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Los jugadores del Rinconada, eufóricos tras una victoria durante la temporada pasada. / @RinconadaBadmin
En los primeros meses del verano pasado, las certidumbres sobre la capacidad del Bádminton Rinconada de mantener su status referencial en la División de Honor eran tan escasas como las ayudas económicas de las que dispuso durante la temporada. La vía más probable presentaba un panorama que en el mejor de los casos era de subsistencia en la élite, con jugadores promesa o en formación con los que empezar a construir un futuro que les acercara al brillante pasado del mejor club español de la historia. Sin embargo, una vez más, la entidad que tiene como eje a Antonio Molina, ha tirado de «pulmones» para salir adelante en una temporada complicada, en la que ha ido de menos a más hasta conseguir plantarse de nuevo en la gran final, donde se medirá al club dominador del último lustro, el Recreativo IES La Orden, que cuenta en sus filas, gracias a su generoso presupuesto, con los dos mejores jugadores de la liga, el aragonés Pablo Abián y la portuguesa Telma Santos.
El objetivo del Rinconada está ya de sobra cumplido con el acceso a la final, en un plantel en el que se han mantenido veteranos como Laura Molina, 21 temporadas en el club, que vive, por motivos profesionales, y se busca la vida para entrenar en Almería, o Rafael Fernández, camino de los 37 años y con 26 años en la entidad. Tampoco se bajó del barco un jugador clave como Juan Manuel Fernández Quiles, formado en la cantera y con 7 campañas en el primer equipo. La juventud la aportan los gallegos Manuel Brea, que ha dado un gran rendimiento al equipo, y Alejandro Nogueira, ambos cedidos por el Bádminton A Estrada; muchos galones tiene Laura Samaniego, que ejerce de capitana, como Javier Sánchez; Marta Molina sigue creciendo, como Marta Calleja. El dúo de británicos lo forman Heather Olver, que repite experiencia por segundo año, y Tom Wolfenden, especialista en los dobles. «El objetivo está cumplido, pero una vez aquí queremos ganar», dice Antonio Molina. «Ganar, ganar y ganar» es el hastag que ondea en el vestuario rinconero.
«Creo que la final se decidirá en Huelva, nos conocemos mucho y habrá pocas sorpresas», dice el exseleccionador nacional, que ha hecho mítica su frase «vamos al turrón». Señala el punto clave del dobles mixto, donde cree que sus británicos tienen margen de mejora respecto al último duelo ante el Recreativo (4-3), que cedieron por 21-17 y 21-19 ante Abián, invicto desde 2006, y Haidee Ojeda. Molina espera también un Fernando Martín a rebosar que les ayude a dar el primer paso hacia la gesta.