‘Donald Trump es el Hitler del siglo XXI’

Pasaban las 21 horas en el interior del emblemático teatro Alameda, situado en el centro de la ciudad de Sevilla. Miércoles caluroso que no había evitado que se congregara una cantidad de público realmente respetable, cuando sin mayor acompañamiento que el intenso ritmo de una batería y un tenue foco, la artista mexicana Carla Morrison saltaba al escenario contorsionando su cuerpo en un proceder que combina la sensualidad y el más absoluto frenesí.

17 sep 2016 / 12:09 h - Actualizado: 15 sep 2016 / 13:51 h.
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  • Carla Morrison pasó por el Teatro Alameda dejando un excelente sabor de boca. / Miguel Olivencia
    Carla Morrison pasó por el Teatro Alameda dejando un excelente sabor de boca. / Miguel Olivencia
  • Carla Morrison mezcla sensualidad y frenesí sobre el escenario. / Miguel Olivencia
    Carla Morrison mezcla sensualidad y frenesí sobre el escenario. / Miguel Olivencia
  • Carla Morrison durante su actuación en el Teatro Alameda de Sevilla. / Miguel Olivencia
    Carla Morrison durante su actuación en el Teatro Alameda de Sevilla. / Miguel Olivencia
  • Carla Morrison es una artista sin complejos que sabe lo que quiere y cómo debe decirlo. / Miguel Olivencia
    Carla Morrison es una artista sin complejos que sabe lo que quiere y cómo debe decirlo. / Miguel Olivencia

Dos horas de espectáculo total cuyo vértice común es esa voz cálida, delicada, frágil hasta el extremo, que parece abrazar los cuerpos de los allí presentes. Eso fue el concierto de Carla Morrison. La orquestación de los medios tiempos, la personalidad de los integrantes de la banda y la dulzura de la intérprete completaron una velada que fácilmente se podría calificar de mágica.

Pero antes de todo aquello, la ganadora de dos grammys latinos, que se encuentra presentando en nuestro país su flamante nuevo álbum «Amor supremo» tuvo la gentileza de dedicarnos una porción de su tiempo libre para contestar a una serie de preguntas, concediéndonos el privilegio de conocer más profundamente a una de las mujeres más respetadas en el panorama artístico mexicano.

Pregunta: Como mexicana que cuenta además con la nacionalidad estadounidense, ¿Qué opinión guarda respecto el ascenso de Donald Trump en la política?

Respuesta: Definitivamente, siento terror. Creo que no somos conscientes de que podría terminar siendo el líder de una de las primeras potencias a nivel mundial. Su política heriría gravemente no solo a los ciudadanos de su país, sino además a todos los habitantes del planeta, especialmente a nosotros, los mexicanos. Él es el Hitler del siglo XXI, un hombre sin principios ni valores, que siquiera respeta a su mujer. Además, siento rabia por la actitud de nuestro presidente, un hombre que no me representa y que tuvo una actitud bochornosa cuando lo recibió esta semana.

P: En «Azúcar morena» habla de otro foco de racismo, el que se vive dentro de las fronteras mexicanas, provocado por el propio pueblo, pese a que la población es mayoritariamente de piel morena. ¿Realmente la situación se ha agudizado tanto?

R: Así es. En los últimos años he ido sintiendo cada vez con mayor regularidad que, cuando paseo o conduzco mi auto, hay menos gente morena en los comerciales, chicos y chicas de piel blanca y ojos azules. Nos están intentando inculcar ese canon de belleza, que además tiene un marcado componente social. De ahí la importancia de esa canción, hay que sentirse orgullosos de la piel que tenemos como raza mexicana, es una piel hermosa y me molesta que se cada día se rehuya más de ella.

P: Hace unos días falleció el gran divo Juan Gabriel, que me consta que era un buen amigo suyo. ¿Cómo ha vivido su pérdida?

R: Pues existe la tristeza por supuesto, pero creo que vivió su vida y su carrera de la mejor manera posible. Él sabía exactamente quién era, feliz y libre. Debido a la distancia nos escribíamos frecuentemente correos, y era tremendamente chistoso y simpático. Hasta el último día estuvo cantando en el escenario, eso es lo valioso, envía un mensaje muy claro. No debemos estar completamente tristes, porque sí, es una gran pérdida, ya que no existirá otro poeta, compositor y cantante cómo él, pero si es cierto que él fue feliz, hacía muchas cosas bien hermosas, siempre con una sonrisa. Ha sido un gran regalo haber tenido a un artista como él en nuestro país y corazón. Y su voz siempre estará ahí para acompañarnos cuando la añoranza nos venza.

P: Intentemos ahora profundizar un poco en la música que crea. En su carrera el tema del amor es claramente su leitmotiv, recurre a él libre de complejos. Pero con la publicación del nuevo disco, ¿qué cambios ha sentido a nivel compositivo?

R: Creo que mi mensaje está más definido, hablo del amor pero ya no del bello principio o del doloroso final, sino de la negociación que se vive en el centro de la relación, cuando decides unir parte de tu vida a la de otra persona, igual que dejas otra libre solo para ti. Ya no solo sufro por la pérdida, sino también acepto y veo los distintos colores del caleidoscopio que son las emociones. Definitivamente es una visión más madura de mí misma, y así lo he intentado plasmar.

P: Y siendo consciente de esa madurez, ¿qué siente al interpretar las canciones antiguas?

R: Pues al principio de la gira era algo con el que no me veía reflejada, como cuando recuerdas un novio del que no te enorgulleces y encima el nuevo es genial. Llegué a sentir cierto rechazo por ellas, pero después acepté que aquellas historias no dejan de ser una parte de mi vida, y además, hemos conseguido darle un concepto súper interesante en el show. He aprendido a aceptar cada parte de mi proyecto como mis distintas facetas como compositora.

P: Parece una mujer empática, muy sensitiva. ¿Cómo ha aprendido a sobrellevar la responsabilidad vital de saber que probablemente en estos momentos su música acompaña a alguna persona que está emocionada, quizás que vive una situación complicada, siendo su voz el hilo conductor de ese sentimiento?

R: Pues he pensado bastante en ello, y reconozco que he llegado a sentirme un poco abrumada por esa situación. Pero he aprendido a cambiarle el filtro, viéndolo como algo bonito. He llegado a comprender que estoy en una posición preferente, con la capacidad de hacer feliz a personas que siquiera conozco, pero sobretodo de acompañar a aquellos que sientan cierta soledad. Como sociedad tenemos cientos de barreras que nos separan, se han encargado de dividirnos desde el nacimiento en religiones, países, razas... Y no podemos evitar sentirnos en muchos momentos como en una islita. Es importante saber que todos nos sentimos igual de frustrados, de tristes o de incomprendidos. Todos pasamos por situaciones parecidas quizás no en la forma, pero sí en el fondo y sentirme parte de la solución, por mínima que sea la aportación, es algo que me gratifica muchísimo.

P: En el single del nuevo disco «Un beso» hay un cambio de registro radical en su tonos, muestra una Carla Morrison sensual, dominante. ¿En qué o quién pensaba cuando la compuso?

R: No te lo vas a creer, ¡pero la realidad es que se la escribí a mi perrito! Un día que estaba acurrucado conmigo en el salón, saqué la melodía y cambie el estribillo de ‘robar a mi perrito’ a ‘robar un besito’. Es algo que notaba que faltaba por exponer en mi composición, siempre me he sentido bien respecto a mi sexualidad. Y además quería enardecer a las mujeres que me oyen, ya que en México la mujer está aún en una situación de clara desventaja respecto a estos temas. Aún estamos reprimidas, nos sentimos observadas y con la obligación de seguir ciertas reglas no escritas.

P: Ahora que trata el tema de la mujer mexicana... Usted es autodidacta, lleva su música de manera completamente independiente a sellos discográficos. ¿Ha sentido un trato diferente en la industria de la música por su sexo?

R: Sí, completamente. México sigue siendo un país machista, y me he visto perjudicada en muchos momentos al intentar llevar mi música a otro nivel. Lo cierto es que formo parte de ciertas minorías; tengo sobrepeso, llevo tatuajes (cosa nada bien vista allí). Unido esto a llevar mi música de manera independiente y tener composiciones melodramáticas, todo tristemente termina desembocando en actitudes de nula deferencia, como si me tratase de una chica débil que ha llegado a donde ha llegado por mera casualidad. Por suerte mi familia está formada por mujeres norteñas, que me han enseñado a que ciertas opiniones no pueden afectar a mi autoestima, y sobre todo a saber valorarme por lo que ofrezco y por lo que soy.

P: Para finalizar, ¿Qué tal la experiencia de haber podido participar en uno de los festivales más conocidos del mundo, Coachella Fest en California?

R: Pues fue absolutamente increíble. No había ido siquiera de público, y llegar a actuar allí marcaba un momento importante en mi carrera, no solo como cantante, sino como mujer, como mexicana y como independiente. La organización rayó la excelencia, me trataron genial, todo el mundo está sonriente. Es un lugar realmente de ensueño, todo amor y paz. Y por si fuera poco el compartir camerino con esos artistas de talla mundial... ¡El año que viene si nada me lo impide pienso estar allí desde primera hora!