Pasa la vida

El vídeo que más necesitaba Sevilla

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Juan Luis Pavón juanluispavon1
20 nov 2020 / 04:00 h - Actualizado: 20 nov 2020 / 04:00 h.
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  • El vídeo que más necesitaba Sevilla

La concentración, en pocas ciudades, del grueso de las sedes de las empresas punteras, del empleo cualificado y de las inversiones públicas y privadas, es una de las tendencias que desequilibra el desarrollo de cualquier país. A menor número de metrópolis, mayor despoblación de amplias áreas del territorio. Esto ya sucedía antes de la era de internet y de la brecha digital, y es un proceso que mantiene una fuerte inercia porque la densidad de centros de tomas de decisiones en una misma ciudad ejerce un 'efecto llamada' cuya fuerza es muy superior a la opción alternativa: la del emplazamiento en cualquier otro municipio (como, por ejemplo, ha hecho Inditex desde el pueblo coruñés de Arteixo) donde, a través de las telecomunicaciones, es posible trabajar y participar con idéntica sincronía en los procesos de innovación, producción o comercialización de carácter nacional o global, que quien está radicado en la acera de enfrente dentro de un distrito urbano pródigo en edificios de oficinas. Esa desigual división de las ciudades, unas especializadas en captar a los talentos para que se afinquen y trabajen en ellas, y otras replanteadas como destinos a los que ir de visita durante unos días, es un círculo vicioso del que deben liberarse ciudades como Sevilla. Generalmente promocionadas solo como destino turístico.

Quienes desde hace años se esfuerzan con gran mérito en fundar desde Sevilla empresas y empleos basados en crear tecnología propia para competir en los sectores que lideran la economía mundial, han aconsejado en numerosas ocasiones a las autoridades que Sevilla necesita virar sus estrategias para posicionarse como ciudad atractiva para trabajar, combinando el talento propio y el ajeno, y no tanto como ciudad para una estancia de dos o tres días, pues con ese modelo el balance es mantenernos a la cola por exceso de parados. Parece obvio pero no se hace. Y sería un cambio tan histórico como el 6-0 que la selección masculina de fútbol le estampilló a la alemana en el Estadio de la Cartuja. Precisamente desde Cartuja se ha promovido un video que sienta un precedente disruptivo. Busquen en Youtube el breve y atractivo video, de 45 segundos de duración, y en inglés, con el que la multinacional norteamericana Appian, que cotiza en el índice Nasdaq de la Bolsa de Nueva York, y es muy potente en la integración de software y robótica, promueve trabajar en Sevilla y concurrir a las ofertas de empleo que está convocando para seguir incrementando su plantilla de profesionales en el Parque Tecnológico Cartuja. Sí, han leído bien. Y aún hay más.

El video de Appian identifica trabajar en Sevilla con formar parte del liderazgo en los procesos tecnológicos de automatización, combinando de forma eficiente capacidades humanas, inteligencia artificial y robots. Y aparece hablando su fundador y consejero delegado, Matt Calkins, mostrándose orgulloso de haber descubierto e incorporado a Appian a una gran empresa: Novayre, de Sevilla. 'Great People, Great Software' es el lema que se inserta en pantalla para identificar el atractivo de aspirar a trabajar en las soluciones informáticas que se crean desde Sevilla, y cuyos destinatarios son clientes de cualquier lugar del mundo. Quien lo dice no es un chovinista hartible ni un compadre exagerado, sino una gran corporación empresarial de Estados Unidos, con 1.400 trabajadores, que para reforzar su posición de compañía puntera compró en enero de este año 2020 a una pyme sevillana, con 25 personas en nómina, y ha dado a sus socios fundadores, Víctor Ayllón y Juan Manuel Reina, el cometido de ser dentro de Appian los vicepresidentes en el área de robótica software, además de potenciar la creación de más empleo en Sevilla a sus órdenes. No hay mejor prescripción posible a ojos de la comunidad internacional.

Cuánto necesitan los jóvenes sevillanos, y en general los andaluces, identificar su tierra como lugar de buenas oportunidades para aspirar a ellas, en vez de presuponer que para prosperar solo cabe emigrar. Años antes de la irrupción del coronavirus ya eran numerosas las compañías extranjeras y españolas que habían decidido crear en Sevilla sedes para sus desarrollos nacionales e internacionales en la economía digital desde el sector del software o de la consultoría tecnológica. Con empleo sobre todo de población de la ciudad y de su área de influencia, compitiendo para captarlo con las empresas sevillanas, malagueñas, granadinas, etc., que han triunfado en el mercado global, acreditando cómo hay talento, productividad, solución y fiabilidad. La industria del software conforma en Sevilla un volumen de muchos miles de empleos. Falta acrecentar con rapidez la base social de mayor cantidad de jóvenes bien formados en los fundamentos técnicos más demandados en las ofertas de empleo. Es lamentable cómo se ha desaprovechado la década anterior para haber multiplicado de modo exponencial la cantera de chicos y chicas preparados para las llamadas profesiones del futuro. Que son las del presente, antes, durante y después de la pandemia. Que son la locomotora del crecimiento económico. En las que no para de crecer la empleabilidad, con o sin confinamientos, con o sin teletrabajo. Mientras, en paralelo, los jóvenes que no tienen esas capacitaciones y experiencias iniciales forman parte mayoritaria del enorme contingente de personas desempleadas y agobiadas por el derrumbamiento del turismo, la hostelería y sectores afines.

Vídeos como el de Appian son los que más necesitaba Sevilla. La iniciativa privada ha vuelto a demostrar que va por delante. Hagamos más.