CRISIS ECONÓMICA

Las acusaciones de cooperar con Hamás dejan a la UNRWA con fondos solo para un mes

Israel ha señalado a una docena de los 13.000 empleados de la agencia de Naciones Unidas en la Franja de Gaza por participar en el ataque del 7 de octubre y EEUU, Alemania y Francia, entre otros países, le han retirado sus fondos

Refugiados palestinos recogen ayuda de la UNRWA en la ciudad de Gaza, el pasado miércoles.

Refugiados palestinos recogen ayuda de la UNRWA en la ciudad de Gaza, el pasado miércoles. / EFE

Andrea López-Tomàs

Después de la publicación, el pasado viernes, de "un informe exhaustivo sobre la supuesta cooperación de la UNRWA (la agencia de Naciones Unidas dedicada a los refugiados palestinos) con Hamás" por parte del Ejecutivo de Binyamín Netanyahu, cada día se han ido sumando nuevos países a la decisión de retirar su financiación a la agencia, que este lunes ha avisado de que de seguir así se verá forzada a detener sus servicios y operaciones, según ha explicado un portavoz al medio especializado en Oriente Próximo Al-Monitor. Hasta este lunes, 16 gobiernos han anunciado que congelan sus aportaciones a la UNRWA a les espera de que se aclaren las denuncias contra una decena de trabajadores de haber participado en los ataques del 7 de octubre contra Israel.

La UNRWA fue creada en el año 1949 para asistir a los miles de refugiados palestinos que fueron expulsados de sus casas en la Palestina histórica y encontraron refugio en los países árabes adyacentes o en los campos creados en las actuales Cisjordania o Gaza. Desde hace 75 años, esta agencia de las Naciones Unidas gestiona el bienestar de aquellos refugiados y sus descendientes, a través de la educación, la sanidad, las infraestructuras de campamentos y la asistencia humanitaria. Israel nunca ha tenido una buena relación con ella. A lo largo de su existencia, le ha dedicado una retahíla de acusaciones, como que sus materiales escolares glorifican el terrorismo y la incitación antiisraelí o que perpetua el conflicto palestino-israelí. Medios israelíes desvelaron hace un mes un plan del Gobierno israelí para echar de la Franja de Gaza a la UNRWA una vez acabada la guerra. Y Noga Arbell, exfuncionaria del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, afirmó en el Parlamento israelí el pasado 4 de enero: "Será imposible ganar la guerra si no destruimos la UNRWA, y esta destrucción debe comenzar de inmediato".

Investigación

El actual escándalo estalló tras divulgarse unas informaciones presentadas por la inteligencia militar israelí y el Shin Bet a Estados Unidos y la UNRWA el viernes. En ellas, denunciaban que 12 miembros del personal de la agencia habían participado en el ataque del 7 de octubre a comunidades fronterizas de Israel que acabó con la vida de 1.200 personas. La UNRWA, que emplea 13.000 palestinos en Gaza, despidió a los acusados y empezó su propia investigación. Sin esperar resultados, Washington, su principal donante junto a Alemania y la Unión Europea, optó por suspender la financiación a la organización en pleno desastre humanitario en el enclave. Después de EEUU, siguieron Australia, Alemania, Italia, Finlandia, Francia, Países Bajos, Austria, Reino Unido, Rumanía, Japón, Suiza, Estonia, Letonia, Lituania y Canadá. Tanto España como la Comisión Europea han dicho que no retirarán los fondos.

El impacto puede ser irreversible en uno de los momentos más críticos para la población palestina, sobre todo en la Franja de Gaza, donde el 75% de la población ya era refugiada antes de la guerra. "Si no se reanuda la financiación, la UNRWA no podrá continuar con sus servicios y operaciones en toda la región, incluida Gaza, más allá de finales de febrero", ha alertado un portavoz de la agencia. La UNRWA brinda asistencia humanitaria a unos 5,9 millones de refugiados palestinos, en Cisjordania, Gaza, Jordania, Líbano y Siria. Para poder sostener a esta población, la agencia depende casi de forma exclusiva de contribuciones voluntarias de los estados miembros de la ONU. Las consecuencias pueden ser aún más catastróficas para el infierno en que se ha convertido Gaza tras 115 días de guerra y más de 26.257 muertos.

Impacto sobre el terreno

De los 1,7 millones de personas desplazadas, casi tres cuartas partes de la población total del enclave, la mayoría se están refugiando hacinados en escuelas e instalaciones de la UNRWA. Estas infraestructuras también han sido objetivos de ataques. Al menos 152 de sus trabajadores han muerto a causa de la guerra. En medio de un asedio total y una escasez asfixiante, en los últimos tres meses, la agencia ha entregado suministros médicos por valor de 8,7 millones de euros, 19 millones de litros de agua y 4,7 millones de latas de alimentos, según un informe publicado este lunes. También han logrado dar más de 60.000 colchones a personas que se han quedado sin hogar, dos millones de kits de higiene familiar y 3,1 millones de pañales. "Más de dos millones de personas dependen [de la UNRWA] para su mera supervivencia; muchos tienen hambre mientras el reloj avanza hacia una hambruna inminente" ha denunciado Philippe Lazzarini, el comisionado general de la agencia. 

"Los palestinos de Gaza no necesitaban este castigo colectivo añadido; esto nos ensucia a todos", ha añadido en un comunicado este sábado. "Insto a los países que han suspendido su financiación a que reconsideren sus decisiones antes de que la UNRWA se vea obligada a suspender su respuesta humanitaria", ha expresado Lazzarini con urgencia, igual que lo ha hecho el secretario general de la ONU, António Guterres. Sin esta ayuda, unas dos millones personas, la práctica totalidad de la población de Gaza, puede ver sus escasas posibilidades de sobrevivir a la guerra, el asedio y el hambre aún más minimizadas. Prácticamente extintas.

Tracking Pixel Contents