Los espectáculos taurinos no se han librado del toque de queda impuesto por el covid-19. Después de cancelarse las ferias de Fallas de Valencia y la Magalena de Castellón, el resto de espectáculos previstos para estas fechas cayeron como en un efecto dominó incluyendo –hasta ahora- la mismísima Feria de Abril que el empresario Ramón Valencia, de acuerdo con el resto de actores y gestores de la ciudad, quiere trasladar en versión revisada a la segunda quincena de septiembre, cerca de las tradicionales fechas de San Miguel
El parón del sector es tremendo, inapelable, inevitable... Y de alcance insospechado. Ya se han quedado numerosas corridas pastando en el campo; los hombres de las cuadrillas vivaquean en sus respectivas casas sin poder ingresar los sueldos de los festejos perdidos y los matadores dejarán de liquidar los distintos contratos perdidos en función de su categoría. Es lluvia que cae sobre mojado y se une al drástico recorte en el número de espectáculos experimentado en los últimos años. Es la consecuencia de sumar los estragos de la crisis económica a los de la presión antitaurina.
El beneficio indirecto del espectáculo –en especial la hostelería- también se va a resentir especialmente de este cese de actividad al que no se puede poner fecha de vuelta. Pero hay un vértice en el que confluyen todos los figurantes del sector: las empresas que montan los festejos, compran el ganado, contratan a los toreros y, lógicamente, esperan lucrar los correspondientes beneficios. El ministro Ábalos y el vicepresidente Marín ya han dado a entender que el plazo inicial de 15 días en estado de alarma habrá que ampliarlo. En esa tesitura no parece aventurado pensar que la normal celebración de la feria de San Isidro, auténtico mundial del toreo, podría verse amenazada seriamente. El larguísimo serial madrileño tendría que comenzar en los primeros días de mayo se ha quedado sin ni siquiera presentar. El panorama no es nada halagüeño...
Javier López recogía en EFE algunas de las reacciones de las principales personalidades del sector, comenzando por el prestigioso ganadero Victorino Martín, presidente de la Fundación del Toro de Lidia que ha advertido que “el toro, a diferencia de otras industrias culturales, no posee ninguna ayuda en los presupuestos generales, ni se apoya tampoco en patrocinadores que ayuden a sufragar los elevados costes de producción, paliados únicamente con lo que entra en la taquilla”.
No hay que olvidar que empresas como las de Castellón, Valencia o Sevilla ya habían hecho algunos gastos que difícilmente recuperarán. “Ha sido un dinero a fondo perdido, sin olvidar la novillada de promoción que ya habíamos celebrado, un festejo que organizamos sin percibir nada y que luego se suele rentabilizar con la taquilla de la feria, pero que este año ha hecho aumentar más el déficit”, desvelaba a EFE Ignacio Lloret, gerente de Simón Casas Productions y Plaza 1, empresas vinculadas a las plazas de Valencia y Madrid. A ese dinero, además, hay que unir el canon televisivo que ayudaba a equilibrar el difícil balance económico de los festejos, especialmente los de carteles de campanillas.
Pero la tragedia, evidentemente, es extensiva al campo bravo que une este auténtico cataclismo a las dificultades crónicas de un estamento en el que no suelen salir las cuentas. Carlos Núñez, presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia habla de consecuencias “fatales” para la “débil” economía de sus explotaciones, muchas de ellas amenazadas también por la pérdida “de patrimonio genético irrecuperable y de biodiversidad”. Para Núñez la situación es “dramática”. “Los ganaderos criamos con ilusión toros con un coste de 4.000-5.000 euros por cabeza, y de dilatarse esta situación hasta el mes de junio supondría un stock de más de 1000 animales en el campo” ha denunciado. El panorama que se plantea pasa por perder camadas enteras antes la imposibilidad de lidiar las reses pasados los seis años de edad. En esa tesitura el destino de muchos animales sólo podría ser el matadero...
El banderillero David Prados, secretario general de la Unión Nacional de Picadores y Banderilleros (UNPBE) no puede aportar muchos más datos más allá de un ejercicio de paciencia. “Sólo nos queda esperar a la reunión de la Fundación de Toro de Lidia (FTL) con el ministro de Cultura. No podemos hacer otra cosa” explica el veterano subalterno madrileño.
Esa reunión, solicitada por carta por Victorino Martín, permanece en la lista de espera de la agenda de Rodríguez Uribes. “De lo que salga de ahí dependerá nuestro futuro más inmediato, aunque lo importante ahora es vencer al virus y hacer caso a las advertencias sanitarias. Somos un país fuerte, ya lo hemos demostrado a lo largo de nuestra historia, y, unidos, saldremos de ésta, de eso no tengo la menor duda”, concluía Victorino Martín para EFE.
Mientras se siguen desatando los acontecimientos, la junta directiva de ANOET –la asociación que agrupa a los pesos pesados del empresariado taurino- se ha reunido por videoconferencia, siguiendo los protocolos establecidos, para analizar la situación. “Queremos manifestar nuestro compromiso y colaboración para frenar la propagación del COVID-19 y de la activación por parte del gobierno del Estado de Alarma” han explicado en un comunicado hecho público este martes.
Hay que recordar que la junta directiva de ANOET está presidida por Simón Casas. Ramón Valencia y Óscar Chopera detentan el papel de vicepresidentes mientras que Maximino Pérez, Antonio Barrera, José Cutiño, Pablo Chopera, Manuel Chopera, Ángel Bernal y Alberto García completan el organigrama como vocales. También participo en la reunión –señala Aplausos- Toño Matilla, invitado como empresario de Castellón, una de las primera ferias afectadas de el inicio de temporada
“Conscientes de la situación que conlleva la paralización de la actividad taurina, como otros sectores económicos, más que nunca necesitamos la colaboración y coordinación con todos los que integramos la Tauromaquia” demandan los empresarios señalando que han enviado una carta al ministro de Cultura y Deporte, en la que ponen de manifiesto la gravedad de la situación generada por la crisis sanitaria.
“Es importante valorar la situación actual y establecer las acciones necesarias para que, cuando entre todos, superemos esta crisis sanitaria, podamos reanudar la actividad” prosiguen los gestores de los principales cosos españoles añadiendo que ANOET “se encuentra trabajando en esta línea, velando por los intereses de todos los que forman parte en el espectáculo y cómo no de los aficionados”. La junta directiva de ANOET finaliza el comunicado reivindicando el papel de “entidad empresarial que conecta a todos los agentes que integran el espectáculo” y subrayando su “posicionamiento en el organigrama del mismo, para coordinar y trabajar de forma más eficiente con vistas al futuro”. Un futuro que hoy por hoy es incierto...