PSOE andaluz

Las dudas sobre Espadas vuelven a apoderarse del PSOE a semanas del congreso federal

Las críticas contra el secretario general andaluz aumentan mientras Ferraz mantiene silencio

El secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, en el Senado.

El secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, en el Senado. / Borja Sanchez-Trillo

Victoria Flores

Victoria Flores

El liderazgo de Juan Espadas está de nuevo en cuestión. El secretario general de los socialistas andaluces confía en poder seguir en su puesto, al menos hasta las elecciones autonómicas de 2026. No hay ningún otro nombre encima de la mesa para disputarle el cargo. Sin embargo, los frentes internos son cada vez más notorios, quienes alzan la voz contra la ejecutiva se multiplican y las encuestas hacen que se cuestione su papel al frente del PSOE-A.

En Ferraz siempre han guardado silencio y nunca han mencionado una posible alternativa. Aun así, los socialistas sostienen que es el secretario general, Pedro Sánchez, quien debe tomar una decisión y el presidente del Gobierno todavía no se ha pronunciado al respecto. "No lo tiene decidido", aseguran desde la dirección federal.

Para ganar en la Moncloa hace falta el empuje de Andalucía. Sánchez ha recuperado Cataluña, que se ha convertido en la federación con más fuerza, pero sigue sin poder hacer lo mismo con el territorio andaluz, la gran fuente de votos socialistas. El PSOE-A ha cumplido un ciclo de derrotas frente a presidente Juan Manuel Moreno y los sondeos defienden que la situación no va a cambiar pronto. El CIS de octubre mantiene a Sánchez como vencedor de las elecciones con un 34%, pero recorta la distancia del PP con los socialistas y los sitúa solo 2,5% de distancia. De hecho, la encuesta de GESOP para los medios de Prensa Ibérica señaló que Alberto Núñez Feijóo ganaría las elecciones con el 33,3% de los votos y 141-146 escaños (ahora tiene 137).

Espadas se enfrenta al Congreso Federal

Este lunes el barómetro del Centro de Estudios Andaluces (Centra) ha situado a Espadas a 15 puntos de Moreno. Los socialistas siguen muy lejos del líder del PP andaluz y, aunque crecen ligeramente en apoyos, se mantienen entre 30, como tienen ahora, y 32 escaños. Hace dos años, en las elecciones autonómicas, los socialistas estuvieron a 19 puntos del PP. Han recortado cuatro puntos sin erosionar la mayoría absoluta de Moreno. A este ritmo, Espadas necesitará casi 10 años más para poder recortar la diferencia con los populares y recuperar el gobierno que el PSOE ostentó en Andalucía durante 37 años.

En el PSOE asumen que acabar con Espadas en el Congreso Federal de Sevilla de final de noviembre no tiene sentido, pero igualmente admiten que mantenerlo con unas encuestas que repiten constantemente que su liderazgo no consigue arañar votos a Moreno, tampoco es viable. Los socialistas se reunirán en la capital andaluza en unas semanas para elegir el rumbo del partido y reforzar la figura de Sánchez y el presidente podría aclarar el futuro del socialismo andaluz. Todo está por decir y las dudas que hace unos meses los socialistas reconocían que les estaban "matando" aumentan en vez de reducirse. "No salimos del bucle", lamentan.

Espadas está poniendo toda la carne en el asador de cara al Congreso, para el que queda poco más de un mes. Ante las críticas por el tiempo que pasa en Madrid para cumplir con su agenda como portavoz del Senado, el líder del PSOE-A recorre todas las esquinas de las provincias en las que parece tener menos apoyos y ha intensificado su presencia mediática aumentando sus ruedas de prensa. "A nosotros claro que nos preocupa", admiten en San Vicente, donde minimizan los sondeos, pero ven que el tiempo corre. Muestra de ello es el tuit que ha publicado este lunes el diputado socialista Mario Jiménez, que llegó a ser el portavoz del grupo durante el Gobierno de José Antonio Griñán, que ha pedido la renovación del partido: "Si no cambiamos el PSOE-A, no cambiaremos Andalucía".

Los movimientos críticos se hacen fuertes

Los socialistas andaluces intentan desgastar a Moreno, pero su estrategia no funciona. Pleno tras pleno los socialistas denuncian la gestión de la sanidad y la dependencia, pero sus discursos parece que no calan entre la sociedad. Crecen el malestar y las manifestaciones, pero estos no se traducen en una pérdida de votos del PP. La última baza de los socialistas ha sido el frente judicial abierto contra Moreno por los contratos a dedo de Salud.

No ayuda tampoco en nada, a la labor de oposición del PSOE andaluz, acuerdos como el de la financiación singular para Cataluña, que dinamita los principios de la financiación que siempre han pedido los socialistas y alimenta el discurso de los agravios con otras comunidades, que bien explota el PP.

Con este panorama, los movimientos críticos crecen y, aunque en el PSOE se afanen por repetir que solo son "ocho militantes", el malestar recorre muchas corrientes del partido y hay dudas sobre el peso real que están adquiriendo. La irrupción de Bases Andaluzas Socialistas, un movimiento "de inclusión" que llega para realizar una "transformación profunda" y una "renovación" del partido. De hecho, en Ferraz temen la fuerza que pueden tomar y ya investigan su potencial y su peso. La oposición interna no se reduce ya a los susanistas molestos con la derrota de la expresidenta en las primarias, sino que se extiende más allá e incluye ya a numerosas corrientes de dentro del partido. Aun así, la guerra pública con Susana Díaz no beneficia a Espadas y solo hace que el malestar se multiplique.

Los socialistas andaluces se encuentran ya en una cuenta atrás para resolver todas sus preguntas y en febrero, como muy tarde, tendrán claro quién será su candidato de cara a las elecciones andaluzas. Bien sea Espadas o un nuevo nombre, el líder del PSOE-A tendrá hasta la primavera-verano de 2026 para intentar revertir los resultados de las encuestas y de las urnas.