«Las tinieblas y el alba»: Diversión asegurada

Ken Follett nunca falla a sus lectores. Sus relatos pueden gustar más o menos, pero la diversión y la posibilidad de poder desconectar de la realidad, están garantizados

05 nov 2020 / 12:28 h - Actualizado: 05 nov 2020 / 13:25 h.
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  • Ken Follett posa ante la catedral de Notre Dame, en París. / EFE-Archivo
    Ken Follett posa ante la catedral de Notre Dame, en París. / EFE-Archivo

Ken Follett acertó a pulsar la tecla del éxito y repite, una y otra vez, el mismo movimiento, la misma estrategia literaria. El best seller de Follet es el best seller que sólo él sabe escribir.

Podría parecer curioso que los imitadores, conociendo la fórmula del escritor galés, no sean capaces de alcanzar el mismo éxito que acumula novela a novela. Y es que no todo el mundo tiene en la cabeza tramas tan poderosas.

¿Cómo es la fórmula? Una mujer muy dispuesta, trabajadora, inteligente y de fuerte carácter; una mujer a la que alguien viola a lo largo de la trama y que soporta buen peso de la acción. Ese alguien que viola a la mujer protagonista es, claro, el villano, pero no cualquier malo de pacotilla. Los villanos de Follett son portentos de la maldad. Perversos, capaces de hacer cualquier cosa para no perder su posición de poder dentro del grupo social. Los villanos de Follet suelen morir de forma brutal y sangrienta. Además, Follet es capaz de acabar con su personaje en el momento justo. No hace falta decir que mueren a manos de esa mujer protagonista que fue violada. La sed de venganza del personaje y del lector quedan saciadas adecuadamente. Por otra parte, en los textos de Follett encontramos a un hombre (el personaje protagonista masculino) que es todo bondad, comprensión y se dibuja como la cara amable del universo que el autor construye página a página, un universo que suele estar atrapado por la cara más oscura de las personas.

Follet genera tramas que se relacionan entre ellas en las que aparecen personajes que representan la inteligencia, la idiotez, el conformismo... Salpica las páginas (suelen muchas, en el caso de «Las tinieblas y el alba» rozan las 1.000) con escenas de sexo explícito que a muchos les pueden parecer pornográficas. Y algunas de esas salpicaduras son de una violencia apabullante que se repiten con frecuencia.

«Las tinieblas y el alba» no es la mejor de las novelas de Follett. Pero el lector potencial se tragará de la primera a la última página sin decir ni pío puesto que el nivel de exigencia es muy bajo y las horas de entretenimiento muchas. Es más de lo mismo y aporta poco a la literatura aunque no aspira a ello. El que quiera leer un libro para pasar el tiempo, este es un excelente candidato.

Follett cuenta qué ocurrió en Kingbridge («Los pilares de la tierra») antes de tener construida una catedral. Sitúa la acción a finales del siglo X. Los vikingos atacaban las costas inglesas; los galeses hambrientos estaban en conflicto permanente con los ingleses y en Normandía ya se preparaba una invasión que se produciría el año 1066.

Edgar, un constructor de barcos, y Ragna, una noble normanda, son los personajes principales que junto al monje Aldred, nos hacen avanzar en el tiempo y por un territorio hostil cubierto de sombras. Venganza, odio, valor y una constante búsqueda de libertad por parte de las almas principales, son los motores de las distintas tramas que se inundan de traiciones, secuestros, crímenes y violaciones, historias de amor imposibles e injusticias.

Es un libro que se lee muy bien y divertirá a todos los lectores. Profundidades ni una, pero diversión mucha y asegurada.

Calificación: Entretenida.

Tipo de lectura: Nada exigente.

Tipo de lector: El que desee evadirse.

Argumento: El que quiere puede.

Personajes: Estereotipados.

¿Dónde puede leerse?: En casa. Con café y manta.

«Las tinieblas y el alba»: Diversión asegurada