"Soy un artista. Dadme una tuba y seguro que saco algo de ella". Esto se le ocurrió a John Lennon a principios de los setenta, durante una entrevista para la revista Rolling Stones. Seguramente el ex Beatle estaba reafirmando su ego ante el periodista, pero si hubiera dicho lo mismo hoy, la Consejería de Educación no habría tardado un segundo en ponerle una tuba en las manos. Puede que una tuba no, porque no es una de las 67 especialidades que han convocado para prevenir la falta de interinos que cubra las bajas del profesorado, pero al argumento de Lennon lo mismo le valdría una tuba que una flauta travesera. Y en la especialidad de Flauta, la consejería está cubriendo las vacantes con recién licenciados sin ninguna experiencia en el aula, y que sacaron un 5 en el examen de las últimas oposiciones.
La escuela andaluza se está especializando más rápido de lo que lo hacen sus profesores. La Junta propugna una "enseñanza de calidad" en la que las nuevas tecnologías y los idiomas tengan un papel preponderante, pero no todos los maestros saben qué hacer con un ordenador ni todos pueden impartir Matemáticas en Alemán. Volviendo al símil musical: La escuela andaluza tiene cada vez más instrumentos, pero necesita músicos que sepan tocarlos. Educación se ha dado cuenta de que esto es algo más que una metáfora fácil, y por eso esta semana ha abierto las bolsas de 67 especialidades, esperando que se forme una cola de viejos rockeros a las puertas de los colegios. No sólo faltan aspirantes a profesor de Piano y Flauta en los conservatorios profesionales, también escasean interinos de Francés o Inglés en los colegios bilingües, donde están reclutando a jóvenes que se presentaron por última vez a unas oposiciones en 2003 y 2006, respectivamente, y no aprobaron.
"Hasta el curso pasado, Educación nos ha mandado a personal no cualificado para cubrir las bajas. No tenían interinos con una titulación superior y nos enviaban a alguien con un grado medio porque no podían permitirse dejar a los alumnos desatendidos", explica el director del Conservatorio Superior de Sevilla, Ignacio Marín.
El significado de la especialización de la enseñanza se percibe mejor en un conservatorio de música que en un colegio. Pensar que un profesor de Educación Física puede sustituir a un maestro de Primaria -algo que se hacía hasta el año pasado- no chirría tanto como que un guitarrista cubra la baja de un pianista. "Eso, hasta ahora, no se ha hecho, pero usar a un diplomado en grado medio es poco menos que utilizar a un estudiante", dice Marín. Ahora sólo queda un interino de Piano en lista de espera para toda Andalucía, y con sólo un día de experiencia. Después la Junta empezará a llamar a los novatos, y tampoco hay muchos, por eso ha abierto las bolsas. "Nosotros tenemos 14 puestos de Piano en el conservatorio y encontrar a 14 profesores especialistas en Piano es imposible, no en Andalucía, en toda España", dice Marín.
Pero eso está por ver. Las convocatorias de empleo público que se han abierto permiten la entrada a interinos de otras comunidades y de otros países de la UE. Llegará un momento en que las autonomías compitan por hacerse con los maestros más especializados, como ocurre en la Universidad. Los mejores pianistas, los más políglotas... Andalucía fue pionera en implantar el Plan de fomento del Plurilingüismo, pero "profesores que hablen tres o cuatro idiomas y se dediquen a la docencia hay poquísimos", dice Violeta Gallé, directora de la Escuela Oficial de Idiomas de Sevilla. "Un cuarto de nuestros alumnos son profesores de colegios bilingües. Nosotros les damos clase de idiomas a ellos y ellos a sus alumnos", explica Gallé.
De todas las enseñanzas especializadas, el plurilingüismo es la más ambiciosa y la más frágil. Conservatorios profesionales hay 70 en toda la región y escuelas de Artes, 15, así que tampoco hay muchas plazas en juego. En cambio hay "escuelas de idiomas y colegios que dejan de impartir clases porque no hay titulados que sepan Italiano y Alemán, y mucho menos que hayan dado clase antes", explica Gallé.
En esas especialidades, aunque estén abiertas al mundo europeo, será difícil encontrar aspirantes interesados en dar clases en Andalucía. En otras, como en Primaria, donde el primero en la lista de espera es un interino con ocho meses de servicio, Educación sí prevé que haya "una avalancha de solicitudes". La bolsa acaba de abrirse, aunque la Junta sabe que hasta febrero no habrá demasiado movimiento. Las sustituciones caerán poco a poco. Cuando llega febrero, dicen entre dientes en la consejería, se dispara la demanda de interinos, porque las maestras embarazadas suelen pedirse la baja en esa época, cuando les quedan cuatro meses para dar a luz, y así empalman con las vacaciones de verano. Pero eso es otra canción.
