«Cara de pan»: El juicio moral imposible

Muy buena novela de Sara Mesa en la que nos encontramos ante una relación de esas que suelen calificarse como problemática, prohibida, inmoral y peligrosa. La joven ‘Casi’ y un hombre mucho mayor que ella, nos arrastrarán hasta territorios delicados en los que los lectores jugaremos con ventaja al tener toda la información. Ellos no la tienen

06 ene 2020 / 20:13 h - Actualizado: 06 ene 2020 / 21:11 h.
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  • Sara Mesa. / Fotografía de Lorena Otero
    Sara Mesa. / Fotografía de Lorena Otero

Es más frecuente de lo que se podría pensar que un relato breve sea el germen de una novela. El autor sabe que ha dejado cosas sin decir y convierte un cuento en otra cosa. Entonces, el problema suele ser evidente y casi una constante: el relato breve deja de ser tan breve y se convierte en algo un poco más extenso. Y eso ocurre porque convertir un relato en una novela no es fácil. Las técnicas de escritura son diferentes, las voces pueden dejar de funcionar, lo que quedó por debajo en el texto original y que hacía tan atractivo el conjunto se puede colocar en la superficie y se convierte, entonces, en un problema narrativo...

«Cara de pan», de la escritora Sara Mesa, nace de un relato breve que se había publicado en un volumen llamado «Riesgo» el año 2017. Ese relato fue titulado «A contrapelo». Y la primera buena noticia es que Sara Mesa convierte ese cuento en una nouvelle sin causar grandes destrozos, ganando la batalla al lenguaje, a las barreras que separan las formas de expresión.

«Cara de pan»: El juicio moral imposible

«Cara de pan» funciona porque la voz que construye la autora fluye con suavidad, consigue que queramos saber más de unos personajes que van creciendo sin grandes empujones; porque el universo que se dibuja desde la primera página corresponde a esas vidas tan cotidianas y tan cercanas que nos provocan angustia al no comprenderlas. Con «Cara de pan» podemos explicar asuntos más que relevantes de la realidad desde el mundo de ficción que nos presentan. Y eso es exactamente lo que es la literatura; una herramienta que permite comprender las cosas que nos suceden.

Sara Mesa nos coloca ante una relación tan prohibida y tan escandalosa en la sociedad actual como necesaria y esencial para la muchacha y el hombre mayor que la viven. El narrador evita, desde el principio, colocar al lector ante campos minados con moralina y trata de mostrar a los personajes desde la necesidad que tienen ambos de hablar, de construir un discurso para compartir y para refugiarse en el otro, de quererse en silencio sin hacer confesiones innecesarias.

No usa a autora grandes recursos estilísticos. Algunas metáforas, y una poética árida y bella a partes iguales aparecen cuando Sara Mesa cree que es necesario. Los alardes de aliño no están por ninguna parte del texto. Muy de agradecer, por cierto.

La novela resulta perturbadora, inquietante, llama la atención del lector desde el comienzo que, sin remedio, se ha de colocar a un lado u otro dependiendo de su propia moral, de su atrevimiento al juzgar. Aunque lo importante es que eso ocurre sin obligaciones, de forma natural, sin trampas narrativas.

El engaño, la hipocresía, la exclusión, el acoso escolar, la ceguera social, la falta de comunicación o el juicio continuo al que es sometido el individuo que no cumple con las normas sociales, se mezclan para que el relato crezca sólidamente. Y todo para abordar un tema serio y de gran importancia: la moral y las relaciones personales. Pero, también, «Cara de pan» incluye la ignorancia, las limitaciones personales, la traición o la falta de empatía; y la amalgama es la materia prima de un relato maravilloso que nos acerca a las miserias de todos y a una moral debilitada y, a veces, anticuada y absurda.

Calificación: Muy buena.

Tipo de lector: El que exige de la literatura algo más que el puro entretenimiento.

Tipo de lectura: Dura, perturbadora.

¿Dónde puede leerse?: En un parque, of course.