Page transmite a Sánchez su oposición frontal a la nueva financiación: "La riqueza de Cataluña no es de los catalanes; es de todos"

Pedro Sánchez cerró este viernes con un dirigente del PSOE su tercera jornada de reuniones en el Palacio de La Moncloa con los presidentes autonómicos. Podría haber sido la cita más plácida y conciliadora de todas. Pero se trataba de Emiliano García-Page. 

Page, presidente de Castilla-la Mancha, es el único de los mandatarios socialistas que gobierna con mayoría absoluta su comunidad. También es el mando del PSOE más crítico con Sánchez. Sobre todo, con su política frente a la crisis territorial en Cataluña y su mano tendida con ERC y Junts, a quienes el líder socialista necesita para sacar adelante sus iniciativas en el Congreso. Ha estado en contra de casi todas las medidas de Sánchez en este campo, de los indultos a la rebaja de la malversación, llegando incluso a recurrir la ley de amnistía ante el Tribunal Constitucional (TC). Se trata de un choque tan público que el jefe del Ejecutivo se permite incluso bromear. “La noticia sería que diera una rueda de prensa apoyando al Gobierno”, señaló el jefe del Ejecutivo a finales de julio, cuando le preguntaron por las críticas de Page al acuerdo entre el PSC y ERC para investir a Salvador Illa como ‘president’ a cambio de impulsar una suerte de concierto económico para Cataluña. 

Analizado bajo este prisma, el encuentro de este viernes tampoco fue noticia. Page continuó con sus ataques al nuevo sistema de financiación catalán, por el que la Generalitat podría, siempre que entre en vigor, recaudar y gestionar todos los impuestos generados en su territorio. El castellano-manchego fue duro, muy duro, más incluso que el murciano Fernando López-Miras y el valenciano Carlos Mazón, con quienes Sánchez se había reunido previamente. 

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El ataque a "lo más sagrado"

“La riqueza de España es de todos, es nacional. No es una frase hecha. La riqueza de Castilla-La Mancha no es de los castellano-manchegos. La riqueza de Cataluña no es de los catalanes. Es de todos. Si alguien busca que pasemos a distribuir la riqueza en 17 riquezas, ese no es un modelo constitucional ni federal. Contraviene los principios más elementales de la equidad e igualdad. La dificultad de pactar con quienes quieren romper la unidad, es que atacan lo más sagrado: la unidad. La economía es interdependiente, no se puede trocear en 17”, dijo. 

Page rebatió casi todos los argumentos que el Gobierno ha empleado para defender el acuerdo con ERC. Si la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, asegura que el pacto no establece un “concierto económico”, Page sostiene que se trata de “un concierto, un cupo, como la copa de un pino”. Si el Ejecutivo llama a las otras autonomías a “inspirarse” en la financiación catalana para abordar sus futuros sistemas, el barón socialista contesta que el documento firmado entre los socialistas catalanes y los republicanos “no es válido” y no lo piensa tener en cuenta como “base para la negociación”. Y si la Moncloa defiende que el nuevo modelo debe estudiarse en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), que reúne a la ministra y consejeros de Hacienda, el presidente de Castilla-La Mancha dice que ese no debe ser el foro. O no el único. Sobre todo,  porque el Gobierno central tiene todas las de ganar en una reunión de ese organismo, debido a las reglas por las que se rige.

“El CPFF se tiene que convocar, es un órgano de debate. Pero no puede ser el órgano definitivo para pactar. Allí la mitad de los votos ya la tiene garantizada el Gobierno. Basta que una comunidad dé su apoyo al Gobierno, y ya se pueden imaginar cuál, para que ya tenga mayoría”, señaló Page, en clara referencia a Cataluña .

Optimista sobre el fracaso del pacto con ERC

El presidente de Castilla-La Mancha explicó que había salido de la reunión (que duró dos horas y también sirvió para abordar otros temas, como el agua) con las mismas dudas sobre la financiación catalana que tenía antes de entrar. “Mi posición sería la misma si este modelo, en lugar de los independentistas, lo hubiera planteado la comunidad más rica de España, que es Madrid. Toda la izquierda habría salido en tromba para decir que se rompe la unidad de España. Pero quiero ser optimista. Creo que no habrá un modelo nuevo sin respeto a la igualdad. Confío en que no llegue al Congreso”, dijo, impugnando otro argumento del Gobierno, que asegura que la financiación catalana, que para entrar en vigor necesita de una reforma de la ley orgánica de financiación de las comunidades autónomas, será validada por la Cámara baja.  

En cualquier caso, el choque en el seno del PSOE tendrá seguro un nuevo capítulo, de enorme relevancia política, en el congreso que el partido celebrará en Sevilla entre el 29 de noviembre y el 2 de diciembre. Page piensa dar la batalla. “Yo digo lo mismo en cualquier foro. Es importante que en el congreso del PSOE no se abra paso la ruptura de la igualdad. Estoy convencido de que va a ser así, que se harán las cosas de una forma en la que todos estemos cómodos. Si se trata de adaptar la doctrina del partido al pacto en Cataluña, quiere decir que lo pactado es contrario al modelo que tenemos en el partido”, concluyó. 

Pero el encuentro con Sánchez fue “cordial”, dijo Page, revolviéndose contra la utilización que la derecha hace de sus continuas críticas al presidente del Gobierno. “El PP igual imaginaba que iba a venir con una bomba lapa. Pero estamos acostumbrados a escuchar bobadas”, señaló. Minutos después de estas palabras, el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, encargado de dar la versión del Ejecutivo sobre los encuentros con los mandatarios autonómicos, resaltó que Sánchez y Page se habían dado "un abrazo" al acabar la reunión.