Observatorio taurino

Córdoba, Sevilla y el 12 de octubre...

La gestación y el anuncio del ‘mano a mano’ entre Morante de la Puebla y Juan Ortega sigue prestando argumentos para bucear en los entre bastidores del toreo

14 sep 2020 / 13:41 h - Actualizado: 14 sep 2020 / 13:47 h.
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  • Rafael Guerra ‘Guerrita’ junto a Gallito en el patio de la parra de la antigua plaza de toros de Los Tejares de Córdoba.
    Rafael Guerra ‘Guerrita’ junto a Gallito en el patio de la parra de la antigua plaza de toros de Los Tejares de Córdoba.

El festejo del 12 de octubre en la plaza de toros de Córdoba sigue prestando argumentos para hablar de toros en los tiempos del covid. En el Observatorio Taurino de la pasada semana ya habíamos dado un cumplido repaso a los factores que jugaban en la gestación del festejo. Pero hubo que esperar hasta el jueves para conocer la combinación definitiva de toros y toreros: mano a mano entre Morante y Juan Ortega para despachar una corrida de Jandilla. Aguado –aquejado de una compleja lesión que le limita la fuerza y la sensibilidad del brazo- se quedó por el camino en las quinielas. La que sí es prácticamente segura a estas alturas es la presencia de las cámaras de televisión –con muchas papeletas para el Plus- para testificar un evento que supondrá el estreno del empresario sevillano al frente del inmenso y decadente embudo cordobés.

Pero esa corrida, que está haciendo correr ríos de tinta, nos sigue prestando argumentos para analizar la actual realidad taurina en una temporada parca de festejos pero de enorme movimiento entre bastidores, toma de posiciones y guerras no tan frías. Garzón ha montado ese inédito vis a vis que enfrentará dos trastes complementarios del más genuino tronco sevillano. Indudablemente, el cartel habría quedado más que redondo con la presencia de Aguado pero el tête à tête tiene un indudable interés que se suma a la atrevida apuesta de futuro. Lo fácil habría sido poner la sota, el caballo y el rey de los últimos lustros; lo arriesgado, dar esta oportunidad de auténtico oro a este torero emergente que se juega casi todo en esa valiosa carta del doce de octubre.

Pero hay que hablar de la presencia de Morante, el torero más locuaz de los últimos tiempos al que hay que agradecerle –se compartan o no ciertas opiniones- la claridad de su discurso. Nos interesa ahora el apoyo explícito brindado a Garzón. Ya lo hizo a raíz de la célebre corrida del Puerto, sacándole los colores a los pesos pesados de ANOET que habían llegado a abrirle expediente a su presunto colega. Ahí viene la clave del asunto. Morante, que sigue siendo apoderado por la casa Matilla, ha vuelto a ungir al empresario sevillano, aceptando este atípico festejo que ha logrado concitar toda la atención del planeta de los toros. La decisión, a buen seguro, es exclusivamente suya y no ha tenido que consultarla con sus actuales mentores. No hay que olvidar que los Matilla Bros son pieza clave en el ‘búnker’ de ANOET. A partir de ahí, que cada uno saque sus propias conclusiones.

 Córdoba, Sevilla y el 12 de octubre...
Machaquito y Guerrita posan con Rafael El Gallo y Joselito en la Huerta del Patriarca.

Polémicas que no lo son

Mientras tanto, en la ciudad de los discretos –léase Córdoba- se ha levantado una inaudita marejada en torno a la presencia o ausencia de Finito en ese cartel del día del Pilar y hasta en la nacencia sevillana de los toreros y el empresario que los ha contratado. El cartel es el que es; el que ha montado quien está dispuesto a jugarse los cuartos, asumiendo todos los riesgos mientras otros sueñan ternas y quimeras en las barras de las tabernas. Nadie duda de la calidad de Juan Serrano y mucho menos este Observatorio, testigo directo de las mejores y más felices tardes del ‘Fino’ desde que empezaba sin caballos en la yema de los ochenta.

Pero tampoco hay que olvidar que está a punto de cumplir 30 años de alternativa; que ni la ciudad, la afición, la plaza ni el propio torero son los mismos que hace tanto... Y que , ojo, Garzón necesitaba tomar el timón de Los Califas –o sus ruinas- partiendo de cero, prescindiendo de cualquier servidumbre o condicionante para poner en pie un proyecto propio.

Conviene profundizar más en el asunto para saber que las relaciones entre el empresario y el torero distan de ser idílicas tal y como certifica cierta entrevista que ahora corre por las redes. Pero también es necesario recalcar otro dato: ciertos comentarios y valoraciones –por llamarlos de alguna forma- hacen un flaco favor al veteranísimo diestro de El Arrecife.

Joselito, Córdoba y Guerrita

Esa imagen cateta, aldeana y resentida que ha circulado por los móviles del toreo es lo que le sobra a Córdoba. El asunto nos lleva a otros terrenos, como las estúpidas críticas a la elección de la imagen de Joselito –no hay que olvidar que aún estamos conmemorando el centenario de su muerte- para engrandecer el cartel del próximo 12 de octubre. Hagamos un poco de historia: El gran Guerrita pontificó desde el trono de su célebre club que “se habían acabado los toros” después de conocer la trágica muerte del coloso de Gelves. Pero hay más: el segundo Califa del toreo había formado parte de la cuadrilla de Fernando El Gallo, padre de Joselito, que en su lecho de muerte y en precaria situación económica rogó al altivo Rafael Guerra que velara por los suyos.

Por cierto Joselito estaba anunciado en Córdoba para la feria de la Salud de 1920, muy pocos, poquísimos días después de la tragedia de Talavera. Pueden ir a ver el cartel mural original, certificado de una corrida imposible. Cuelga del zaguán –perfumado de vino y bota- de las Bodegas Guzmán, en la calle Judíos. Pues eso... hay que agradecer que un sevillano –José María Garzón- haya remontado el Guadalquivir para intentar sacar el coso cordobés del profundo sótano en el que se encuentra. Pero para algunos ése es el problema. Prefieren que todo siga como estaba, vivir entre ruinas e invocar a Séneca...