El poeta Leopoldo María Panero, paradigma de escritor maldito en España, célebre por haber estado ingresado en diversos psiquiátricos desde los años 70, será uno de los grandes reclamos de esta tarde (20.30 horas, Alameda de Hércules) en el Festival Perfopoe.
Mirada perdida, verbo confuso y visibles lamparones en el chaleco, Panero ha perdido la cuenta de los cafés que se ha tomado en la terraza aledaña al hotel doña Blanca, donde se aloja en la víspera de su recital. Fuma compulsivamente -diez paquetes al día- y entrevistarle es de antemano misión imposible. Rodeado de jóvenes bardos participantes en el Festival, no es consciente de que se ha convertido en un mito freak: "Para lo que me sirve... Sólo para que me maltraten. Toda escritura es una porquería", masculla.
El jueves grabó un programa de Jesús Quintero y ayer visitó un par de librerías. Cuando Jaime Chávarri los inmortalizó a él, a su madre y sus hermanos en el documental El desencanto (1974), los Panero pasaron a ser el modelo de descomposición social de la España posfranquista. Fallecida su madre, Felicidad Blanc, viuda del poeta falangista Leopoldo Panero, el director Rocardo Franco volvió a reunirlos en un nuevo y desolador filme, Después de tantos años (1994). "Mi hermano Juan Luis es una mala persona, pero escribe muy bien. Y a Michi [su hermano fallecido en 2004] se lo cargaron con ginebra intoxicada. Yo no he creído en la familia en mi vida", asegura.
Su sórdida peripecia vital, plasmada en poemarios tan estimables como Así se fundó Carnaby Street, Agujero llamado Nevermore, Poemas del manicomio de Mondragón o Guarida de un animal que no existe, lo han convertido en autor de culto al tiempo que en una suerte de penoso show reclamado por doquier. Invitado al festival Spoken Word de Sevilla hace un par de años -a raíz del número que montaron Carlos Ann, Bruno Galindo y otros artistas sobre sus poemas-, Panero no puede prometer mucha poesía: el espectáculo es él mismo. "Hace años me intentaron matar por rojo. He sido canibalizado, empalado, envenenado. Tenían que haberlo intentado de otra forma".
