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Actualizado: 07 nov 2020 / 11:25 h.
  • El diestro sevillano se ha vestido de luces en cinco ocasiones en la temporada 2020. Foto: Santana de Yepes
    El diestro sevillano se ha vestido de luces en cinco ocasiones en la temporada 2020. Foto: Santana de Yepes

Conviene situarse en el punto de partida. La cocción de la Feria de Abril que nunca se celebró había estado acompañada de los dimes y diretes en torno a la definitiva terna del Domingo de Resurrección. La calle tenía hecho el suyo, el más lógico posible: Los nombres de Morante, Roca Rey y, sobre todo, Pablo Aguado conformaban la terna natural. Pero los vaivenes de la política taurina se impusieron a esa lógica hasta desplazar el nombre más deseado en torno a las cuitas causadas por la elección –o imposición- de una corrida de Garcigrande para la emblemática fecha.

Con el descarte de Aguado entró en danza el nombre de un torero en trance de reaparición, Alejandro Talavante, que terminó de redondear la combinación pascual desbrozando, de paso, el atolladero de las combinaciones abrileñas. La Feria estuvo lista a comienzos de febrero. El día 13 del mismo mes fue presentada en el habitual acto celebrado en el Salón de los Carteles aunque las combinaciones, que habían circulado en un indiscreto pantallazo que pasó de móvil en móvil la jornada anterior, ya eran archisabidas. Valencia no renunció a prestar el titular más llamativo a la prensa especializada al dar su particular versión de la ausencia de Aguado en Resurrección: “¿Por qué no Garcigrande?”. Quedaba aún un mes para el aire acabara dando la vuelta...

Mientras tanto, los actos habituales de la pretemporada taurina seguían su curso. El día 20 de febrero, dentro de una deslumbrante carpa trasparente instalada en los medios de la plaza de toros, la Real Maestranza de Caballería celebró su tradicional acto de entrega de premios taurinos y universitarios correspondientes a la temporada y el curso anterior. Pero el evento tenía un matiz especial: se celebraba el 350 aniversario del instituto del cuerpo nobiliario. No podía faltar su Hermano Mayor efectivo, el rey Felipe VI, que fue el encargado de entregar a Pablo Aguado –el más aplaudido junto al propio monarca- los premios correspondientes a triunfador y autor de la mejor faena de la Feria de Abril de 2019, la última que hemos conocido.

Comienza la temporada

No quedaban demasiadas fechas para que Pablo Aguado iniciara la primera temporada con indiscutible aura de figura. El joven matador sevillano, como Morante, también pasó por las plazas de Illescas y Olivenza en dos tardes consecutivas –el siete y ocho de marzo- para sacudirse el pelo del invierno. Las cosas salieron a pedir de boca en la placita cubierta de la localidad toledana. Aguado lo bordó toreando al ralentí con la mano izquierda en una tarde en la que Morante también fue visitado por las musas. Los tres toreros –Manzanares completaba ambos carteles- cogieron los bártulos y se marcharon a Olivenza, que repitió punto por punto el cartel del día anterior en Illescas aunque un infumable lote de ‘zalduendos’ impidió cualquier posibilidad de lucimiento. A esas horas ya se habían disuelto las manifestaciones feministas que se habían autorizado en toda España. El covid-19 andaba esbocado por la piel de toro...

Fundido a negro

Aguado estaba anunciado el día 16 de marzo en el cartel estrella de la feria de Fallas, mano a mano con Enrique Ponce. Se trataba de conmemorar el trigésimo aniversario de la alternativa del veterano –y ahora tan mediático- maestro de Chiva. Pero el ciclo valenciano quedó fulminado y sin solución de continuidad –el día 15 de marzo- se cerraron las taquillas de la plaza de la Maestranza. La temporada, que se había anunciado un mes antes, tampoco tardó en suspenderse. En ese momento se barajaron planes alternativos, conjeturas... Nadie sabía lo que iba a deparar el futuro inmediato. Primero se habló de días; luego de semanas; al final se acabó contando por meses. Nos habíamos quedado sin toros.

Pablo estaba anunciado en tres tardes de abril después de verse desplazado en Resurrección. Le esperaban la corrida de Jandilla, anunciado con Morante y Cayetano; la de Juan Pedro, con Ponce y de nuevo con Morante; y la de Núñez del Cuvillo, cerrándole cartel a Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante. El nombre de Roca Rey, colocado en otras fechas, brillaba por su ausencia en las tres. Pero todo se quedó en el papel mientras el toreo se replegaba a sus cuarteles y los españoles de a pie se encerraban en sus casas en espera de tiempos mejores...

¿Nueva normalidad?

Con el anuncio del verano se empezaron a manejar nuevos términos: se hablaba de “desescalada”, “nueva normalidad”... Es sabido que la Junta de Andalucía arbitró una serie de medidas para favorecer la reactivación del espectáculo después del tremendo parón que había comenzado en marzo. Entre esas medidas –después de ciertos tiras y aflojas- se encontraba la posibilidad de reabrir las plazas de toros a la mitad de su aforo.

En ese panorama se organizaron las corridas de Osuna y Estepona con el estreno de agosto y, sin solución de continuidad, la miniferia de Colombinas. Pero también, como veremos, se llegó a anunciar la Goyesca de Ronda y esa famosa corrida del Puerto que marcaría un antes y un después en tantas cosas. El nombre de Pablo Aguado gravitaría en todas ellas.

2020: La extraña temporada de los toreros sevillanos (II)
El diestro sevillano era la estrella indiscutible de las Colombinas de 2020. Foto: EFE

Una tímida reactivación taurina

Aguado, decidido a no dejar pasar en blanco la temporada, se anunció en Estepona el primero de agosto, fecha simbólica que marcó el inicio de esa tímida y truncada reactivación de la temporada. El coso de la Costa del Sol y la centenaria plaza de Las Canteras de Osuna escucharon el primer pistoletazo de salida. La de Estepona fue una tarde rotundamente triunfal para Salvador Vega, que reaparecía puntualmente después de varios años ausente. Pablo, por su parte, no iba a barajar demasiadas opciones con los toros de Algarra que sorteó.

Pero el torero sevillano era la estrella indiscutible de las Colombinas 2020, la única feria digna de tal nombre en Andalucía en la era pos-covid. La empresa había llamado a otras puertas pero se encontraron con demasiadas negativas y prevenciones que dan idea de la cortedad de miras de sector. Pero hay que volver a subrayar la expectación que despertaba la presencia de Pablo en el coso de La Vega Larga después del impresionante bombazo de 2019. Pero el milagro no se repitió. Aguado anduvo lejos de aquel faenón y de sí mismo ante un primer ‘cuvillo’ que se movió mucho y no siempre bien y otro ejemplar mucho más manejable con el que pasó demasiado tiempo si encontrar el acople. Los titulares de la tarde los iba a dictar un pletórico Perera que sí renovó el idilio que mantiene con la plaza de La Merced.

2020: La extraña temporada de los toreros sevillanos (II)
Pablo Aguado cerraba el cartel del 140 aniversario de la Plaza Real del Puerto de Santa María. Foto: Joaquín Arjona-Lances de Futuro

El duelo volvía a demorarse

Entre la corrida de Huelva y la de El Puerto se anunció la Goyesca de Ronda. Francisco Rivera había hecho sus cuentas –con el aforo reducido a su mitad- y se había decidido a abrir la Maestranza de piedra el 29 de agosto con un cartel de auténticas campanillas. Morante de la Puebla iba a oficiar de testigo del demorado duelo de Pablo Aguado y Andrés Roca Rey, que no habían vuelto a verse las caras desde aquel determinante 10 de mayo de 2019 en el que el sevillano se reveló como primer actor.

En medio de ese clima de optimismo compartido llegó, el 6 de agosto, la famosa corrida del 140 aniversario de la Plaza Real del Puerto de Santa María. Era, hasta ese momento, el festejo del año. Pero José María Garzón acabaría pagando un fuerte peaje personal y profesional para poner en pie un cartel que reunía los nombres de Enrique Ponce, Morante de la Puebla y el propio Aguado, que no había podido presentarse como matador el año anterior en el ruedo portuense. La gestación del festejo costó al empresario la ruptura con Paco Ureña primero y convertirse en chivo expiatorio de sus propios compañeros de gremio después; todo ello en medio de una tremenda polvareda que obligó a la Junta de Andalucía a dar marcha atrás, decretando una separación mínima de metro y medio de espectador a espectador. En esa tesitura, la temporada taurina volvía al sótano...

A Francisco Rivera no le quedó otra que cancelar la Goyesca sin ahorrar una descarnada crítica a Garzón. Valencia, más comedido pero también crítico, fulminó la rumoreada recuperación de la Feria de San Miguel sin haber llegado a anunciarla oficialmente. En ambas estaba anunciado Pablo Aguado que había logrado cortar una oreja en El Puerto gracias a una templada faena aunque los argumentos más densos de aquella tarde los dictó Morante de la Puebla.

Ausente de Córdoba

Ésa fue, a la postre, la última función de Pablo Aguado en la temporada 2020. No pasaron demasiados días antes de que su nombre volviera a barajarse para la corrida de la Hispanidad que Garzón estaba fraguando en Córdoba junto a los de Morante y Juan Ortega tal y como se abordó en la primera parte de este especial. En los rincones del toreo se comentaba que la televisión –ausente en El Puerto por imposición del entorno de Aguado- era un escollo para contratarse en Los Califas pero en realidad pesó mucho más la lesión que arrastraba el matador, tal y como explicó en una reveladora entrevista concedida a El Correo.

Aguado, en cualquier caso, había apoyado decididamente el proyecto de la Fundación del Toro de Lidia y estaba dispuesto a estar el día 31 de octubre en una de las corrida de la ‘Gira de Reconstrucción’. El festejo se había anunciado en Aracena, se desestimó en El Bosque y se acabó aplazando –no sabemos si definitivamente- en la placita de Ubrique a la vez que el cierre perimetral decretado por la Junta de Andalucía volvía a aventar los ‘idus’ de marzo... Tal y como está el patio parece imposible que ese mano a mano con Rafa Serna –su compañero de tantas tardes novilleriles- pueda reeditarse. Comienza el invierno taurino y se acerca 2021. Nadie se atreve a hacer planes.