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Los alguaciles volverán a partir plaza en el ruedo de la Maestranza el próximo 17 de abril. Foto: Arjona
La semana taurina que se fue pivotó en torno a la presentación oficial de los carteles de la Feria de Sevilla. No se trataba de desvelar nada que no se supiera ya; si acaso, las fechas definitivas de unas combinaciones que ya habían sido avanzadas por los portales especializados y analizadas en estas mismas páginas antes de su puesta de largo el pasado miércoles. Nos interesan hoy las declaraciones de Ramón Valencia, que sacó hacia delante la rueda de prensa sin mayores apuros, más allá de alguna anécdota puntual que sirvió para aclarar que la paciencia de la Real Maestranza está a punto de agotarse con el pintor del cuadro de la temporada.
Se trataba de conocer, en la versión de la empresa, las circunstancias que han rodeado las ausencias más llamativas del ciclo sevillano. La más relevante es la de Alejandro Talavante. Valencia confirmó lo que ya se sabía, aportando detalles de los vericuetos de una negociación en la que también quedó clara la moderna adversión del Tala a las cámaras de televisión con las que sí transigirá en Madrid. Quedó clara una certeza: el diestro extremeño tenía amarrada su reaparición a la plaza de Las Ventas y la empresa no consideró –y es lógico- que quisiera limitar su paso por Sevilla a un bolo septembrino.
Hay más ausentes, como el murciano Paco Ureña. Ni siquiera se le llamó. El empresario le reconoció la debida alcurnia al señalar que no tenía nada que ofrecerle de su categoría. En fin... Tampoco estará el rejoneador Diego Ventura, verdadero as de la baraja ecuestre. Sea como fuere –Valencia habló de un inasumible aumento de honorarios- el entendimiento entre la empresa Pagés y el número uno del toreo ecuestre sigue estando demasiado lejos. Pierden los aficionados al rejoneo mientras se empobrece el festejo ferial, con o sin el guateque familiar de los Hermoso de Mendoza.
Garzón: original novillada en Morón y concesión de Málaga
Pero en estos días hay otras notas de interés que no merecen quedar en el tintero como la presentación de esa novillada de primavera que ha cocinado José María Garzón para la plaza de Morón. Será el próximo 27 de marzo en jornada matinal sumando el triple debut con caballos de tres chicos que merecen ser tenidos en cuenta. Hablamos de Diego Bastos, Joselito Sánchez y Marcos Linares que, por cierto, estrena apoderado en la persona de Emilio Moreno. Pero más allá de ese interesante argumento taurino, el empresario sevillano dotará al evento de un novedoso carácter social y familiar al convertir el ruedo en un inmenso recinto lúdico en que, cuando finalice el festejo, se podrán compartir viandas, tomar una copa, escuchar la música ambiente y hasta dar un capotazo al aire o sentir el tacto de las riendas de un caballo de picar. La promoción es doble: de la cantera del toreo y del futuro de la propia afición.
La empresa Lances de Futuro también ha acaparado la atención del mundillo taurino al hacerse con la concesión de la plaza de toros de Málaga para las próximas temporadas. José María Garzón suma así un importantísimo activo a un parque de plazas que incluye, además de otros cosos menores, los ruedos de Santander, Córdoba y Almería. Las llaves de la Malagueta refuerzan su papel en un mapa taurino en el que, hasta nace nada, el que se movía no salía en la foto. Las fuerzas del toreo están cambiando las líneas de frente...
El maestro de Espartinas, a hombros de toda la profesión, el Domingo de Resurrección de 2015.
De la Medalla de Andalucía para Espartaco
Aún hay más titulares que merecen ser desmenuzados. El más relevante, más allá de esos dimes y diretes en torno a la presentación de los carteles, fue la concesión de la Medalla de Oro de Andalucía a un matador de toros. Hablamos de Espartaco que tendrá que recoger la presea este mismo lunes, festividad de la comunidad autónoma, en el teatro Maestranza. Además de poner en el mapa el nombre de su propio pueblo, Juan Antonio Ruiz Román ha sido una de las últimas grandes figuras del toreo que ha trascendido de los muros –cada vez más altos- de la profesión.
Espartaco detentó el timón de la fiesta desde mitad de los ochenta a los primeros noventa del pasado siglo. Pero es que, además, fue una verdadera figura dentro y fuera de los ruedos en unos tiempos, no tan lejanos, en los que el toreo se desenvolvía con naturalidad en una sociedad menos hipócrita y ternurista. Se vistió de luces por última vez en aquel complejo Domingo de Resurrección de 2015. Aquel día le dio la alternativa a su paisano y pupilo Borja Jiménez pero sobre todo dio una valiosa lección de lo que supone ser y estar en figura del toreo en unos momentos que pedían una mayor altura de miras. Toda la profesión se echó al ruedo para sacarlo por sexta vez por la Puerta del Príncipe. La concesión de esa medalla es una gran noticia para el toreo, para toda la cultura. Enhorabuena.
Y vamos recogiendo los bártulos, dando un rápido repaso al muy taurino puente de Andalucía: en Sanlúcar la Mayor se recuperaron los toros gracias a los oficios de Lama de Góngora, gran triunfador de un festejo que permitió vislumbrar el buen momento de Javier Jiménez. También hubo triunfos, excelente ambiente y una gran novillada de El Parralejo en el festival de Cantillana y en el encierro y posterior novillada promocional de La Puebla. En los tres sitios se llenaron las plazas. Hay ganas de toros. Pues que no decaiga...