De las espinas al nuevo gran reto

Apeado de la Champions y sin saber si disputará la Europa League, el Sevilla quiere resarcirse de sus últimas participaciones en la Copa del Rey

01 dic 2015 / 08:00 h - Actualizado: 01 dic 2015 / 11:49 h.
"Sevilla FC","Unai Emery"
  • El Sevilla, celebrando su título de campeón de Copa en 2010 en el Camp Nou. / Rodríguez Aparicio
    El Sevilla, celebrando su título de campeón de Copa en 2010 en el Camp Nou. / Rodríguez Aparicio

La Liga de Campeones ya es historia. Y por desgracia para el Sevilla, una historia corta, al no haber logrado superar la fase de grupos. Queda saber si al menos disputará la Europa League, algo que ni siquiera tiene en su mano pese a las grandes expectativas creadas con este proyecto. Por ello, la Copa del Rey se convierte un nuevo gran reto para el equipo de Unai Emery, que este miércoles inicia su participación visitando a la UD Logroñés.

El torneo del KO no ha sido ajeno a los éxitos deportivos del Sevilla en los últimos años. La prueba más clara son los títulos conquistados en la edición de 2007 y en la de 2010 tras ganar, respectivamente, al Getafe en el Santiago Bernabéu (con Juande Ramos en el banquillo) y hacer lo propio ante el Atlético de Madrid en el Camp Nou (a las órdenes de Antonio Álvarez después de que Manolo Jiménez clasificara al equipo para la final).

Esos dos grandes logros fueron consecuencia directa de tener buenos equipos formados por buenos jugadores y técnicos cualificados y, sobre todo, por tomarse muy en serio una competición que tiempo atrás se consideraba prácticamente residual, con lo que ello suponía.

Gracias a esa seriedad a la hora de afrontar la Copa, el Sevilla estuvo a punto de plantarse en otras tres finales en el periodo que va desde 2004 a 2013, año éste último en el que disputó una semifinal. Lo hizo, además, con Emery al frente. El técnico vasco se había hecho cargo poco antes y luchó por dar una alegría a una afición que, entonces, veía lejos la posibilidad de revedercer laureles en vista de los altibajos deportivos.

En esa edición de 2013, el Sevilla de Emery alcanzó las semifinales, pero cayó eliminado a manos del Atlético (victoria para los de Simeone por 2-1 en el Calderón y empate a dos goles luego en el Sánchez-Pizjuán). Aquella eliminación dejó una espina clavada porque todo el mundo tuvo la sensación de que el Sevilla dejó escapar una buena oportunidad para volver a disputar una final.

Lejos de quitársela, el Sevilla de Unai volvió a firmar páginas de decepción en el torneo del KO. Así, en la edición de 2014, asistió a un auténtico petardazo tras ser apeado por el Racing, al que había ganado en Santander (0-1) pero con el que perdió en Nervión (0-2). Todo un fiasco que pesó hasta que el equipo comenzó su imparable caminar hacia el título en la Europa League.

La pasada campaña, el paso por la Copa también dejó más pena que gloria. Comenzó el Sevilla eliminando al Sabadell, para luego dejar en la cuneta al Granada. Sin embargo, no pudo con el Espanyol. El conjunto periquito ganó 3-1 en la ida y supo hacer buena su renta en un Sánchez-Pizjuán que volvió a asistir a una nueva decepción en este torneo (1-0). Porque decepción es ser superior sobre el papel y no demostrarlo en el césped.

Ahora, y con el adiós a la Champions League aún coleando entre los aficionados, el Sevilla de Emery tiene ante sí una nueva oportunidad para sacarse espinas y, sobre todo, para dar una alegría a la hinchada.