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Guardado y Fabián (derecha) pueden formar una especie de trivote junto a Camarasa para suplir la baja de Javi García (a la izquierda) / Real Betis -
Todo el mundo tiene derecho a ser feliz. Que se lo digan al Betis, al Valencia y a sus respectivas aficiones. Después de años de sinsabores, mediocridad y depresión, ahora disfrutan de todo lo contrario. Las dos revelaciones de la campaña, y parece mentira denominar así a entidades tan importantes y protagonistas en la historia del balompié español, se enfrentan esta noche en el Villamarín y allí ponen en juego un sinfín de cosas buenas, al contrario de otras veces. No es día de nerviosismo, ni de una mala clasificación, ni de plebiscitos sobre un entrenador o un futbolista. Es día de jugarse una plaza en la zona de Champions. El futuro es desconocido e incontrolable y la Liga podrá torcerse o no, pero a día de hoy, 15 de octubre de 2017, el Valencia es tercero y el Betis, sexto. El Valencia puede acabar la jornada en la segunda plaza y el Betis, empatar a puntos con el tercero. Licencia para soñar, pues.
Ese pasado reciente de color gris no es lo único que comparten los dos contendientes. Ambos han resucitado gracias a dos entrenadores que, al margen de sus diferencias tácticas, saben muchísimo de fútbol y apuestan por la cordura y la prudencia incluso... mejor dicho, sobre todo en esta coyuntura tan favorecedora. Y por supuesto son dos muy buenas plantillas. Resulta dificultoso, por no decir imposible, discernir cuál de los dos llega mejor a este duelo por todo lo alto. Es metafórico pero también literal, claro. El Betis ha ganado sus tres primeros partidos en casa y en general acumula cuatro jornadas consecutivas sin perder (diez puntos de doce). El Valencia tampoco lo lleva mal: no ha perdido en lo que va de campeonato (cuatro victorias y tres empates) y, lógicamente, no ha caído fuera de Mestalla.
Si es complicado averiguar quién está en un mejor momento, qué decir de predecir la alineación que dibujará Quique Setién. La importantísima baja de Javi García, el ancla que sujeta gran parte de la estructura defensiva de su equipo, obliga al técnico cántabro a reinventarse y a reinventar su formación. Ningún otro futbolista de la plantilla tiene las características del murciano, así que una de dos: si elige la vía del hombre por hombre, Guardado o Camarasa o Fabián restarán capacidad de contención al grupo aunque aportarán más visión ofensiva; y si esa opción no le convence, la otra es el cambio de sistema y la instauración de un doble pivote que mantenga la consistencia en el centro del campo. Ante un conjunto tan peligroso y técnicamente bien dotado como el Valencia, segundo máximo goleador de la Liga, quizá se antoja la alternativa más viable, aunque existe otro factor: cómo está Guardado tras un partido y medio con México y dos largos viajes transoceánicos.
Setién dispone de todos sus futbolistas excepto el citado Javi García y Boudebouz, aún dentro de su particular minipretemporada. Recupera a Camarasa y por fin puede contar con Campbell, que refuerza un sector ofensivo cuyo potencial (14 goles en siete jornadas) está fuera de toda duda. No ocurre lo mismo con el sistema defensivo, por ahora la gran víctima de ese desenfreno atacante que es muchas veces el Betis. El entrenador ya reconoció que acabó «muy cabreado» con lo que vio en el 4-4 de Anoeta y más tarde advirtió de que el Valencia (Parejo, Soler, Guedes, Rodrigo, Zaza...) no se caracteriza precisamente por desaprovechar regalos o debilidades. Tampoco el Betis, con un alto grado de eficacia hasta el momento. En otras palabras: el espectáculo está servido...