«No me imagino un Betis sin Rubén Castro»

ENTREVISTA. Álex Alegría hace balance de su primer año en Primera. Acaba feliz por sus minutos, que no con sus goles, e infeliz por todo lo demás. «No hemos rendido y ya está», asume. Y además tiene muy claro que Adán y Dani Ceballos «son imprescindibles»

29 may 2017 / 09:00 h - Actualizado: 28 may 2017 / 23:12 h.
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  • Álex Alegría posa después del último entrenamiento de la temporada, el pasado jueves / Manuel Gómez
    Álex Alegría posa después del último entrenamiento de la temporada, el pasado jueves / Manuel Gómez

Alexánder Alegría (Plasencia, 1992) coloca su primer año en Primera División en la balanza y la singladura del Betis le sugiere «un cinco o un seis». La nota sube un poco en el capítulo personal porque, reconoce, no esperaba jugar tantos minutos (25 partidos en total, 15 como titular, decimotercero en el ranking de la plantilla). Aun así, admite que todos pueden dar «mucho más» de lo que dieron.

—¿Qué balance hace de su primer año en Primera?

—Para ser el primer año... Por números de goles no ha sido muy positivo, pero por minutos creo que sí. He jugado bastantes partidos, que era lo principal.

—¿Y el balance colectivo?

—La nota puede ser un cinco o un seis. El equipo puede dar mucho más, cada jugador puede rendir mucho más.

—¿Usted también?

—Claro que sí, este año he tenido momentos buenos y malos, pero por actitud y sacrificio no ha sido. El año que viene, si sigo teniendo minutos, empezarán a venir los goles. En general, Tonny y yo habremos tenido más tiempo para adaptarnos y la cosa irá mejor. Este año no he tenido mucha suerte de cara al gol.

—¿Se imagina un Betis sin Rubén Castro?

—No, no me lo imagino, pero no va a haber ningún problema y va estar con nosotros. Y no lo digo porque maneje ningún información.

—¿Y se lo imagina sin Adán o Dani Ceballos?

—Han sido jugadores importantes y, si siguen, lo serán también. Suele decirse que ningún jugador es imprescindible, pero en este caso sí lo son.

—¿La decimoquinta posición final es justa?

—Sí, hubo momentos en los que tuvimos que dar un paso adelante y no estuvimos a la altura. Es una posición justa.

—¿Por qué acabó el Betis en ese puesto tan bajo?

—El principal problema ha sido que no hemos sacado los partidos en casa. Eso es fundamental en Primera.

—¿Entiende que la campaña ha sido un fracaso?

—Fracaso habría sido si hubiésemos descendido, pero sí ha sido una temporada muy mala. Como mínimo debíamos quedar por delante del décimo y no lo hemos conseguido.

—A lo largo de la temporada ha habido momentos en que han lamentado la hostilidad del Villamarín. ¿No es precisamente su mal rendimiento lo que provoca esa actitud de la grada?

—Un poco de todo. Hubo momentos en los que necesitábamos un poco más de apoyo de la afición, pero ellos llevan sufriendo muchos años y es normal que tengan esa actitud.

—¿Por qué no funcionó Gustavo Poyet?

—Es como todo. Si no consigues resultados, que es lo principal... Con todos los entrenadores que hemos tenido hubo un trato muy bueno. Como equipo no podemos tener ninguna queja.

—Él no estuvo bien ni dentro ni fuera del campo, ¿no? Por sus críticas a la afición...

—Quizá fue su principal problema. Los jugadores no le decíamos nada, pero sí era muy caliente.

—¿Y por qué no funcionó tampoco Víctor? En su caso no fue por hablar en contra de la afición, está claro.

—Era más tranquilo. Eran los dos extremos. Empezamos muy bien, ganamos el primer partido y parecía que íbamos a remontar, pero luego empezó la racha de empates y derrotas y al final acabó como Poyet.

—¿Por qué ese buen nivel contra los grandes y ese tan mal nivel en la mayoría de los partidos?

—Lo comentábamos en el vestuario y no sabíamos qué pasaba o a qué se debía, si era por falta de concentración o qué, pero contra los grandes dábamos la talla y después contra los equipos con los que, con respeto, éramos mejores la cagábamos. Ese fue otro de los principales problemas, no sacamos los puntos contra los equipos ante los que debíamos sacar los puntos.

—¿Pudo haber cierto acomodamiento gracias a que Sporting, Granada y Osasuna pusieron la salvación muy fácil?

—Qué va, desde el primer momento queríamos acabar por encima del décimo, pero las circunstancias no fueron buenas.

—¿Hay poca exigencia dentro del club?

—No, había la misma presión en la afición y en la directiva. No hemos rendido y ya está.

—Ha llegado Quique Setién. ¿Le gusta más un entrenador ofensivo o un entrenador más conservador?

—Sabemos que todos los equipos en los que ha estado han hecho un buen fútbol. Yo soy de los entrenadores que me ponen. Si lo hacen, estoy contento con todos. Me da igual el tipo de juego si juego. Jugué bastante más con Poyet, también era un estilo de juego más directo.

—Muchas veces jugó porque Sanabria estaba lesionado.

—Su principal problema fueron las lesiones, cuando estaba recuperándose y alcanzando su mejor momento otra vez se rompió.

—¿Cree que le pesaron esos 7,5 millones de su fichaje?

—Dentro del vestuario no se le veía muy presionado ni agobiado. Si el año que viene le respetan las lesiones, es un gran futbolista.

—¿Qué opinión le merece Sergio León?

—Ya lo conocía del año que nos enfrentamos en Segunda. Seguro que va a aportar mucho al equipo.

—De 12 goles en el Numancia a 3 en el Betis. ¿Es un paso atrás?

—Ha habido un salto de categoría y lo principal era jugar lo máximo posible. Lo he conseguido, he jugado quince partidos de titular. La verdad es que, con la competencia que había en el puesto, me lo dicen al principio y lo firmo. Han sido buenos números.

—Al ser su primer año en Primera, ¿qué estadio le ha impresionado más?

—El campo que más me impresionó fue el Bernabéu; es enorme. También me gustó el del Valencia. Y claro, el del Betis. En cuanto a aficiones, no es por hacer la pelota pero no hay color entre la afición del Betis y las otras. En cada sitio al que vas te encuentras béticos.

—Es extremeño, pero tendrá ya algo de bético, ¿no?

—Cómo no, ya llevo cinco años aquí.

—¿Es verdad que en el verano que llegó al club también lo quiso el Sevilla?

—Tuve bastantes opciones de acabar en el Sevilla, pero vimos que la mejor opción era el Betis y no nos equivocamos. El motivo era jugar en Primera con el Betis. Allí conocía a gente del Betis y además tenía un amigo en el Cacereño, un delantero llamado Jesús, que era bético, pero bético.

—Su mejor y su peor recuerdo de esta campaña.

—El mejor recuerdo fue el día de Málaga, cuando los aficionados corearon mi nombre. Fue increíble, la mejor experiencia que he tenido en el fútbol. El peor recuerdo fue en Granada, por toda la gente que fue a ver el partido. Lo que hicimos fue para quedarnos encerrados en casa.

—Esas goleadas en el tramo final acabaron de manchar una mala temporada. ¿Cómo se sintieron?

—Las sensaciones del Granada y Leganés fueron más o menos las mismas. La del Alavés se debió más a fallos defensivos que a otra cosa, creo que nos metieron tres en diez minutos. En Granada y Leganés lo hicimos mal durante todo el partido.

—Por cierto, como ex del Betis B habrá seguido al filial.

—Ahí tengo un compañero, César de la Hoz, y ya le comentaba que yo he vivido un ascenso a Segunda B y es muy bonito, aunque ellos lo tenían más de cara que nosotros. Contra el Orihuela necesitábamos cuatro goles para subir. Aquel año, con Óscar Cano, me lesioné en Navidad, llevaba diez goles y después ya sólo jugué dos o tres partidos.

—¿Diría que ha evolucionado mucho en estos dos años?

—El paso de los años te hace mejor jugador. En Soria confiaron mucho en mí, sobre todo el entrenador.