FIB 2019: Más fiesta, menos público

El Festival Internacional de Benicàssim celebraba su 25 aniversario los días 18 a 21 de julio con Fatboy Slim, Lana del Rey, Kings of Leon o Vetusta Morla a la cabeza. Se notó la bajada de público, pero no la apuesta por seguir haciendo del FIB un gran festival

24 jul 2019 / 21:57 h - Actualizado: 24 jul 2019 / 22:20 h.
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  • Asistentes FIB 2019 PAU BELLIDO/ARCHIVO FIB
    Asistentes FIB 2019 PAU BELLIDO/ARCHIVO FIB

El Festival Internacional de Benicàssim pone el cierre a una nueva edición y no a una cualquiera. En 2019, el FIB, el más veterano de la geografía nacional, ha celebrado su 25 aniversario. Lo ha hecho garantizando un año más la diversión, la buena organización y horas de sol en la playa, pero con un respaldo de público considerablemente menor al de los últimos años (114.000 asistentes en la presente edición, respecto a los 160.000 de la anterior). Algunos atribuyen esta bajada a un cartel menos atractivo que en otras ocasiones, o a la elevada oferta de festivales existentes en nuestro país. Los que estuvimos dentro nos dio igual, revivimos todas las experiencias únicas que solo FIB sabe darnos año tras año y, citando a su director Melvin Benn, que siga así por otros 25 más. Comenzamos nuestro repaso jornada a jornada:

JUEVES 18 DE JULIO

Arranca la primera sesión del FIB de Benicàssim con solo dos escenarios en funcionamiento. Nosotros nos acomodamos bien cerca de la primera línea del Escenario Carrefour para no perdernos nada de lo que pasará por allí esa noche. Y lo hacemos con Marina como primera embajadora del pop británico (aunque de origen griego). La artista desplegó su show compuesto por un colorido cuerpo de baile que nos catapultó directos al verano, sobre todo cuando sonó «Baby», su exitoso tema de corte latino junto a Clean Bandit y Luis Fonsi. También se oyeron sus temas más coreados, «Primadonna» y «Heartbreaker», que aportaron dosis extra de buen rollo, pese a los problemas evidentes de afinación. Tras ella llegaron los dublineses Kodaline. Su líder, Steve Garrigan, conectó a lo grande con el público gracias a su épica musical y su carisma sobre el escenario. Sonó «High Hopes», pero también alguna que otra sorpresa como una versión del «Raging» de Kygo.

De forma intermitente, e inevitable, abandonamos el Escenario Carrefour para sumergirnos en los temazos infalibles que desde el Escenario South Beach Pool Party lanzan. Sobre todo, cuando Action Bronson no aparece tras más de 45 minutos de retraso y Rocío Saiz (Las Chillers) se atreve a pinchar hasta a Jennifer López. Finalmente, Bronson aparece, visiblemente enfadado, culpa al Festival de no tener preparadas «sus cosas», tira el micro y hasta arremete con un empujón a uno de los técnicos que cruza el escenario. Al fin, son las 01:15 horas y «Baby Blue» empieza a sonar. Todos los malos humos se esfuman y disfrutamos de este polifacético artista durante, al menos, unos minutos antes de que el gran cabeza de cartel de la noche, Fatboy Slim, aparezca. Y tanto que apareció. El veterano Dj puso patas arriba la explanada del FIB hasta el cierre, siempre con una sonrisa en la cara y un contacto muy próximo con todos los asistentes que no paraban de bailar. «Rockafeller Skank» se coló como base de más de uno y de dos temas, hasta que finalmente sonó en todo su esplendor. Hasta entonces reconocimos en los visuales la silueta de Childish Gambino y su «This Is América», entre otras versiones.

FIB 2019: Más fiesta, menos público
Con un enorme enfado de Action Bronson y Fatboy Slim se abría el FIB 2019. / EFE

VIERNES 19

La noche del viernes nos llevó a descubrir pequeñas joyas y a revalidar otras ya conocidas. Comenzamos la jornada con el ecléctico espectáculo de Gus Dapperton en el Escenario Thunder Bitch, su sonido viaja desde el sonido disco más retro al synth pop más futurista. En él todo tiene cabida, especialmente a la hora de elegir pasos de baile. Tras él inauguramos el Escenario Las Palmas – Radio 3, el principal, con una de las bandas que más han revolucionado el pop británico en los últimos tiempos: 1975. Con un sonido más adulto en sus manos, y unos visuales fascinantes, la banda de Mánchester, capitaneada por su carismático líder Matthew Healy, mezclaron su pop adolescente del pasado con su madura reflexión sobre la tecnología en temas como «Love It If We Made It». Y, justo antes de despedirse, una advertencia: «Rock and roll is dead, God bless the 1975».

Seguimos en el principal, y una legión de técnicos no paran de retocar cada detalle de la playa artificial que han recreado para Lana del Rey. Cada palmera, cada tumbona, cada columpio de madera tenía que estar en su sitio. Y así, media hora después de lo previsto aparece Lana llena de sensibilidad y delicadeza, repasando la larga ristra de hits que tiene en su haber gracias a sus cuatro álbumes (y uno nuevo que verá la luz el próximo mes, según nos anuncia en exclusiva durante el directo). La neoyorquina nos llena durante toda su actuación de melancolía y sensaciones suaves, ya sea a través de temas fundamentales como «Summertime Sadness», o sus delicados balanceos en «Ride» que sobrevuelan parte de la audiencia que la sigue atenta con la mirada. El show termina con casi un cuarto de hora de entrega absoluta a los fans, con selfies, firmas y regalos bajo el brazo. La fiesta regresa con Gorgon City y la cantante Chenai en las voces femeninas. Asistimos a una demostración de ingeniería musical en el espectáculo live que el dúo londinense hace sobre la marcha en el escenario principal. Suena «Real Life», «Kingdom» y «Ready for your love», entre otras.

FIB 2019: Más fiesta, menos público
Asistentes en la última edición del FIB. / EFE

SÁBADO 20 DE JULIO

La del sábado era una noche muy esperada y se nota en la subida considerable de público con respecto al resto de días. Hay reclamo nacional e internacional de nivel y es que Carolina Durante, tras un acertado cambio de horario, pudieron brillar en solitario (a costa de coincidir en parte con los siempre interesantes Belako). La banda madrileña supo sacar toda su ironía en cada uno de los temas que conforman su esperado primer álbum, «Necromántico». La rareza de su cantante Diego Ibáñez no hace más que sumar a esta revitalizante formación pop-rock. Y sí, sonó «Cayetano» y, como no podía ser de otra forma, el público enloqueció. Pero llega el prime time y nos sentimos divididos. Por un lado, encontramos a Jess Glynne en su regreso al FIB tras su paso por el Festival en 2016. Lo hace con un producto renovado, más adulto, que se acompaña incluso de voces gospel y mucho blanco (excepto el de su estrafalaria ropa). Glynne canta sus éxitos «Hold My Hand» o «Rather Be», pero también otros como su reciente «These Days». Por otro y casi a la misma hora encontramos en el Thunder Bitch a otra mujer, una muchísimo más irreverente: La Zowi, una de las grandes representantes del trap patrio que retaba a todos y cada uno de los asistentes con su show directo y voluptuoso.

Finalmente, nos quedamos con los cabezas de cartel: Kings of Leon. El público pedía rock y pedía clásicos, y por ello la veterana banda estadounidense no decepcionó. Tras varias ediciones estando presentes en el Festival, no podían faltar para su 25 aniversario, y cumplieron. Con una audiencia completamente entregada repasaron muchos de sus temas más atemporales, con especial atención, por supuesto, a «Sex On Fire» o «Use Somebody», sin dejar de lado otros más recientes como su «Waste a Moment», de 2016. Tras ellos apareció AJ Tracey, cuyo breve espectáculo (potenciado por un retraso de 15 minutos y el hecho de que solo cuenta con un álbum) no mermó la catarsis colectiva. Especial atención a «Butterflies», «Lo(v/s)er» y «Thiago Silva» al cierre.

FIB 2019: Más fiesta, menos público
La banda estadounidense Kings of Leon durante su actuación en el FIB. / EFE | DOMENECH CASTELLÓ

DOMINGO 21 DE JULIO

Llegamos a la última noche de música en directo en Benicàssim y lo hacemos con una incesante apuesta repleta de estilos y géneros musicales. Arrancamos en el Escenario Carrefour con el flamenco alternativo de Soleá Morente y perfectamente acompañada por Napoleón Solo. Soleá se erige en el centro del escenario con gran tronío, vestida de fucsia y plata se pasea por el escenario con una fuerza arrolladora. La granaína ha crecido desde la salida de su último álbum «Olé Lorelei» y defiende el tema homónimo, «Ya No Sólo Te Veo a Ti» o «Baila Conmigo» (pese a perderse hacia el final en la música) con una garra impresionante. Directo de altura y enorme complicidad entre banda y público. Corremos hacia el escenario principal para no perdernos la divertidísima propuesta de George Ezra. Es su última fecha en una larguísima gira, pero sus ganas y entusiasmo están intactos Con su característica voz grave y su enorme sonrisa no tardamos en dejarnos llevar por su luminoso show de falsas vidrieras. Lo único oscuro que encontramos en su directo es la rigurosa vestimenta de todos sus músicos, porque cuando suena «Paradise», «Budapest» o «Shotgun» todo son alegrías.

De George Ezra regresamos al Escenario Carrefour para introducirnos en la interesante apuesta de Ezra Furman. Furman es una rara avis digna de mención y atención, y no porque actúe maquillado o vestido de mujer. Más allá de su estética, la música del estadounidense es un auténtico deleite de registro vocal y musical. Del desgarro a la delicadeza, y desde el rock más pesado al folk independiente. Sonó la dolorosamente romántica «I Wanna Be Your Girlfriend» (adelanto de su próximo disco), la estimulante «Driving Down To L.A.» o la rompedora «Calm Down aka I Should Not Be Alone». Lástima que el público, sin duda nada indiferente, se marchara para asistir al directo de una de las bandas más destacadas de la noche: Franz Ferdinand. Probablemente la de Franz Ferdinand fuera la mayor catarsis colectiva de la sesión y, por qué no, también de la edición. Será por su fusión de hits clásicos, atemporales e inmortales o por la presencia de un líder, Alex Kapranos, todoterreno y capaz de jugar con el público sin descanso, pero lo cierto es que los escoceses salieron y revolucionaron todo lo que encontraron a su paso. No los veíamos por allí desde que en 2015 se acercaran con su proyecto hibridado junto a la banda Sparks llamado FFS y quedó patente que se les tenía ganas: mucho antes de que sonaran «Take Me Out» o «The Fire» la banda había arrasado y de largo. Pero, sobre todo a los españoles, se nos reservaba un momento más de comunión: la del directo de Vetusta Morla interpretando su primer álbum, ‘Un día en el mundo’ casi 11 años después de su creación. Y así, como si no hubiese pasado el tiempo, nos descubrimos cantando «Autocrítica», al inicio, o «Saharabbey Road», casi al final, como hacíamos entonces.

La banda madrileña reconectó con el pasado a través de los visuales o incluso de la propia indumentaria. Todo eran recuerdos y en este show tan especial no faltaron infiltradas como «Maldita dulzura» o «Boca en la tierra», ya que fueron compuestas en aquella época, pero incluidas en el álbum posterior («Mapas»). Justo para el cierre eligieron una apertura: «Los días raros», que sonó con toda la emotividad con la que lo ha hecho siempre. Y no es casualidad que dejaran esta canción para el final de la noche de «Un día en el mundo», ya que es justo el tema que abría «Mapas», convirtiendo el final en un nuevo comienzo.

Y así, con finales que se convierten en comienzos, aguardamos hasta una nueva edición del FIB de Benicàssim, en la que será seguro una nueva etapa: bien porque se venda finalmente a unos nuevos propietarios tal como se rumorea estos días o bien porque simplemente encare otros 25 años con madurez y una nueva filosofía. Pero nuestro deseo es que el FIB no pare. Que no pare nunca de sonar.