La actividad de esta semana ha venido marcada por las novedades que Hyundai trae para el nuevo curso. Por un lado, pone al día la versión más deportiva de su modelo de tamaño mediano, el i30 N. Por otro, lanza la cuarta generación del Tucson, un SUV que actualmente «se vende solo» gracias a su excelente relación entre coste y producto.
Del i30 N, por el momento, no ha dado muchos detalles ni ha comunicado si hay cambios en la potencia del motor, que en su lanzamiento estaba disponible en dos niveles de potencia, normal, de 250 caballos, y Performance, de 275, aunque posteriormente sólo esta última quedó en el mercado. Este coche, que destaca por ofrecer un rendimiento y una respuesta particularmente directa y deportiva a un precio competitivo en relación a sus competidores, como el Volkswagen Golf GTI o el Skoda Octavia RS, se podrá elegir con cambio manual o automático de doble embrague con ocho marchas.
Los cambios estéticos son evidentes, pese a la oscuridad y el misterio con que ha presentado las fotos. Entre las novedades disponibles estarán unas llantas de aleación de forja de aluminio que, según Hyundai, son más ligeras y resistentes que las anteriores.
Del Tucson hay muchos más detalles. Como se trata de un modelo completamente nuevo, con un desarrollo diferente al del modelo al que sustituye, la gama de versiones es ahora más amplia, para contar con motores térmicos convencionales o en variantes electrificadas parcialmente (con hibridación ligera), o de forma más contundente, con un Tucson híbrido y otro híbrido enchufable, este último de 265 caballos de potencia y previsto para más adelante. Por tanto, las etiquetas ambientales de la gama serán las de tipo C, Eco y Cero.
La carrocería ha crecido dos centímetros en longitud y se queda en 4,5 metros exactos, por lo que sigue siendo un poco más grande que un SEAT Ateca y similar a su rival directo, el Kia Sportage. Los motores anunciados inicialmente serán diésel y gasolina, de entre 116 y 180 caballos, más una versión híbrida de gasolina con 230 caballos. El nuevo Tucson puede tener tracción delantera o a las cuatro ruedas y cambio manual o automático.
Para las versiones con tracción integral existirá un selector de modos que permita optimizar la capacidad de avance en función del tipo de terreno. Entre los elementos opcionales estarán varios tipos de suspensión (confortable o deportiva, con y sin regulación electrónica de dureza), llantas de entre 17 y 19 pulgadas de diámetro, paquetes de personalización, Apple CarPlay y Android Auto, mayor cantidad de airbags para proteger a los pasajeros en caso de impacto y asistentes a la conducción mejorados, como uno que permite maniobrar el coche remotamente a través del teléfono móvil. Para tenerlo en los concesionarios habrá que esperar hasta finales de este año.