La cancelación de las ferias taurinas de la Magdalena en Castellón y las Fallas de Valencia ya es un hecho. No dejan de ser uno de los múltiples efectos colaterales de la expansión del llamado coronavirus que ha obligado a las autoridades a suspender los ciclos festivos de ambas capitales levantinas. En esa tesitura, Victorino Martín –en calidad de presidente de la Fundación del Toro de Lidia- ha solicitado una reunión urgente con el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribe, para analizar la situación y orquestar las posibles medidas ante el alcance del problema.
“La crisis del coronavirus ha comenzado a tener un relevante impacto negativo en la industria del toro, con la cancelación de ferias y festejos” ha advertido Victorino en esa carta en la que señala que aunque “los efectos a largo plazo son todavía difíciles de calcular, todo apunta a que va a ser una temporada muy complicada para el sector”. “En este contexto y con la finalidad de poder adelantarnos a los acontecimientos –prosigue el ganadero de Galapagar- nos gustaría tener una reunión de urgencia con usted para poder estudiar la posibilidad de poner en marcha lo antes posible planes de contingencia, recuperación y apoyo a la industria”.
A partir de ahí surgen las preguntas y la primera es... ¿Recibirá el ministro al presidente de la Fundación del Toro de Lidia? La temporada no ha podido comenzar peor para el sector, dejando en el campo algunos de los encierros de la flor de la camada de las principales ganaderías. A ese perjuicio hay que unir los honorarios de los actores directos del espectáculo –matadores, cuadrillas, mozos de espadas y un largo etcétera- y el beneficio indirecto que genera en otros sectores económicos, especialmente en la hostelería.
Los primeros festejos se han celebrado con normalidad, incluyendo la clásica feria de Olivenza –primer pistoletazo de salida de la gran temporada- a la que hay que unir en los últimos años el ciclo de Illescas. Parece que todo ha quedado varado ahí: la cancelación de la feria de Fallas y la Magdalena abre un tiempo incierto que podría tener consecuencias insospechadas para el mundillo taurino.
A ese perjuicio económico –numerosos aficionados se habrán visto obligados a cancelar viajes y estancias- se une el artístico. En Valencia, por poner sólo un ejemplo, se iba a verificar la reaparición de Andrés Roca Rey después de ocho meses de ausencia de los ruedos españoles forzada por la lesión que se produjo en la feria de San Isidro de 2019. Pero los números cantan: en Sevilla ya se contempla con preocupación el incierto escenario. La suerte de la corrida del Domingo de Resurrección –el día 12 de abril- y el ciclo continuado de festejos –del 19 de abril al 3 de mayo- correría paralela a la de una hipotética –y todavía prematura- cancelación de la Semana Santa y la inmediata Feria de Abril. El tiempo podría contar a favor –también en contra- en función de la evolución de la epidemia.