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"No es sensato continuar una obra si se produce un hallazgo arqueológico"

Daniel García Rivero, profesor de Prehistoria en la Hispalense, ha publicado un artículo en la revista Plos One en el que demuestra que la introducción de métodos evolutivos en la Arqueología permite desvelar enigmas históricos indescifrables.

el 02 may 2014 / 22:16 h.

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15709956 De chico solía llevar la ropa, y lo que no era la ropa, manchada de tierra. Su afición por la arqueología fue un sueño infantil que tomó forma con la edad. Hoy es una de las voces universitarias más autorizada para referirse a nuestro pasado lejano. ¿En qué consiste lo auténticamente novedoso de su hallazgo científico? Los que mi colega estadounidense Michael J. O’Brien y yo mismo hemos empleado se denominan métodos filogenéticos. En biología, ayudan a saber cuándo y por qué se desarrollan las primeras extremidades de las formas de vida terrestre; cuándo y por qué se desarrollan los primeros gestos y conductas amorosas; cuándo y por qué se producen las diferentes formas de cantos de las diversas poblaciones de pájaros, etc. En arqueología, sirven por ejemplo para saber cuándo y por qué algunos homínidos empezaron a caminar sobre dos patas, o a elaborar herramientas de piedra; cuándo y por qué se producen los capítulos fundamentales de la historia de nuestra tecnología. En fin, sirven para saber sobre el origen de cosas a partir de otras cosas ancestrales, es decir, para reconstruir y explicar la evolución de todo aquello que cambia a lo largo del tiempo y espacio geográfico. ¿Si ya existía esa forma de investigación qué ha sucedido para que nunca antes se haya aplicado a la arquitectura? Se piensa que el cambio histórico depende exclusivamente de la intencionalidad humana. En clase, suelo recurrir entre otros muchos ejemplos al dicho popular de «el que la sigue, la consigue», que ejemplifica cómo tenemos metido en la cabeza este modelo erróneo. Sin embargo, si queremos una fórmula que siempre funcione y nos explique correctamente las cosas, no podemos mantener ese dicho, porque no todo el que la sigue, la consigue. Por eso les digo que es más correcto en términos científicos decir que el que la sigue, la persigue, y que a veces (frecuentemente, pero no siempre) la consigue. ¿Qué enigmas de peso siguen existiendo respecto de la evolución cultural humana? Gracias a la ciencia vamos desvelando conocimiento, pero tampoco sabemos mucho todavía sobre cómo y por qué han evolucionado muchas de nuestras conductas. La aplicación de estos tipos de metodología constituye un enorme potencial en el campo de las humanidades. Hay muchísimas preguntas en las que hurgar. Por ejemplo, ¿por qué usualmente tenemos conductas egoístas que miran sólo por el beneficio propio? ¿Por qué a veces nos comportamos de forma mucho más cooperativa, incluso altruista? ¿Qué le parece que la prehistoria, la arqueología, en fin, sea motivo en los últimos tiempos del interés de medios que buscan su lado oculto, misterioso? No me sorprende en absoluto. Tenga en cuenta que el inicio de la misma arqueología, hace ya más de siglo y medio, se produce gracias a personas con ese tipo de interés. Aunque la cosa, desde entonces, ha cambiado mucho. La arqueología no tiene nada que ver ya con Indiana Jones, ni su papel ha de relegarse a la salvaguarda del patrimonio histórico; la arqueología es un área de conocimiento fundamental para el estudio de la evolución del comportamiento humano. Si no fuese por la arqueología tendríamos que estudiar y analizar nuestro comportamiento con base sólo en las sociedades humanas actuales y en las pocas extintas de las que tenemos textos. Sin embargo, resulta que esto supone un porcentaje ínfimo de todas las sociedades humanas que han poblado la Tierra. De haberlo podido prever, ¿de qué hallazgo le gustaría o le hubiera gustado ser partícipe? Bueno, a decir verdad, no soy muy fetichista con los objetos arqueológicos. Quiero decir que contemplo el material arqueológico como un medio para alcanzar explicaciones sobre las sociedades humanas, del pasado o del presente. Aún así, es cierto que algunos hallazgos arqueológicos, por su peculiaridad, pueden revestirse de cierta importancia. ¿Qué reivindicación haría, a nivel local, a las administraciones públicas sevillana o andaluza en materia de conservación de patrimonio arqueológico? La cuestión del patrimonio arqueológico no es sencilla. El simple dilema de qué restos arqueológicos se deben o no conservar no está exento de problemas y subjetividades. Normalmente estas discusiones se basan naturalmente más en valores culturales que en valores científicos. No obstante, es cierto que, si estamos interesados en desvelar por qué somos lo que somos y estimar cómo reaccionaremos ante cualquier futura circunstancia histórica, económica y social, no hay otra que contar con datos del pasado, y por tanto hemos de ser conscientes de la importancia de la recogida sistemática de datos arqueológicos. ¿Ante cualquier hallazgo arqueológico, sea del calibre que sea, siempre es prudente parar las máquinas de una obra? Como le decía, no es fácil discernir entre lo que hay que conservar o no. Los especialistas e inspectores patrimoniales de las delegaciones culturales autonómicas, que son los que tienen tal competencia –y por supuesto los políticos de turno–, no siempre se encuentran en un papel fácil de jugar. No obstante, es cierto que el conocimiento que generamos del pasado humano está influido por cuáles son los hallazgos arqueológicos que se documentan debidamente, de forma que no es sensato dejar correr a las máquinas cuando tenemos cierta incertidumbre sobre lo que hemos encontrado. En cualquier caso, hemos de averiguar cuál es un punto de tensión idóneo entre el importante estudio del pasado y el desarrollo natural e imparable del futuro. ¿Cuál es el futuro de su disciplina y de los estudiantes que opten por esta vía de conocimiento? Sin lugar a dudas es la pregunta más difícil que me realiza. A veces en la facultad me pregunto qué ocurrirá con el volumen de titulados que generamos cada año. En los tiempos que corren, las posibilidades no son demasiadas. Pero, si quiere que le diga personalmente, fue muy similar cuando empecé mis estudios universitarios, en el sentido de que siempre se desconfió sobre el futuro laboral. Pienso que el futuro es difícilmente predecible, de forma que animo a los jóvenes a que estudien con motivación y entusiasmo aquello que les interese.

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