Opinión | Pensamiento Periférico

La historia de ‘El 47’ en tiempos revueltos

Ir al cine a ver una historia de humanidad y solidaridad en la Barcelona de 1978, donde los emigrantes andaluces y extremeños peleaban por su dignidad, cobra en estos tiempos un significado especial

Pleno de investidura de Salvador Illa.

Pleno de investidura de Salvador Illa. / Zowy Voeten

‘El 47’ es la vida de muchos andaluces y extremeños. La película de Marcel Barrena cuenta la historia real de Manolo Vital, un conductor que secuestró un autobús de Barcelona para demostrar que el transporte público podía llegar hasta su barrio. En ese barrio adonde no llegaban los autobuses vivían mayoritariamente emigrantes andaluces y extremeños, llegados en el éxodo de los años 60.

Quién no haya oído hablar del Sevillano, el tren que llevó a miles de andaluces a Barcelona, no ha tenido abuelos de un pueblo de Andalucía. El viernes desde la sala de prensa de la Moncloa, el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, aseguró que él quiere "lo mejor para Cataluña" y recordó que él nació en Barcelona fruto de la emigración de los andaluces en los años 60 y 70. Acto seguido advirtió de que si Cataluña logra su financiación singular, Andalucía saldrá “derrotada”, en un término bélico que no es casual.

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, reflexionaba este martes en una entrevista en El Periódico de Cataluña, de Albert Sáez y Julia Regué, sobre su modelo de “prosperidad compartida”. “Cataluña ha sido y seguirá estando siempre solidaria”, aseguró el president, “la solidaridad no es pedir que unos territorios financien las rebajas fiscales de otros”, avisó.

La fórmula por despejar

Queda mucho por conocer sobre esa fórmula de financiación singular para Cataluña y, sobre todo, de cómo esa concesión al independentismo catalán, en ese acuerdo sellado con ERC a cambio de la investidura de Illa, garantiza que no haya una merma en la caja común del Estado y que las transferencias sigan llegando a todas las comunidades con garantías de igualdad, con la seguridad de que un catalán no tendrá más financiación que un extremeño o un andaluz. Desde el sentido común, nadie que pida tener en su poder la llave de la caja, la exige para luego dar lo mismo o más al resto. ¿Cuál será la fórmula mágica?

El discurso de Illa es conciliador, apela a la generosidad. El de ERC no pivota en absoluto sobre esos ejes y el de Junts no puede estar más lejos de esos principios de equidad entre todos los territorios de España. La reflexión de Illa fue contestada, a preguntas de El Correo de Andalucía, por la consejera andaluza de Economía y Hacienda, Carolina España. “Lo que no es solidario es que los andaluces y el resto de españoles tengamos que pagar con una subida de impuestos gastos como las embajadas de Cataluña. Lo que no es solidario es que no hablen de las pensiones, que les pagamos el resto de los españoles, y que los andaluces tengamos que pagar la fiesta del independentismo”, dijo visiblemente enfadada. En la misma comparecencia, la consejera admitió que la Junta había recaudado 200 millones de euros menos por las bajadas de impuestos aplicadas en Andalucía.

Cuidar las formas

Sin entrar en el fondo, porque habría muchísimo que debatir, por esta vez me quedo en las formas. Deberíamos cuidarlas. Hemos pasado del ‘España nos roba’ al ‘Cataluña nos roba’. Este domingo el expresidente andaluz, José Antonio Griñán, y la exconsejera andaluza de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, alertaban del peligro de abordar un asunto tan serio como la financiación autonómica, un tema de arquitectura del Estado, desde la ‘catalanofobia’.

Salvador Illa ha anunciado una ronda de encuentros con todos los presidentes de las comunidades autónomas. Visitará los demás territorios para explicar que busca acuerdos por el interés general. Bienvenido sea. Ojalá pronto una Conferencia de Presidentes donde, cara a cara, en la misma mesa, se digan lo que temen y lo que quieren unos y otros. Con las estrategias partidistas fuera del encuentro y sin que los partidos independentistas, que no gobiernan en ninguna comunidad de España ni se sientan en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, puedan hacer rehenes al resto. Como andaluza me encantaría que Moreno tomara la iniciativa y llamara a Illa para decirle: “'President', como nacido en Barcelona, hijo de la emigración andaluza, abre esa ronda por San Telmo, vente a Andalucía, hablemos, aquí tienes tu casa”.