La versatilidad mal entendida

CONTRACRÓNICA. Víctor, que había hecho bandera de la sencillez en el camino a los resultados, lleva al Betis a la confusión en Mendizorroza con sus cambios.

17 dic 2016 / 00:00 h - Actualizado: 18 dic 2016 / 00:06 h.
"Fútbol","Primera División","Álex Martínez","Víctor Sánchez del Amo"
  • Víctor Sánchez, junto a Álex Martínez en un saque de banda.
    Víctor Sánchez, junto a Álex Martínez en un saque de banda.

Con tres retoques sencillos había conseguido Víctor Sánchez encauzar al Betis en poco menos de un mes. Una defensa de cinco, intensidad sobre todo para achuchar al contrario y que de la creación y el gol se encargaran sus pocos futbolistas de verdadero talento: Ceballos, Joaquín, Rubén y Sanabria. El éxito de la sencillez. Pero en Mendizorroza, el técnico madrileño llevó a extremo esa virtud deseable de la versatilidad, que está muy bien cuando los futbolistas en cuestión tienen las aptitudes necesarias en consonancia con las actitudes. Los cambios del entrenador, ataques, como se suele lamentar, llevaron a la comparecencia de un Betis confuso, que ni replegó ni achicó espacios como lo ha sabido hacer para hacer buenos resultados en Villamarín, ni tuvo capacidad para generar ocasiones, más allá de la clara que tuvo Rubén Castro. Con Álex Martínez por la derecha, el conjunto verdiblanco concedió al Alavés la tranquilidad de que esa banda no le iba a dar problemas, así que se centró en la siniestra, por donde Durmisi no logró superar en ninguna ocasión la defensa de ayudas de los vitorianos.

Así, todo iba a depender de la generación de fútbol por el interior, pero en la zona de creación, con Donk realmente aculado como otro central más, el Betis dejó un páramo y en la primera parte apenas lograba sostener unos segundos la pelota. El Alavés demostró también que le cuesta un mundo crear ocasiones, no en vano sólo había logrado ganar un partido en casa hasta ayer y al Granada, en la tercera jornada, pero aún así, la ambigüedad del posicionamiento de Durmisi, que ni estaba de lateral ni de interior zurdo, dio la ocasión de que un futbolista como Toquero se convirtiera en el hombre del partido desde esa banda. Avisó en la primera mitad y acabó dando la asistencia del gol cuando el Alavés pilló al Betis descolocado y Deyverson a Mandi con el carrito del helado. Extrañas decisiones las de Víctor Sánchez del Amo, que tampoco supo rectificar sobre las deficiencias que había creado. Así que habrá que esperar cómo rompe el técnico, que hasta ahora había hecho bandera de la sensatez. En Riazor, en Copa, una prueba.