Reducir los problemas socioeconómicos y medioambientales en las áreas urbanas. Este es básicamente el objetivo que se marca la Unión Europea para la concesión de fondos a los distintos territorios.
En la capital hispalense, las primeras ayudas de Bruselas llegaron en los 90. El foco estaba entonces en la zona norte pero del centro de la ciudad. En concreto, en lo que ahora conocemos como el eje San Luis-Alameda. El planteamiento que hacían desde la UE es prácticamente calcado al que se aplica actualmente: mejorar la situación de los colectivos sociales desfavorecidos que vivan en zonas degradadas. Una realidad que se vivía, por mucho que ahora no parezca posible, en esta zona céntrica de la ciudad.
Fueron más de 2.400 millones de las antiguas pesetas las que llegaron a las arcas municipales, entonces gestionadas por el PP y el PA, para la actuación integral en San Julián, San Luis y Alameda. Esta partida se tradujo en proyectos algo distintos pues se centró más en lo urbanístico (el 62 por ciento del presupuesto ) que en lo social (29 por ciento del montante). Se mejoraron aceras, nacieron calles, se renovó asfaltado... y se rehabilitaron tres edificios históricos que estaban abandonados: la Casa de las Sirenas, las naves de Singer y el palacio de los Marqueses de La Algaba.
En cualquier caso, aunque no se centrara precisamente en lo social, la intervención sí que cambió el sino del barrio pues las intervenciones urbanísticas atrajeron inversiones privadas que hicieron del eje San Luis-Alameda una zona atractiva.
Pero los fondos europeos también se han empleado para regenerar barrios más desfavorecidos de la ciudad, gracias al conocido como Plan Urban. En el Polígono Sur, con más de 14 millones, se financió la remodelación de sus grandes avenidas o el soterramiento de contenedores –hubo un proyecto para implantar zonas wifi pero tras años pendiente no captó el interés de las empresas–; y también en el asentamiento chabolista más antiguo del país, El Vacie, donde se han ido realizando distintas intervenciones a cargo de las partidas europeas.