El Betis Energía Plus cae de cabeza al pozo (73-85)

El equipo verdiblanco paga dos cuartos impropios de un equipo ACB y cae con claridad ante el Bilbao Basket, con lo que dormirá como penúltimo de la ACB y con un calendario terrible de aquí al final

08 abr 2017 / 19:00 h - Actualizado: 08 abr 2017 / 21:51 h.
"Baloncesto","Liga ACB"
  • Radicevic y Triguero presionan a Buva / Pepo Herrera (Efe)
    Radicevic y Triguero presionan a Buva / Pepo Herrera (Efe)

El Betis Energía Plus ha vuelto a entrar en barrena y ha perdido ante el Bilbao Basket en un partido que tuvo perdido tras los dos primeros cuartos, con desventajas que superaron los veinte puntos. Después reaccionó y acortó a la mitad la distancia que lo separaba de su rival, pero jugar sólo a ratos, defender con menos frecuencia incluso, fallar todo lo fallable desde fuera y casi no jugar por dentro son pecados que pocos rivales perdonan en la ACB. Y el Bilbao, que pelea por disputar las eliminatorias del título, no es uno de ellos. La derrota hunde al equipo de San Pablo en la penúltima plaza, a la espera de lo que hagan Zaragoza y Joventut, y con un calendario temible de aquí a que concluya el curso.

El partido comenzó con la baja de última hora de Nachbar y un rápido parcial de 0-5 con dos canastas de Tabu que fue contrarrestado en parte por un triple de Stojanovski. De esas dos tendencias, la que mandó fue la primera. Es decir, el acierto del Bilbao Basket y la negación hecha equipo en la persona del Betis. Muy mal dirigidos por Kane, los verdiblancos tardaron dos minutos en ver aro por primera vez y después estuvieron casi tres en repetir. Para entonces, los visitantes ya habían sobrepasado la decena de puntos de ventaja (3-15, m. 5) sin necesidad de hacer el partido del año. La inexistente defensa local, que les daba segundas y terceras oportunidades (y las que les hiciesen falta), sólo hallaba competencia en el pésimo ataque local, que cerca del final del primer cuarto rozaba un escuálido 30% de acierto. Ni en individual ni en zona defendía bien el equipo de Tabak. Ni con un base ni con dos se aproximaba a lo que debe ser un equipo competitivo en ataque. Quizá suene exagerado, pero al término del parcial ya no había partido: 12-25.

Con ser malo, el porcentaje del Betis tras los diez primeros minutos acabó siendo modélico comparado con el que perpetró en el segundo cuarto, inaugurado con un triple de Hervelle (12-28) prorrogado poco después por otro de Javi Salgado (14-31, m. 14). La cadencia de canastas visitantes no era fulminante, pero la de las canastas béticas daba para que pasaran un par de tramos de la Macarena entre una y otra. La negación en el tiro exterior fue una constante en el conjunto de San Pablo. Alcanzado el intermedio, un 29% en tiros de campo (8/27) que descendía a un ridículo 14% (4/14) desde la línea de tres. El Bilbao Basket, con casi tantos triples (ocho) como canastas de dos (diez), sólo se topó con una defensa digna por parte de su contrincante a 2:18 del descanso. Para entonces, la distancia entre unos y otros había superado los veinte puntos (16-39, m. 17). Los visitantes, de hecho, se pudieron permitir un par de minutos de pájara que el Betis, lógicamente, desaprovechó.

Con 23-45 por mor de un triple (cómo no) de Tabu en el último segundo del segundo cuarto, al equipo de Tabak no le cabía más que defender su dignidad... y lo hizo. Nadie lo habría dicho después de ver la primera jugada del tercer cuarto: el Bilbao falló dos triples consecutivos, el Betis se dejó coger dos rebotes ofensivos consecutivos y al final anotó Mumbrú. Replicaron los verdiblancos con otro triple de Marc García, hasta entonces con cero segundos en la cancha, y ese hito estableció un nuevo encuentro. El Betis entonó su tiro exterior (empeorarlo o mantenerlo era de locos) y se metió algo, un poco, en el choque, aunque durante unos minutos conservó su lamentable nivel defensivo. Por eso el Bilbao llegó a ir ganando de 24 (34-58, m. 25), pero la resucitada puntería de hombres como Milosevic o Alfonso Sánchez y el carrusel final de tiros libres, más los muchos minutos que el contrincante jugó con su segunda unidad, hicieron al menos que el ridículo fuese a menos y el Betis bajase de los veinte puntos de desventaja.

El panorama, en todo caso, seguía dictando que no había partido. El principio del último cuarto cambió ese guion. Otro triple de Alfonso Sánchez más una canasta de Mahalbasic previa asistencia del primero hicieron que el Betis se acercase a once (59-70, m. 32). El pívot austriaco, además, dotó al rebote local de cierta consistencia. El amago de remontada se topó entonces con los árbitros, que admitieron todo tipo de contactos en la zona visitante y todo lo contrario en la verdiblanca. A eso se le sumó la reaparición de los vicios defensivos (tres rebotes ofensivos consecutivos del Bilbao en la misma jugada, otro con una autocanasta después de dos tiros libres fallados de Tabu...) y una técnica a Alfonso tras un par de decisiones más que discutibles por parte de los colegiados. Resultado: parcial de 0-9 para un 59-79 que fue demasiado hasta para el posterior 10-0 a favor del Betis, en los mejores minutos (o los únicos buenos, según se mire) de Lockett. De nuevo a tiro de diez (69-79) con tres minutos por delante, el Betis se suicidó cediendo el enésimo rebote ofensivo a Eric y una pérdida absurda de Kane. Salgado puso la puntilla desde la Gran Vía bilbaína. Y en lontananza, el Real Madrid, el Valencia y el Barcelona...