En la Casa de la Ciencia querían uno. Y no han parado hasta conseguirlo. El nuevo Planetario de Sevilla no está llamado a batir ningún record ni a encabezar la lista de los más imponentes. Pero desde ayer ahí lo tienen, en el Pabellón de Perú, flamante, con una instalación tipo bóveda de seis metros de diámetro y una capacidad para 30 personas. Abierto de martes a domingo, habrá sesiones para grupos escolares de todos los niveles y otras destinadas para el público general.
La programación, que cambiará cada temporada, comenzará con producciones como El país del cuatro, pensada para los más pequeños, y donde estos realizarán un recorrido por las cuatro estaciones reconociendo en cada una de ellas las constelaciones que protagonizan el cielo en cada época del año. Para un público algo más mayor se destinará la proyección Dos pedacitos de vidrio, que aborda la historia del telescopio y sus descubrimiento, y Nuestros cielos, donde se repasan conceptos de astronomía y las constelaciones del Zodiaco. Los pases abiertos al público al precio de dos euros y para los que no hace falta reserva serán los sábados y domingo a las 11.00, 12.00 y 13.00 horas del mediodía.
Sin embargo, no es esta la única novedad que la Casa de la Ciencia propone para esta nueva temporada. Otro de los contenidos permanentes que ayer dieron a conocer es la exposición GeoSevilla Explora: 540 millones de años. En ella se plantea un recorrido por la historia geológica de la provincia a través de unas 200 piezas que constituyen un relato cronológico donde se dan a conocer datos como que hace 540 millones de años Sevilla estaba cubierta por un mar tropical similar a los arrecifes de coral. O que el Guadalquivir estaba poblado por los tiburones más grande que nunca han existido. Invertebrados de Andalucía y Una autopista detrás del enchufe son otras de las exposiciones temporales que pueden visitarse.
