Hotel Cristina: leyendas, bailes, espías y torerías.....
El majestuoso edificio acoge tantas historias y secretos que sería complejo descifrarlos. Los años cambiaron los usos de un ex Hotel impuesto a ser trascendente en la historia
Juan-Carlos Arias
La Expo Iberoamericana de 1929, junto a la Universal de 1992 reinventaron una Sevilla que dormía en provincianismos y miraba de reojo las desigualdades sociales que, en gran parte, perviven entrado el siglo XXI. El barroco más rancio quiso encarnarse en su vecindario, pero poco a poco la Sevilla emprendedora abordó a su destino y la situó en el mapa del mundo.
Si la Expo del 1929 remozó la planta hotelera con nuevos establecimientos (Garage –hoy Cuartel La Calzada-, Eritaña –hoy sede andaluza de Guardia Civil-, Alfonso XIII, Majestic –hoy Colón Gran Meliá- más los desaparecidos o no ultimados Madrid, Nuevo Suizo, Cecil, Oriente, Triana, Bristol, Savoy), redimensionó el Parque de María Luisa con la Plaza de España y con pabellones reutilizados avivó el sur (Heliópolis) y este (Ciudad Jardín) capitalino, la de 1992 reinventó la Isla de la Cartuja e inauguró puentes, estaciones de tren, aeropuerto y autobuses más nueva ronda (SE-30) y nexos andaluces (A-92 y A-49)
Entre los nuevos hoteles del 1929, sólo sobreviven el Alfonso XIII y el Colón Gran Meliá. Dichos establecimientos sufrieron sucesivas reformas que mantienen intacto su glamour y excelencia en el segmento hotelero hispalense. A ambos les quedan pocos años para su primer centenario.
El poderío del Cristina
El 14 de marzo de 1929 fue inaugurado el Hotel Cristina. Sigue dando nombre, femenino y oficioso, a los jardines contiguos. Estos se minimizaron al ubicarse el Hotel. Fueron rebautizados, durante 1981, en homenaje al único Premio Nóbel sevillano Vicente Aleixandre. El edificio pervive, con nombre de la recordada Reina Cristina, esposa de Fernando VII.
El Hotel lo diseñó el arquitecto Modesto López de Otero. También obró el Hotel Gran Vía o edificio de Unión y el Fénix Español, en Madrid. Fue López de Otero quien compuso los ornamentos de la fachada y los singulares de la cubierta. En parte aún podemos apreciarlos en la Terraza del Cristina. El edificio marida los estilos Neocolonial y Art Decó frente al Regionalismo imperante en la Belle Epoque de la arquitectura sevillana. Del edificio original perviven galerías porticadas en planta baja, ornamentos neobarrocos y la bicromía que impuso el Arquitecto en su proyecto.
López de Otero es considerado relevante impulsor español del Art Decó. Su Monumento a las Cortes en Cádiz da fe de ello, como su visión arquitectónica de las misiones Jesuitas en los EEUU. Las 456 habitaciones iniciales del Cristina [sólo 116 quedaron hasta principios de los 70s] y sus 100 baños rápidamente las ocuparon de viajeros adinerados, aristócratas, empresarios, políticos y literatos que optaban por disfrutar de su cercanía con el Guadalquivir, Torre del Oro y enclavarse en la céntrica Puerta de Jerez.
El precio de 1929 de las habitaciones dobles fue de 28 pesetas/día, cuando las monedas eran de plata. Era muy popular el Hotel Cristina entre los sevillanos desde sus inicios, hasta su parcial demolición a finales de los 70s del pasado siglo, por los espectáculos de canción española y flamenco que se hacían en el sótano o parrilla (en invierno) y en La Terraza (verano).
La Parrilla del Cristina, como se conoció el amplio salón en el sótano diáfano, celebró bailes y espectáculos con orquesta. Era cita obligada para la Sevilla más pudiente que buscaba divertirse, socializar, hacer negocios o lograr pareja, no sólo de baile. Los saraos en verano se trasladaban a la azotea del Hotel, hoy reutilizada para usos diferentes, como veremos.
Espías y Legión Cóndor
El mes de julio de 1936, a pocos años de inaugurarse el Cristina, Sevilla fue la plataforma desde la que los sublevados contra la IIª República (1931-39) hacia el centro y norte español. Doblegado el General Villa-Abrile, su colega Queipo de Llano instauró en la capital de La Giralda una dura represión y viabilizó, para el bando franquista, la ayuda de nazis e italianos. Franco instaló su primer Cuartel peninsular en Palacio de Yanduri (Puerta de Jerez, hoy sede andaluza del Banco de Santander).
Integrantes de la Legión Cóndor alemana colmataron poco a poco el Cristina hasta 1937 junto a periodistas, espías, militares italianos y dirigentes del bando franquista.
El contiguo Hotel Alfonso XIII, el Inglaterra (Plaza Nueva), Simón (c/ García de Vinuesa) y Venecia (desaparecido, estaba en Plaza del Duque) albergaron más espías y periodistas del bando republicano o aliado durante la guerra fratricida (1936-39) y Segunda Guerra Mundial-IIGM (1941-45) respectivamente.
Jorge Freire en su obra Nuestro hombre en España (Alrevés Editorial, 2017) sitúa en el Hotel Cristina un incidente entre espías, militares y periodistas que sucedió una noche de septiembre de 1936.
Arthur Koestler (1905-1983), tras entrevistar en Unión Radio (hoy Radio Sevilla-SER) a Queipo de Llano como periodista del rotativo británico News Chronicle escondía un secreto. En realidad, era una ‘antena’ en Sevilla del espionaje soviético (KGB-GRU). Dicha cobertura del después afamado escritor anglo-húngaro, se ocultó ante sus avalistas del salvoconducto que le privilegiaba en Sevilla como reportero intocable: Nicolás, hermano del Generalísimo y Gil-Robles, líder del partido conservador CEDA.
Koestler, conocido en el Berlín pre-Hitler como militante comunista, departía en alemán con jefes militares españoles y nazis en el Bar del Cristina. Fue reconocido por un periodista de la agencia pro-nazi Ullstein-Verlag que lo denunció ante Luis Bolín, Jefe de propaganda franquista con despacho en el Palacio Yanduri. Koestler fue encarcelado en La Ranilla; logró la libertad casi cuatro meses después gracias a presiones del periódico londinense que desconocía la faceta de espía de su reportero. Llegó a Sevilla Koestler para constatar el apoyo nazi-fascista a Franco, algo que resultó obvio por la presencia en Sevilla de militares alemanes e italianos.
Informes desclasificados de distintas agencias de espionaje británico (SOE-MI6-SIS) y norteamericano (OSS, hoy CIA) sitúan dentro y fuera del Hotel Cristina a sus agentes tras los pasos de aviadores de la Legión Cóndor y agentes nazis e italianos, cuyo número en Sevilla sobrepasaba los tres centenares.
Los agentes angloparlantes, a pesar de su constatado oficio, fueron descubiertos por el contraespionaje español, que ejecutaban agentes falangistas y militares. Parte de las tramas y aquellos intensos días los describe con maestría la novela Señorita (Planeta 1998) de Juan Eslava Galán.
Belmonte, más leyenda
La decadencia del Cristina se forjó en la década de los 60s del pasado siglo. Parte del Hotel se reconvirtió en viviendas que ocuparon familias adineradas, renombrados profesionales y empresarios. Uno de los Áticos de la parte residencial fue cedido por los dueños del inmueble al inolvidable Juan Belmonte (1892-1962), legendaria figura que inventó el toreo moderno.
El diestro, retirado de los ruedos en 1936, se dedicó al negocio agro-ganadero en su finca de Gómez Cardeña. Mantenía casa en Madrid y era asiduo de tertulias y almuerzos en el centro hispalense. Allí más leyendas y encendidos relatos pro-belmontinos le adjudican anécdotas y amantes al margen de sus familiares. Las fiestas privadas que organizó en el Cristina también sumaron a la leyenda del torero que atrajo a la intelectualidad de su época.
Intereses especuladores derribaron parte del Hotel entre los 70 y 80s del pasado siglo. Pero se mantiene casi intacta su original estética, en fachada y cubiertas. La decadencia trajo la piqueta y derribó la belleza interior del Hotel. Se levantó un nuevo edificio que conoció distintos ocupantes y usos (cines, restaurantes, oficinas, galería comercial, etc...).
El siglo XXI
Actualmente en parte del antiguo Hotel Cristina, y desde el pasado 2020 gestiona INN-Offices un centro de negocios (workplace). Las antiguas habitaciones se alquilan, en distintos tamaños y espacios durante semanas o meses para emprendedores, centros docentes, empresas y profesionales libres. Todo ello es posible en la calle Almirante Lobo 2.
También, es posible disfrutar y previa reserva para grupos LA TERRAZA DEL CRISTINA. En tan legendario espacio se comparten experiencias gastronómicas, reuniones de empresa, eventos familiares y privados. El lugar es recomendable pues privilegia a la concurrencia por excelentes vistas desde esa Sevilla que marida y discurre con el Guadalquivir.
Otra puerta del edificio que albergó la entrada principal del Hotel Cristina, Puerta de Jerez, sigue dando uso residencial a ocupantes que sin duda viven en un lugar privilegiado. Están rodeados de una intensa historia y estratégica ubicación en el centro sevillano. El inmueble que diseñara con mimo Modesto López de Otero sigue casi igual que como se concibió, pero arrastra incontables sucedidos, leyendas, bailes, confidencias, sucedidos e incidencias que regalan esta crónica.
- El Supremo rechaza el recurso del Ayuntamiento: devuelve a la familia de Ana Rosa la caseta de la Feria de Abril de Sevilla
- Primer día de lluvias en Andalucía: el miércoles hay tres provincias afectadas con precipitaciones según Aemet
- El ingreso mínimo vital ha hecho mucho daño en barrios como Polígono Sur
- La Virgen de Setefilla, la más auténtica de la Magna: 'Que cada uno piense lo que quiera
- Moreno anuncia respuesta de los centros de salud en 72 horas: 'Conseguir una cita con el médico de familia a veces es desesperante
- La ONCE deja un Sueldazo de 240.000 euros en un pueblo de Andalucía y reparte 40.000 euros en Sevilla
- El Gobierno da el primer paso para el AVE que unirá Sevilla y Huelva en 26 minutos
- Así es la Piedad Popular en Sevilla: una Magna sin incidencias y con quejas del público