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Actualizado: 24 dic 2022 / 04:00 h.
  • Fernando Osuna y Javier Santos.
    Fernando Osuna y Javier Santos.

En la provincia sevillana se calculan unos 30.000 licenciados en Derecho. El título es polivalente. Sirve para ser empleado, autónomo o trabajar para la administración pública. Una minoría practica la abogacía, que hoy requiere un Máster habilitante tras concluir los estudios del grado universitario.

El mercado de la abogacía se especializó. Y generó macro-bufetes sobre sobre nombres de fuste. El trasvase entre excedentes, pre y jubilados de la función pública aporta excelencia al gremio, aunque esas puertas giratorias otorgan privilegios, agravios, colmatan agendas de contactos y explican sentencias o negocios atípicos.

Remover tumbas, aflorar minutas

Hay nichos de negocio en la abogacía que son infinitos. Uno es pleitear legítimas por hijos extramatrimoniales. Lo escribíamos aquí en 2019 () Millonarios, aristócratas o terratenientes hacen temblar a sus herederos cuando aparece alguien que demanda fraternidad tras repartirse el legado. No hablamos de faenas de rapiña premortem.

Ahí aparece un experto sevillano con 600 casos a sus espaldas. Fernando Osuna es un Letrado que se curtió como Jurídico Militar. Sería prejubilado del cuerpo y tendría paguita. La injusticia de hijos que constan en el Registro Civil con distinto padre del biológico sirve a Osuna para no rendirse.

Desde hace años Osuna logró sentencias impensables antaño que dan nuevos apellidos a sus patrocinados, hijos extramatrimoniales, ‘naturales’ o bastardos según la nobleza. Los hijos ‘oficiales’ suelen negarse sistemáticamente pues cobraron las herencias. En tal proceso hay, casi siempre, tejemanejes y trapicheos. Más cuando hay más a repartir. A Cada pájaro se le conoce por su cagada, según el irrepetible Fernán Gómez

Para lograr su éxito profesional Osuna logró exhumar cadáveres, persigue -con detectives privados- pruebas de ADN, busca co-herederos o rastrea legados dentro y fuera de España. A veces sus demandas sacaron féretros de panteones, esfumaron patrimonios, arrendaron o vendieron bienes. Dan tanto pánico como rubor a quienes se creían los únicos herederos.

¿Julio Iglesias bis?

La ex bailarina portuguesa Mª Edite Santos documentó una fugaz relación en 1975 con el famoso cantante, ya casado y con hijos. De aquel amor nació Javier Santos, con rasgos faciales parecidos, clavaítos, a Julio Iglesias.

La tenacidad de Santos para cambiar de apellido es infinita. Intentó ser cantante (Soy como tú y Tiembla mi piel fueron sus temazos). Viajó a Miami para acercarse a sus ‘hermanos’. Su madre dio exclusivas, vendió intimidades y publicó un libro (Un Hijo con Julio Iglesias, 2007). Nos preguntamos: ¿Fue un todo por la pasta?

Un juez valenciano hace años sentenció que Santos es hijo de Julio Iglesias. El Magistrado José Miguel Bort se basó en el parecido de Santos con el cantante y la negativa a realizarse una prueba biológica. El ADN en el que basó la demanda de Osuna y Santos se obtuvo en Miami por el detective y ex guardia civil sevillano Luis Lara (Agencia IPS). Bort la excluyó del procedimiento por ‘ilícita, carente de cualquier relevancia y valor jurídico. La evidencia se hurtó del auto de un hijo del cantante. Carecía de aval de fedatario vulnerándose la cadena de custodia. Más fácil hubiera sido subcontratar un Detective en Miami, donde hablan muy bien el español.

Al establecerse que Julio Iglesias tenía un nuevo hijo, la sentencia de Bort sufrió sucesivas apelaciones que sentenciaron lo mismo: el tema es ‘cosa juzgada’. La madre de Javier Santos perdió hace lustros una demanda idéntica cuando su hijo era menor. Aunque el vínculo genético entre Iglesias y Santos es del 99%, la Justicia ha rechazado sucesivas apelaciones de Osuna en la Audiencia valenciana, Tribunales Supremo y Constitucional.

Un comunicado del bufete de Santos reinventa la publicidad corporativa. El varapalo del TEDH rechaza la paternidad biológica de Iglesias por idéntico motivo que los juzgados españoles (cosa juzgada) que ventilaron el asunto.

Para Osuna el nuevo hachazo invitas a salir a la palestra. Considera ‘un pronunciamiento sorprendente y en contra de su criterio [del TEDH], ya que más de 15 sentencias defienden que la verdad genética está por encima de la cosa juzgada y otras cuestiones formales’. El irredento Letrado planea, según su comunicado, seguir brindando al sol ante la ONU o demandando en el futuro a alguno de los 8 hijos del cantante.

La pregunta sobre quién paga las minutas de abogado, procurador, peritos, laboratorios y detective de Santos debería responderse con tanta celeridad como la de bufete lanzando comunicados a la prensa. Osuna, añade en el último, que ‘empleará otras vías’ sin detallarlas. Esto obviamente chirría

¿Hay ‘herencia’ sin muerto?

Las especulaciones sobre la salud de Julio Iglesias, de 79 años, su posible retirada de los escenarios y la fortuna calculada sobre los 1.000 millones de dólares estarían tras la última demanda de Javier Santos. Se activó, casualmente, tras anunciarse la última gira del cantante en 2019. Miranda Rijnsburger, esposa, madre de sus 5 hijos y gestora del cantante, no estaría quieta ante el futuro de su marido y lo que pudieran heredar otros hijos.

La herencia yacente, la producida desde el fallecimiento hasta la aceptación/renuncia de los herederos acusa irregularidades en cualquier familia. Escribíamos en #Infraganti que se cometen hasta delitos.

En el caso de Julio Iglesias no hay herencia que cobrar pues sigue vivo. Pero la promiscuidad de apelaciones para mantenerse en la palestra de Osuna tras perderlo todo da que pensar. ¿Quién paga esta batalla? Expertos consultados no niegan que en el mercado alcanzaría el millón de euros. Es llamativo que Javier Santos no tiene trabajo, ni ingresos conocidos. Al igual que su madre, jubilada de una intensa vida como corista del baile.

El Letrado Osuna ha verbalizado que varios fondos inversores que compran derechos de herencia litigiosas se habrían interesado por la legítima que pudiera corresponderle a Javier Santos. Pero hay varios datos objetivos que reducirían la oferta. Uno es que no tienen ninguna sentencia firme que avale la filiación de Santos. Otro es que la fortuna del cantante está fuera de España. De obtener algún dictamen favorable no es válido aquí.

Hay una realidad, el Bufete de Osuna está ligado a noticias y reportajes que visibiliza su gusto por la palestra. Y es erre-que-erre su irredento tesón que vende el éxito sobre el varapalo. Le deseamos éxito al abogado de los hijos sin padre, según Fermín Cabanillas.