No todo vale, señor Castaño

El letrado de Bollullos sigue haciendo ruido, tanto como daño a su figura y su crédito entre los béticos

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17 nov 2015 / 20:36 h - Actualizado: 17 nov 2015 / 20:36 h.
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  • El accionista Manuel castaño en su visita a El Correo Tv. / El Correo
    El accionista Manuel castaño en su visita a El Correo Tv. / El Correo

Es conocido por todos el afán que Manuel Castaño tiene por ser presidente del Real Betis Balompié. Un empeño que está afectando a su prestigio como letrado, a su bolsillo y, por qué no decirlo, a su salud. Y es que estoy seguro que más de una subida de tensión ha tenido después de protagonizar el enésimo esperpento en su lucha por desprestigiar a quienes gobiernan la entidad de La Palmera. Pero, esta vez, la broma ha llegado demasiado lejos.

La ceguera que provoca el anhelo presidencial le ha llevado a ejercer de palmero de cuantos vividores y aprovechados han habitado en la planta noble de Heliópolis hasta el punto de hacer el ridículo de manera permanente. Sus apariciones públicas y declaraciones dejan al descubierto un puñado de mentiras que siempre justifica apelando a su beticismo de cuna. El lobo, señor Castaño, puede ser Bitton, pero usted no es ningún corderito. Eso, el beticismo lo lleva grabado a fuego. Señalar a Oliver y compañía como culpables de muchos males de los que, permítame refrescarle la memoria, fue cómplice es tan cobarde como su mentira. Sí, mentiras y falacias de todo tipo y de una gratuidad que algún día tendrá que pasarle factura.

Ha participado en la denuncia que uno de sus adláteres ha interpuesto de forma cobarde y retorcida –parece el sello de la casa- en un acuartelamiento de la Guardia Civil en la localidad madrileña de Tres Cantos. Cuando se dio cuenta del esperpento quiso recular, pero ya era tarde. Se le olvidó borrar su nombre de la página 53 de la denuncia. Hecho que demuestra no solo la cobardía del sujeto sino también la torpeza de sus actuaciones.

Esta vez se ha pasado de la raya. Ha perdido el poco crédito que le quedaba y le ha faltado el respeto a mucha gente. Sí, porque con los muertos no se juega. Y usted lo ha hecho, o lo ha permitido, léalo como quiera.