Nunca es tarde para el Sevilla

Nervión ruge ante la mejor versión de su equipo

04 feb 2016 / 23:15 h - Actualizado: 06 feb 2016 / 19:15 h.
"Sevilla FC"
  • Los jugadores sevillistas celebran uno de los goles. / Manuel Gómez
    Los jugadores sevillistas celebran uno de los goles. / Manuel Gómez

El Sevilla es insaciable. Nervión en las grandes citas es una fortaleza mágica. Y Unai Emery lo ha vueto a hacer: ha construido, otra vez, a un Sevilla desde cero, contra viento y marea, contra los elementos. El equipo hispalense tiene un pie en la finalísima de la Copa del Rey, salvo debacle en Balaídos. ¿Que el Barcelona parece imparable? Sí. ¿Que el Celta es un gran equipo? Sí. Pero ¿es que acaso conoce el miedo el Sevilla Fútbol Club? No. El alma de este club en el siglo XXI no permite achantarse y ha vuelto a demostrar que está dispuesto a retar, otra vez, al mejor equipo del mundo. Sólo le queda rematar la faena en Vigo, porque en el Sánchez-Pizjuán salió a flote el mejor Sevilla de la temporada, un muro defensivo impenetrable y una pegada arriba que le permite hasta el lujo de desperdiciar un penalti.

Las finales hay que jugarlas y el Sevilla quiere hacerlo en lo que sería un colofón a la temporada de similares características que aquel partido de agosto que dejó mudo a todo el mundo. Tras varios meses sin arrancar, tras ser colista de la Liga, tras ser un coladero en defensa, tras caer con más pena que gloria de la ilusionante Champions, tras no haber ganado ni un solo partido fuera de casa en la Liga, el Sevilla ya está aquí. Ha vuelto paa quedarse. Nunca es tarde.

El Sevilla sabe oler mejor que nadie dónde está la gloria, aunque al final hinque la rodilla exhausto en Tiflis, pese a que en esta hipotética final de la Copa le espere el mejor trío de delanteros que se puede conformar hoy en día. Lo huele Nervión, convencido de antemano de que no se le puede escapar una nueva final.

Realmente ni Sevilla ni Celta se merecen quedar apeados de una Copa a la que están rindiendo honores como mejor pueden hacerlo, compitiendo al máximo, tomándose en serio la que es, sin duda, mejor competición de fútbol en España. No es la más importante, pero sí la mejor, combinando sorpresas, espectáculo, emoción y una fiesta final, sea donde sea, digna del mejor amor por el fútbol.

El fútbol no está hecho para cobardes. El Sevilla no lo es y el Celta, pese a la goleada encajada y a un planteamieto reservón pensando en la vuelta, tampoco. Precisamente la magia de la Copa impide celebrar algo al Sevilla, aunque la lógica invite al sevillismo a transformarse de nuevo en una agencia de viajes itinerante. ¿Cuánto dinero lleva gastado el hincha del Sevilla en finales? Pregunten por Nervión y seguro que ni un solo aficionado lleva esta bendita cuenta. Hasta hizo kilómetros un tal Mbia, sujetado en el palco para que no saltara al césped. Las cosas del Sevilla.