Cuatro amigos, como D’Artagnan y sus mosqueteros, citados en la Carpa de la Feria del Libro para hablar de chicas. Ésa era la propuesta que reunió ayer en Sevilla a los escritores Arturo Pérez-Reverte y Juan Eslava Galán, el poeta y catedrático Rafael de Cózar, y el periodista Jesús Vigorra. Las chicas en cuestión, valga el matiz, eran todas de papel: los grandes personajes de la literatura universal, como la Ana Karenina de Tólstoi, la Emma Bovary de Flaubert, la Ana Ozores de Clarín, la Dulcinea de Cervantes, la Carmen de Mérimée... Y algunas de las protagonistas de las obras de los autores invitados.
“¿Por qué no habláis vosotros de libros, que sabéis mucho de eso, y yo hablo de mujeres, que es de lo que sé?”, preguntó Rafael de Cózar con socarronería. En un tono que discurrió entre la erudición y el buen humor, Eslava Galán aseguró que la mujer en literatura “no es mala ni es buena, es literatura. Pero lo cierto es que, mientras que los hombres lo hacemos todo con gran simplicidad, ellas son neuronalmente más complejas, tienen más conexiones entre los hemisferios del cerebro, y eso hace que sea más difícil plasmarlas en literatura”, explicó el escritor, que acaba de lanzar su novela Rey Lobo.
Por su parte, Pérez-Reverte aseguró que “se ha acusado de que los personajes femeninos escritos por hombres no eran más que varones travestidos, y en algún caso ha sido así. Pero La Regenta o Ana Karenina superan la barrera de la mirada masculina”, afirmó. “Creo que la mujer es el héroe literario moderno por excelencia, el soldado perdido en el territorio enemigo”.
El autor de El asedio puso como ejemplo uno de sus más celebrados personajes, la Teresa Mendoza de La Reina del Sur. “Ella vive en un mundo de hombres, y eso le obliga a tener un coraje y a unos arrestos, incluso una crueldad, que no la hacen mala: la hacen superviviente. Las mujeres llevan siglos pariendo hijos para la guerra, trabajando, sufriendo, siendo botín de los vencedores... Y eso las ha dotado de una sabiduría genética que dura hasta hoy”.
Asimismo, Rafael de Cózar explicó que “casi todos los personajes que en las novelas de Arturo se encuentran con una mujer, se dan cuenta de que hay que respetarlas. Eso demuestra una admiración del autor en el fondo...” “... Y en la forma”, subrayó Pérez-Reverte.
“En la literatura”, prosiguió Cózar, “son frecuentes los héroes capaces de morir por una dama, pero en la realidad hay más mujeres que mueren por amor al marido”, concluyó.
