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«Los años del silencio»: La verdad como objetivo

Excelente novela de Álvaro Arbina que nos traslada hasta el inicio de la Guerra Civil española para conocer unos de los casos más escandalosos de desaparición a causa de una represión injustificable por parte de un grupo de bestias que creían actuar en nombre de Dios y la Justicia

16 abr 2023 / 17:04 h - Actualizado: 16 abr 2023 / 17:44 h.
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  • Álvaro Arbina. / https://postdata.elkar.eus/
    Álvaro Arbina. / https://postdata.elkar.eus/

Una frase de las que se puede leer en esta novela parece escrita para explicar su porqué: ‘Lo que pasó no habrá sucedido hasta que se escriba’. Y en esa frase se esconde una búsqueda de la verdad que, en muchos casos, se quedó anclada en la negación, en el silencio y en territorios de ‘otras verdades’ que no lo eran.

Algo pasó durante agosto de 1936 en Gaztelu. Y eso que pasó quedó en el olvido, oculta entre los silencios de unos y otros, encallado en los fangos de la dictadura de Franco. Algo pasó el año 1936 en Gaztelu y Álvaro Arbina (Vitoria-Gasteiz, 1990) lo rescata escribiendo un relato magnífico que intenta rellenar los huecos de un silencio obstinado, construyendo un universo en el que la realidad se nutre de la ficción para ser conocida, intuida y recordada.

La construcción de los personajes (clave para que el conjunto funcione a la perfección) es delicada, concienzuda, detallista. Hombres atormentados, mujeres envueltas en la amargura y el negro, bellezas inquietantes, hombrías arrasadas o supersticiones irritantes sostenidas sobre sotanas viejas, son los cimientos de una novela que se completa cuadro a cuadro y momento a momento (un tiempo que no es lineal en su tratamiento). Y si los personajes son los cimientos, el escenario crece como si fuera uno más de ellos. Tanto el campo más profundo como el interior de un juzgado, son dibujados por Álvaro Arbina con tanta paciencia como acierto.

«Los años del silencio»: La verdad como objetivo

La trama gira alrededor del misterio, va fluyendo según los acontecimientos que se amontonan desordenados y que el autor va colocando con precisión. Y es que el narrador elegido por el autor elige como contar para que impere, finalmente, la coherencia, para que la clara intención de central el foco sobre la verdad se imponga a todo lo demás.

Juana Josefa Goñi desapareció, junto a sus seis hijos y estando embarazada del séptimo, el 30 de agosto de 1936. Era un tiempo de locura, de señalamiento, de venganza, de dolor y de enorme brutalidad. Su marido logró que se juzgasen los hechos aunque no hubo suerte con el procedimiento que se alargó demasiado y se enfangó en una Justicia que había dejado de serlo el mismo día que Franco se alzaba contra la II República española. Pero la verdad terminó apareciendo, mucho después. Y es que la verdad es inmutable y si se escribe se puede casi tocar.

Álvaro Arbina utiliza tonos y alientos medios para construir el discurso y hacer accesible el relato a todo tipo de lector. Logra un ritmo narrativo que invita a querer saber más y más. Y, así, el trabajo termina luciendo y gustando.

Es esta una novela necesaria que nos hace entender la grandeza de la literatura si está al servicio de la verdad (como explicación de la realidad) y no al del dinero.

Calificación: Excelente.

Tipo de lectura: Amena, fascinante. Un par de cuadros resultan dolorosos al máximo y el lector se retuerce en el asiento.

Tipo de lector: Es un relato asequible y cualquiera puede leerlo. Debe leerlo.

Personajes: Muy bien dibujados, profundos, con alma.

¿Dónde puede leerse?: Dando un paseo por el monte del País Vasco. Aunque cualquier lugar es bueno.