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Beto, en los penaltis de la final de Turín ante el Benfica.
Fue en la parte final del entrenamiento en el Sánchez Pizjuán, en el open media day que organiza tradicionalmente antes de las finales la Uefa. Unai Emery pidió a los medios de comunicación que dejaran de grabar. Hasta ese momento, los periodistas habían podido seguir sin problemas el trabajo del plantel sevillista, una sesión normal, preparatoria para el último partido de liga en Málaga, donde el Sevilla apurará sus opciones de clasificarse, vía liga, para la Champions League. Pero en ese momento, la liga y la final de la Europa League ante el Dnipro se mezclaron sobre la hierba de la ciudad deportiva. Los periodistas seguían allí, pero las cámaras dejaron de grabar. Bajo palos, Sergio Rico y Mariano Barbosa se intercambiaban. Enfrente, todos los jugadores iban pasando, como un carrusel, por el lanzamiento desde los 11 metros. Beto se había retirado unos minutos antes a vestuarios. Beto, el héroe de la tanda de penaltis de Turín hace ahora un año como hizo Andrés Palop en la final de Glasgow ante el Espanyol el 16 de mayo de 2007.