Cultura

La Roldana cobra vida en las tablas del Lope de Vega de la mano de La Tarasca

Ramón Bocanegra dirige a la compañía en esta adaptación de la novela ‘Por los sombríos corredores del Alcázar’, de Arsenio Moreno, que narra la desgraciada vida de la escultora.

el 07 abr 2014 / 19:38 h.

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La vida de Luisa Ignacia Roldán Villavicencio, más conocida como La Roldana, lleva mucho tiempo siendo un proyecto cinematográfico, pero el teatro le ha tomado la delantera. Y lo ha hecho aquí, en la Sevilla natal de aquella pionera de la imaginería que hubo de batirse el cobre en un mundo de hombres, llegó a ser artista de la corte para dos monarcas –Carlos II y Felipe V– y después de una vida llena de desgracias murió miserablemente. Este es el personaje que la compañía La Tarasca, bajo la dirección de Ramón Bocanegra, se dispone a mostrar sobre las tablas del teatro Lope de Vega desde hoy hasta el viernes próximo. Un personaje tan fuerte y complejo que han hecho falta tres actrices para defenderlo: María Varod, Cristina Almazán y Celia Vioque. Ante las tres, un desafío: dar vida a la adaptación de la novela Por los sombríos corredores del Alcázar, del historiador Arsenio Moreno, quien se muestra asombrado por la labor desarrollada por todo el elenco de La Tarasca. «Las cosas que le pasaron a esta mujer no caben en la mente más calenturienta», asegura el escritor. «Y no hablo de perder a cinco hijos, que era algo normal en su tiempo, sino casarse contra la voluntad de sus padres, o sacar adelante una carrera artística en una época en la que las mujeres no estaban capacitadas para firmar un contrato». Siendo una historia ambientada en el siglo XVII, La Soledad (de La Roldana), título que se ha dado al montaje, posee muchos elementos de actualidad, y no solo por la mala vida que siguen teniendo aún hoy muchos artistas y creadores. «Se tuvo que ir de Sevilla porque no encontraba trabajo. La ciudad había perdido la mitad de su población en apenas cuatro meses por culpa de una epidemia, y todo el sistema se había venido abajo. Luego en Cádiz verá que no cobra los encargos que le hacen, y tiene que ganarse la vida vendiendo terracotas para la burguesía emergente. Finalmente, muere en la miseria, y es enterrada de caridad», apunta Moreno. Para Ramón Bocanegra, la figura de La Roldana era una tentación desde hacía mucho, «pues nací en Puerto Real (Cádiz), y allí se exhibe una de sus figuras más señeras de su producción, La Soledad», de manera que, en la línea de teatro histórico que viene defendiendo desde hace años La Tarasca, se decidió por un enfoque «lleno de sensualidad y simbología» en el que la sucesiva y barroquísima triple roldana de la obra se correspondieran con las potencias del alma: memoria, entendimiento y voluntad. Así, Cristina Almazán, que representaría el entendimiento, explica que «partiendo de un texto tan poético, no era fácil dar forma a una Roldana que no se identifica con ningún momento de la obra, un personaje abstracto que he podido desarrollar gracias a la energía común que se ha creado en los ensayos. Ahora disfruto de él desde el minuto uno, aunque me hace sudar mucho y termino agotada», explica. Asimismo, la actriz comenta que «también está muy presente la religiosidad de esta mujer, que sumada al sufrimiento que le deparó la vida hace de ella una Dolorosa en sí misma», añade. Por su parte, Celia Vioque asume la voluntad, «la etapa más joven de la vida de la artista, cuando entra en el taller, conoce al que será su marido... Y sobre todo descubre que tiene deseos y que está dispuesta a luchar por ellos», comenta. Vioque recuerda que cuando leyó el primer borrador del guión, lo primero que pensó fue «¿esto cómo se hace?», pero encontró el camino «enamorándome de esa mujer, de su lucha y su dedicación, sintiendo que fue de las que nos abrieron el camino, una ventana para las demás. Pero nunca es fácil meterte en un personaje que sabes que fue una persona», dice. Por último, María Varod explica que su Luisa Roldán es la que está más presente en la obra, porque representa la memoria. «Destacaría de mi personaje la constancia, porque con todo lo que ha sufrido, siempre quiere dar un paso más. Se mantiene fiel al marido ausente, porque éste se esfuma, y da un ejemplo admirable de superación y de lucha», concluye. La Soledad (de La Roldana) en versión de La Tarasca se podrá ver en sesión de 20.30 horas, con precios de taquilla que oscilan entre los 4 y los 21 euros.

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