Y Joaquín sacó el esmoquin

CONTRACRÓNICA.El Betis saltó a La Rosaleda de negro riguroso y acabó coloreando un partido en el que salió el arcoiris y se esfumaron las nubes de la crisis. El capitán revalorizó sus propias acciones marcándose un recital. La finta y el esprint es ahora el temple, el dominio y el toque

19 dic 2017 / 00:12 h - Actualizado: 19 dic 2017 / 00:54 h.
"Fútbol","Primera División","Joaquín Sánchez"
  • Joaquín controla pelota ante Rolán, observado por Antonio Barragán. / Carlos Díaz (Efe)
    Joaquín controla pelota ante Rolán, observado por Antonio Barragán. / Carlos Díaz (Efe)

El estreno de la tercera equipación no le pudo traer más suerte al Betis, cuya trayectoria hizo pensar en una noche de luto pero que acabó en terno elegante para una noche casi redonda, de no ser porque el Ojo de Halcón se hizo presente por ausente. La racha verdiblanca pudo tener final mucho antes si el golazo de Joaquín sube, como debió, subir al marcador, y habría servido también para engrandecer, más si cabe, el extraordinario partido del capitán bético, que vestido de esmoquin se empleó en un recital de fútbol que sólo está al alcance de los elegidos. Hace muchos años de aquello de Manuel Melado, la finta y el esprint, y aquel vértigo ha pasado a pausa, a dominio, a precisión, a un manejo del espacio y de los tiempos, todo elevado a la excelencia. No hubo pelota que en sus pies se extraviara, no hubo centro que no llevara un cuchillo entre los dientes, no hubo presión que no lograra el gaditano anular con un cambio de orientación.

Se diría que en La Rosaleda, tras invertir un montón de pasta en acciones de su Betis, comenzó a revalorizarlas, guiando a su equipo a un triunfo muy necesario porque no hay racha torcida que no ponga en Heliópolis en cuestión no sólo a cualquier entrenador, sino el proyecto que representa. Alivio por tanto, de momento. Noche casi redonda porque junto a Joaquín está Fabián, un jugador que sigue ampliando su dimensión. Otro que no para de revalorizarse, y que dio unos dividendos sensacionales en la fría noche malagueña. Acabará por convertirse en el jefe de ese centro del campo donde su jerarquía fue brutal. Noche redonda porque Sergio León se reencontró con el gol, perdido desde aquel del 4-4 de Anoeta, el 1 de octubre. Desde ese mes, cuando aún se sentían los rescoldos del verano, no ganaba el Betis, y esa última vez, ante el Alavés, también lo hizo con la portería a cero. Noche redonda.

El Betis, sin Guardado, sin Sanabria, sin Campbell, con poco de Javi García, sin Boudebouz pero con Joaquín y Fabián y el gol de vuelta en las botas de Sergio León, ganó en Málaga con el genio de El Puerto y el crack de Los Palacios. Respira Setién, respiran Haro y Serra Ferrer. Y el Betis, a tres de Europa.