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Los jugadores del Sevilla, durante los primeros minutos de la sesión de entrenamiento. / Manuel Gómez -
El día ha llegado. Casi sesenta años después, el Sevilla tiene la posibilidad de estar entre los ocho mejores equipos del continente, según la máxima competición europea a nivel de clubes. Ocho elegidos que tendrán aún más cerca el deseado cetro, en poder del Real Madrid, y que van a dejarse la vida en el empeño.
Aquel Sevilla que alcanzó los cuartos de final de la Copa de Europa en la temporada 1957/58 fue siempre una referencia... inalcanzable, tanto por la dificultad de disputar la competición como por la de alcanzar dicha ronda.
Y es que la trayectoria nervionense en la actual Liga de Campeones ha dejado más espinas que alegrías. En la campaña 2007/08, tras brillar en la fase de grupos (Arsenal, Slavia, Steaua), cayó en octavos ante el Fenerbahçe. Tampoco acabó bien su andadura en la 2009/10. Arrancó en la liguilla (Stuttgart, Unirea y Rangers) pero volvió a caer en octavos, ante el CSKA Moscú. Un año más tarde, fue eliminado en la ronda previa a manos del Sporting de Braga. Desde entonces, hubo que esperar a que el Sevilla de Emery se clasificara gracias al título conquistado en Varsovia. Sin embargo, esa alegría contrastó luego con la eliminación, la pasada campaña, en la fase de grupos (Manchester City, Juventus y Gladbach).
Por todo ello, el partido de este martes está cargado de alicientes y de recuerdos. Tras una década siendo protagonistas gracias a la conquista de nueve títulos (seis de ellos europeos), ha llegado el momento de serlo también en la Champions, y eso exige superar esta ronda.
El gol del Leicester en el partido de ida y la sensación de cansancio físico y mental han generado una incertidumbre que sólo podrán ser despejadas recuperando la mejor versión de este Sevilla de Sampaoli. El técnico argentino tirará de sus mejores hombres ante el reto de disputar los cuartos de final. Nasri, Vitolo, Nico Pareja, Mercado... Futbolistas de peso regresan a la lista, formada por veinte jugadores (sin Vietto ni Carriço), ante un Leicester que lleva diez días sin competir pero está respaldado anímicamente por las dos victorias logradas tras la destitución de Ranieri. Toca, pues, ver la mejor versión de este Sevilla de Sampaoli sin más demora.