Francisco Serrano, el jurista que no vio la raya

Un ex juez, fiscal y diputado de Vox hoy abogado reúne pruebas, para defenderse, en un sumario que investiga la desviación de crédito millonario para la reindustrialización

Foto: Andalucía Viva / Juan-Carlos Arias

Juan-Carlos Arias

Algunos juristas patrios muy inteligentes no ven fronteras a su ego. Manuel Fraga Iribarne q.e.p.d era el número 1 ante distintos tribunales que repartían plazas funcionariales de élite. Fue Catedrático, Embajador, Diputado, Senador, Ministro y un Presidente de Galicia que arrasó en las urnas. Pero sólo conoció la Moncloa de visita. No logró su máximo sueño. Tuvo ese techo.

Su paisano Mario Conde fue un brillante Abogado del Estado. Le quedaron chico despacho y cargo. Su ambición visionaba millones. Presidió Banesto con pocas acciones hasta que se derrumbó. Quiso emular a Abelló o Botín, pero acabó en la cárcel. Donde fue persona respetada. Entonces culpó al sistema, pero olvidó que lo integraba. Como esa casta política que odiaba Pablo Iglesias antes de ser Vicepresidente del Gobierno en coalición PSOE-UP, vivir en una mansión y colocar a su actual pareja de Ministra.

Un caso parecido, al sevillano modo, lo encarna Francisco Serrano Castro (Madrid, 1965). Como jurista de pro interpreta el Derecho. Pero no vería bien la turbia raya del Código Penal. Hoy es Abogado ejerciente, pero también fue Magistrado -pendiente de reingreso- y Fiscal excedente. Es alguien que no quiere pasar desapercibido. No parece impulsivo, pero su pasado amontona paradojas difíciles de justificar en cuanto a coherencias.

¿Serrano tiene ‘techo’, formulará nuevo sistema o reinventará la casta?. De su ideología política hay perspectiva ya tras ser Presidente, Portavoz, Diputado y alma del Vox sureño español. Años antes, cuando parecía infinito el poder socialista andaluz (1978-2019) este jurista pululó entre las bambalinas, chiringuitos y los articulistas-editores del BOJA siendo Juez. La aduana de su compatibilidad estaba en conferenciar, la docencia, libros, artículos....

El Juez de Familia

No sabemos si Serrano narciseaba (perdón por el palabro) al espejo como Adolfo Suárez entre ternas de candidatos preguntándose ¿Quién puede negarme un Ministerio?. El abulense antaño esperaba la llamada del Pardo tras figurar en quinielas de ministrables. Serrano se proyectó mucho como Juez de Familia. La Audiencia le enmendaba, no los divorciados. Los letrados de madres se indignaban. Pero él blandía ‘mediación’ sobre guerra y trauma. En Valverde del Camino -ahí debutó como juez con 25 años- Serrano soñó alto, como Baltasar Garzón estudiando Derecho en Sevilla.

Frecuentar cenáculos, conseguidores y foros de la ‘pomada’ sólo regala dogma a los más descreídos. Frecuentar foros con el poli-imputado Fernando Mellet, Ex Gerente en MERCASEVILLA, para apostolar la mediación conyugal chirría bastante. De la única empresa semi-pública del mundo que prejubiló a falsos trabajadores y cuarentones [el TSJA tumbó el ERE. Lo calificó como un caso de fraude de ley y abuso de derecho, recalificó lo virtual o formó a fantasmas quién explica qué pinta allí un Juez de Familia. Su Fundación contrató a Garzón. No se sabe si conferenció, a precio de platino, sobre la ‘justicia universal’ aplicada a las lechugas antes de zampárselas el humano.

Pastorear, arrimarse al poder le vino bien a Serrano. Hasta que se cruzó con otro jurista inteligente, Gabriel Velamazán Perdomo, que libraba batalla contra la Junta por su política adoptiva de menores. El Serrano-Juez tumbaba al abogado en su instancia. La infortunada Carmen Fernández, defendida por Velamazán, ganó a Serrano en el Supremo y Constitucional tras once (11) sentencias a su favor. El tesón del Letrado desmontó el arbitrario ‘acogimiento preadoptivo’ juntero.

Velamazán logró que indemnizaran la injusticia sobre Carmen con casi dos millones de euros, pero ella murió antes. Años antes, la Junta decretó el ‘desamparo’ de sus hijos. Los millones fueron por cada día que pasó Carmen sin sus hijos. El baremo/día que logró Velamazán era el de una Carmen presa, con hijos robados.

Tal letrado, con suma elegancia, declina hacer leña aquí de un Serrano próximo al banquillo en 2021. A raíz del ‘Caso Iván y Sara’ -hijos de Carmen-, la Junta acordó ‘obedecer a los jueces’ [no es un error] en materia de adopciones tras vaciar los orfanatos para optimizar recursos. Este triste caso afloró cloacas sistémicas: ONGs subvencionadas, chiringuitos que peritan y ¿tratan? adicciones, maltrato, abusos, etc.. Lo único que pide Velamazán al cronista es reproducir un epitafio navideño de 2007. Lo elaboró pensando en el alma de Carmen, la sufridora a quien la injusticia le privó de sus hijos en vida:

Sapos y serpientes ensucian tu ataúd modesto

En la lámpara del velatorio hay cucarachas

En la única silla, culebras

En el quicio de la ventana, raído, buitres

Eres carroña suculenta

¡Qué fácil fue derribar tu cuerpo ajado!

Apenas un roce certero de la guadaña

En tu minúsculo corazón ya seco y te venciste

¡Tanta agitación, tanto sobresalto!

Y ahora, fiel a la cita, ya sólo ella te acompaña

... Nadie más.

Doña Carmen Fernández, madre de Iván y Sara,

Mi cliente y amiga

Tras Cuatro Mil noventa y ocho largos días

Uno tras otro, de tortuoso calvario

Cruel y tenazmente infligido por una hidra sin alma

Descansa por fin en paz y sosiego

Su ardua batalla de casi once años y medio

Tiene un fácil epítome:

Luchó, en absoluta inferioridad

-aquí no había Heracles-.

Por sus hijos Iván y Sara.

Vivió pobre y sufrió muchísimo

Así será fácil que AQUEL que en ella creía

Y cuyo nacimiento celebramos

Por estas fechas la haya acogido.

Feliz natividad’.

Serrano, siendo titular del Juzgado de Familia 7 de Sevilla, cosechó el apoyo de jueces de toda España tras expedientarle en 2010 el CGPJ al presidir la Asociación Española Multidisciplinar de Investigación sobre Interferencias Parentales (Asemip) sin autorización de compatibilidad. Impecables alegaciones del jurista lograron archivar un expediente que olía regular. El juzgador entonces, y después, se sentía ‘perseguido’.

La carrera de Juez de Familia de Serrano tuvo inesperado fin. El TSJA lo condenó por prevaricación culposa en 2011 a dos años de inhabilitación. El asunto lo causó un divorcio tormentoso. Serrano avaló la salida de un menor en una procesión pascual que relativizaba régimen de visitas; esta minucia indignó a su progenitora, pediatra, quizá alarmada. Su abogado, Íñigo Moreno y condenado por maltrato, logró procesar al Juez. Pero el Supremo lo rehabilitó y está pendiente de reingresar en la carrera judicial previo cobro de sus haberes. El CGPJ tiene la última palabra.

Negocios virtuales, dineros reales

Quizá cansado de aguantar historias de parejas rotas, abogados peleones, huérfanos con padres, luchas familiares por tutelas o del feminismo que antes apoyó, el Juez Serrano cambió de acera: montó bufete. Compartió su talento en libros que publicó Almuzara: Un divorcio sin traumas (2009), La dictadura de Género (2012) y Guía para padres maltratados (2019).

Poco a poco se alejó del neo-lenguaje del socialismo VIP en la Andalucía imparable: sostenibilidad, emblemático, empatía, trasversal, implementar, propuesta, proactividad, sinergia.... Y basculó hasta políticas ultras. Se aventuró, para después desligarse por nuevas imputaciones, en la publicidad (XYZ comunicación SL), inversiones (Proyectos Serralba SL) y la asesoría más exclusiva (Marbella Law Office SL)

Serrano Abogados lo regenta alguien que conoce la Justicia desde dentro. El despacho debe irle bien. Testimonios de clientes indican que pagaron por acuerdos que ellos mismos redactaron, o por juicios donde una pasantía novel fue la única presencia del bufete. Como escribíamos en #Infraganti sobre ‘fichajes’ de bufetes, en el de Serrano se pagarían miles de euros por verle la cara. Sus letrados hacen el trabajo, o vienen de vuelta o desean emanciparse.

El nuevo tropezón de Serrano, tras su dimisión de la política, se llama Bio Wood Niebla SL. Este emprendimiento del jurista preveía fabricar pellets en la provincia de Huelva. Un crédito blando oficial de ‘Reindus’ por 2,5 millones de euros se otorgó al proyecto. La fáctoría no se ha terminado. Y el dinero prestado no llegó donde debería. Lagarto, lagarto.....

El azar, acaso, hizo que parte del crédito acabara en préstamos a empresas de Serrano o en fondos de inversión que controla su firma. Este detalle lo relató ya un directivo bancario ante judicial presencia. Lo anticipaba el Grupo de Blanqueo de Capitales y Anticorrupción-Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de Policía Nacional en un informe del pasado diciembre. Lo pidió el Juez de Instrucción nº 16 de Sevilla Juan Gutiérrez Casillas, un Magistrado al que sólo cuestionan las defensas de los cuellos blancos que investiga.... ¡Qué casualidad!

En este sumario sobre Serrano se repiten pautas sobre temas de corrupción. En estos casos se acusa al juzgador de copiar argumentos de Fiscalía sin fundamentar argumentos criminalizantes. Pero si a la verdad le cierras la puerta, entra por la ventana. La instrucción y la acusación no deben alejarse, respetando la presunción de inocencia.

Serrano para explicarse sobre el crédito-pellets rehusó a la incomprensible inmunidad que privilegia a diputados trasgresores. En la nonata fábrica de Niebla falló de aliados, a quien echó la culpa al principio, de Juez instructor que investiga el posible delito y erró con linchadores que le perseguirían.

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A una ex colega de Serrano, la Jueza Mª Núñez Bolaños, la UPO disipó dudas sobre el supuesto plagio de su Tesis Doctoral que le acusaba un periodista de investigación. Antes, ante denuncia de Fiscalía Anticorrupción su imparcialidad quedó intacta al archivar el CGPJ por unanimidad un expediente que se abrió con idéntica unanimidad. Una última pregunta: ¿Serrano es un jurista listo o inteligente?. Los lectores tienen la última palabra. La Justicia tardará en decidir.

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