el gran Antonio Ordóñez.
Ahora ha trascendido lo que se venía rumoreando durante el otoño: el último Paquirri volverá a vestirse de luces en la temporada 2015 al cumplirse veinte años de su alternativa, que tomó en Sevilla el 23 de abril de 1995 de manos de Espartaco -que aquella tarde cayó gravemente herido- y en presencia de Jesulín de Ubrique.
Los rumores apuntan que Rivera podría abrir su agenda de contratos en la feria de Olivenza a principios de marzo. También se habla de dos hipotéticos contratos que se le habrían ofrecido para volver a actuar en la próxima Feria de Abril, en la que también volverá -puntualmente- Eduardo Dávila Miura.
Los catalizadores de esta vuelta más o menos inesperada serán el empresario francés Simón Casas y el sevillano José Cutiño, que también suena como próximo gerente de la plaza de toros de Los Califas en asociación con el multimillonario mexicano Alberto Bailleres, apoderado de Morante de la Puebla.
Francisco Rivera se lanzó a todas las plazas de España después de desorejar a un toro de Sánchez Ibargüen en la misma feria en la que tomó la alternativa. Un año después cerraba aquella terna encabezada por Joselito y Ponce que acabaría siendo bautizada como Los tres tenores. Fueron los mejores años de una carrera honesta que acabaría encontrando acomodo en el rentabilísimo cartel de mediáticos.
Paquirri se enfundó el vestido de torear por última vez el 13 de octubre de 2012 en la plaza de Zaragoza alternando con El Cid y Sebastián Castella. Lo hizo sin anuncio previo y sólo una semana después de hacerse pública la retirada de su hermano Cayetano, al que también le rodean trompetas de reaparición en la próxima campaña. En estas dos temporadas ha mantenido su compromiso empresarial y familiar con la plaza de la Real Maestranza de Ronda -que podría volver a verle hacer el paseíllo vestido de goyesco- y ha apoyado a algunas promesas emergentes. Francisco, que se encuentra divorciado de María Eugenia Martínez de Irujo, acaparó otros titulares extrataurinos con el romance y posterior enlace -primero civil y luego religioso- con la abogada sevillana Lourdes Montes.
