IU se aferra al pacto de Gobierno pero acelera su plan de renovación

Valderas descarta un adelanto electoral y confía en agotar con el PSOE la legislatura aun sin Griñán. Maíllo muestra su malestar y reprocha al presidente el momento poco “oportuno” para decir adiós

el 26 jun 2013 / 23:08 h.

Los consejeros Cortés y Rodríguez, el vicepresidente Valderas, el coordinador Maíllo y el portavoz Castro. Los consejeros Cortés y Rodríguez, el vicepresidente Valderas, el coordinador Maíllo y el portavoz Castro. El brusco adiós del presidente José Antonio Griñán ha dejado desnortado al socio de Gobierno, que se enteró a última hora de la tarde del martes. IU se vio ayer con el pie cambiado, sin saber hasta qué límite llevar su “descontento” con los socialistas por haberle “robado el protagonismo a la política para ponerse a hablar de los políticos”. “Es el Debate del Estado de la Comunidad. Los andaluces esperaban que viniéramos al Parlamento a hablar del paro, no de cuestiones internas del PSOE”, se quejan fuentes de la coalición. El “malestar y cabreo” era palpable entre sus miembros, que parecían convidados de piedra a una fiesta a la que no les habían invitado. La renuncia de Griñán ha pillado a la coalición en el inicio de un proceso de reconversión interna que hace una semana se antojaba largo y complejo, y que ahora tendrá que acelerar a marchas forzadas. En este momento la federación de izquierdas no tiene ejecutiva –será elegida dentro de dos semanas–, no tiene candidato para las autonómicas y la estructura multicefálica que abanderaban hace unos días podría poner en riesgo las expectativas de IU si se precipita el adelanto electoral. La coalición acaba de salir de un proceso congresual henchida de energía, con las encuestas de intención de voto a favor y con el objetivo de arrebatarle al PSOE la hegemonía de la izquierda, pero admite: “necesitamos más tiempo”. Éste era un plan a medio-largo plazo, pero ahora no saben de cuánto tiempo disponen y entre sus dirigentes hay un evidente cabreo porque si hace unos días tomaron la delantera, ahora vuelven a estar a rebufo de la hoja de ruta del PSOE. ¿Y cuál es esa hoja de ruta? El vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, descarta un adelanto electoral. Algunas fuentes socialistas sostienen que Griñán abandonará la presidencia el próximo otoño y delegará en su número dos, Susana Díaz. En ese caso, su nombramiento tendría que ser ratificado por el Parlamento y –al contrario de lo que le ocurrió a Griñán cuando fue nombrado sucesor por Manuel Chaves en 2009– dependería de los votos de IU, porque el PSOE no tiene mayoría absoluta. Valderas aseguró que el anuncio de Griñán no le cogió por sorpresa, porque alguna vez ya mencionó su intención de no repetir. Le corresponde a él decidir si “aguanta” toda la legislatura pero, si no lo hace, dijo, “el acuerdo de Gobierno es entre el PSOE e IU, no entre Griñán y Valderas”. Entre las filas de IU hay cierta “intranquilidad” por la posibilidad de que Díaz tome el timón del Gobierno andaluz y decida romper la baraja que le une a la coalición para adelantar las elecciones. La coalición pensaba fortalecerse orgánicamente, extenderse territorialmente, absorber más militancia y dejar el nombramiento del candidato para después de las municipales de 2015. Algunos defienden que pueden presentarse como “un colectivo” e insisten en que no tienen “la dependencia de un candidato único como otras formaciones al uso”. Otros admiten que la tradición electoral se articula a través de cabezas de cartel, “y por mucho que seamos un movimiento social, necesitamos que alguien dé la cara”. Si se precipitan las elecciones, el rostro más conocido con el que cuenta IU ahora es el del vicepresidente Valderas, con un 70% de conocimiento entre los andaluces. Pero Valderas representa a la vieja guardia y su candidatura chirriaría con el discurso de renovación y juventud en el que ahora mismo cabalga la coalición, sobre todo si el PSOE presenta a alguien más joven. El coordinador regional Antonio Maíllo ha entrado en la arena política como un torrente, pero admite ser “un perfecto desconocido”. Desde ayer cuenta con menos tiempo y más premura para consolidarse para las autonómicas. El resto de opciones “de urgencia” estarían sentadas o bien en el Parlamento o en el mismo Gobierno, empezando por la consejera de Vivienda y Fomento, Elena Cortés. “No es casual este golpe de efecto una semana después de la asamblea en la que salimos fortalecidos como organización de izquierdas, con un líder joven, con un perfil distinto, un político no profesional. El PSOE tiene derecho a medir sus tiempos, pero está claro que han intentado adelantarnos por la izquierda”, advierten fuentes de IU. Maíllo afeó a Griñán el momento elegido para anunciar su marcha, y afirmó que no había sido  “oportuno”. “Los protagonistas en el debate deben ser los andaluces y la reflexión de las fuerzas políticas sobre los problemas que existen, que son muchos y graves”, dijo. Aún así Maíllo reconoció que “la renovación era necesaria”. “IU ha marcado la línea de la renovación en el panorama político”, concluyó Maíllo, convencido de que la decisión de Griñán es una reacción al impulso que ha tomado su formación. Castro a Griñán: “Nos fiamos de quien cumple sus compromisos" En su intervención en el debate, el portavoz de IU, José Antonio Castro, zanjó el tema de la renuncia de Griñán con dos frases y se centró en defender las políticas de izquierda contra el neoliberamismo que esgrime la troika. “Tenemos que aprobar muchos decretos como el de la vivienda. Gobernar con la gente y contra la troika desde el sur”, animó Castro a Griñán. El portavoz de la coalición volvió a ser más duro con el PP y concluyó reiterando al presidente de la Junta que su formación confía en él. “Llámela confianza programática porque nosotros nos fiamos de las personas en función del cumplimiento o no de los acuerdos”, destacó Castro, que subrayó que la confianza de IU es “distinta” a la que ofrece Zoido “con su supuesta mano tendida”. En la réplica, Griñán se declaró “particularmente orgulloso” del avance del Gobierno de coalición con IU, “sin discusiones inútiles” que puedan “poner en peligro lo verdaderamente importante, salvaguardar el bienestar de los andaluces”. En su opinión, el Ejecutivo tiene una “línea de actuación transparente, clara y nítida” que representa la “esperanza de una opción política diferente”.

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