Elecciones en EEUU
La UE tiende la mano a Trump pero mira hacia adentro tras su victoria
Los líderes europeos discutirán una respuesta conjunta el próximo jueves, en una cena en Budapest
Ursula Von der Leyen y Donald Trump, en una imagen de archivo. / EFE
Beatriz Ríos
Los líderes de la Unión Europea no han tardado en felicitar a Donald Trump por su victoria en las elecciones, a pesar de que los resultados no son oficiales todavía. El club de los 27 tiende la mano al republicano para trabajar en un partenariado transatlántico fuerte, pero manteniendo su compromiso con una agenda estratégica que garantice la independencia a de la UE en un mundo cada vez más volátil.
“La UE y EEUU son más que aliados. Estamos unidos por un partenariado verdadero que une a nuestra gente, 800 millones de ciudadanos”, ha dicho la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyena través de un comunicado, en el que pide a Trump trabajar para fortalecer ese vínculo. Pero la UE sabe también que con Trump en la Casa Blanca nada de esto está garantizado y lanza dos recados.
El primero, respeto a la convulsa situación en la esfera global. La alemana ha puntualizado que ese vínculo nace de una historia compartida y de un compromiso con la libertad, la democracia y la seguridad. También ha reconocido que Europa teme que Trump rompa con su posición sobre la guerra en Ucrania y Oriente Medio.
El segundo recado es económico. El otro gran temor en la UE es el potencial impacto de una política comercial proteccionista y agresiva, con la amenaza de un incremento importante de los aranceles a las importaciones. "Millones de empleos y miles de millones en comercio e inversión a ambos lados del Atlántico dependen del dinamismo y la estabilidad de nuestras relaciones económicas", advierte von der Leyen.
También la presidenta del Parlamento europeo, Roberta Metsola, ha reforzado ese mensaje en su comunicado. “Europa está lista, para cooperar en abordar los retos geopolíticos sin pretendes. Para mantener el vínculo transatlántico fuerte, que nace de nuestros valores compartidos de libertad, derechos humanos y mercados abiertos”, ha declarado.
Pero Europa se prepara sobre todo para mirar hacia adentro. La UE, ha dicho el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, espera seguir reforzando la cooperación con Estados Unidos. Pero la Unión “continuará su curso con la agenda estratégica como socio fuerte, unido, competitivo y soberano, defendiendo al mismo tiempo el sistema multilateral basado en normas”, según ha afirmado.
Mientras, el Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, ha hecho un pequeño repaso de recordatorio a Trump sobre las ventajas de la Alianza. “A través de la OTAN, Estados Unidos cuenta con 31 amigos y aliados que contribuyen a promover sus intereses, multiplicar su poderío y mantener su seguridad. Juntos, los Aliados de la OTAN representan la mitad del poder económico y militar del mundo”, ha dicho el holandés.
Rutte ha afirmado que cuando Trump tome posesión “será recibido por una Alianza más fuerte, más grande y más unida”. Y ha insistido en que esta ha avanzado notablemente en el objetivo de dedicar un 2% del PIB al presupuesto de defensa, que tanto obsesiona al republicano.
Ansiedad por lo que viene
Esa es la versión que los mandatarios europeos han dado en público. En privado, los líderes discutirán las relaciones con Estados Unidos durante una cena este próximo jueves. Será en Budapest (Hungría), donde tiene lugar la reunión de la Comunidad Política Económica, cuyo anfitrión será Viktor Orban. A dicho encuentro seguirá una cena a veintisiete.
Durante una rueda de prensa hace unos meses, Orban dijo que abriría “varias botellas de champán si Trump vuelve”. Pero no todo el mundo brindará en Budapest. La sensación de incertidumbre que genera una nueva presidencia del republicano es palpable, al menos, entre los otros veintiséis líderes.
“La mejor forma de abordar nuestra relación con Estados Unidos es no solo mirar a EEUU, sino mirar a Europa", asegura un alto dirigente europeo consultado. De hecho, las líneas en las que trabajaban los líderes como reacción a la victoria no cambiaban ni una coma independientemente del candidato elegido. Y la primera reacción del presidente francés Emmanuel Macron y el canciller alemán Olaf Scholz ha sido llamarse para empezar a coordinar.
“Nosotros tenemos nuestra propia agenda, que es hacer a Europa más fuerte, menos dependiente y una economía abierta”, apunta esa misma fuente. "Queremos prosperidad, estabilidad, paz y seguridad para nuestros ciudadanos”, insiste.
Pero esa paz y esa estabilidad dependerán ahora en buena medida de las decisiones de Donald Trump, de nuevo a los mandos de la Casa Blanca. "Creo que la UE seguirá siendo la misma", ha asegurado un alto cargo comunitario consultado. "En lo que se refiere al apoyo a Ucrania, espero que los líderes continúen", añade.
La sensación en Bruselas es de que la primera presidencia de Trump acabó siendo un juego de intercambios, con una política pragmática y transaccional que la hacía más predecible. Eso rebajó el nivel de tensión. También que su segundo mandato es mucho más impredecible y, probablemente, más peligroso.
Las instituciones llevan meses trabajando para este escenario y sus posibles consecuencias. Ahora, solo queda esperar a ver cuáles son los números en el Congreso y en el Senado, quién se sienta a la mesa en el ejecutivo de Trump y a la inauguración en enero para empezar a trabajar.
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